Mucha gente quizá no sepa que existe la masonería femenina. Pero lo cierto es que mujeres masonas llevan reuniéndose más de 100 años, realizando rituales de iniciación, ceremonias y otros ritos al igual que los hombres. Los masones hombres, que empezaron a reunirse oficialmente hace 300 años, siempre recibieron más atención.
La masonería femenina también existe, aunque para muchos sea desconocida
Pero entre las dos sociedades británicas de mujeres —la Honorable Fraternidad de la Antigua Masonería y la Orden de Mujeres Francmasonas, que se dividieron a principios del siglo XX— hay cerca de 5.000 miembros.
La Orden de las Mujeres Masonas se reúne regularmente en logias o templos. Durante las ceremonias visten con una toga blanca e insignias alrededor de su cuello que indican su rango en la jerarquía de la organización.
Hay rezos y, a veces, parece un grupo religioso, aunque Penn enfatiza que no es el caso. «Para ser un francmasón, tienes que creer en un ser supremo», dice la Gran Maestra, pero «puede ser de cualquier fe». «Tenemos gente que es muy religiosa», agrega, «y gente que no es practicante, pero de cualquier fe».
Muchas de las mujeres en estas sociedades superan los 50 años, algo que están intentando cambiar, dirigiéndose a las universidades para reclutar miembros más jóvenes.
Secretismo
Pero quizá la mayor barrera a la que se enfrentan para reclutar nuevos miembros es su reputación de secretismo y vínculos con la corrupción, incluido el favoritismo por el que los miembros se ayudan mutuamente a ascender en el escalafón profesional.
Es algo que la Gran Maestra Penn rechaza: «Soy masona desde hace más de 40 años y nunca fui favorecida ni favorecí a alguien más. Oyes historias, pero yo no las he visto en absoluto en la masonería». Las reglas masonas demandan que los miembros se apoyen unos a otros y guarden los secretos de los demás, lo que ha llevado a temer que se desarrollen corruptelas.
Christine Chapman, Gran Maestra de la Honorable Fraternidad de la Antigua Masonería, dice que el secretismo que rodea la masonería es para crear una sensación de atracción y misticismo, más que para esconder «algo siniestro».
«Nosotros no intentamos controlar el mundo, pese a todas esas teorías de conspiración en internet, y no intentamos derribar a ningún gobierno ni nada así. Necesitamos preservar el secretismo solo porque lo hace especial».
Uno de los elementos más famosos de la francmasonería es el apretón de manos masónico, y esto no es diferente en las organizaciones femeninas. «Por supuesto lo tenemos», cuenta Penn, aunque no muestra cómo es. «Es un secreto», agrega, riéndose.
La masonería
Los fracmasones se reúnen en un templo que llaman «logia», donde se cree que se encontraban los antiguos canteros cuando trabajaban en una iglesia o catedral.
Visten delantales masónicos, lo que remonta a la teoría de que la masonería evolucionó a partir de las sociedades de constructores, que los usaban para protegerse de la gravilla.
El «tercer grado» es la etapa final antes de convertirse en masón de pleno derecho. La ceremonia implica un interrogatorio íntimo. Algunos de los masones más famosos de la historia son Winston Churchill, Rudyard Kipling y Oscar Wilde.