El eco del misticismo se resiente entre las montañas de Yaracuy, específicamente en Chivacoa, la capital de Bruzual. Este lugar se convierte en el epicentro de un fervoroso culto que ha trascendido fronteras y que se celebra con fervor el 12 de octubre de cada año. Hablamos de María Lionza, la reina de las montañas de Sorte.
Devotos de María Lionza en un encuentro de fe y tradición
Cada 12 de octubre, Chivacoa resplandece
María Lionza, cuyo culto se ha arraigado en el folklore venezolano, es la representación viviente de la mezcla cultural del país. Mientras la historia oficial señala la fecha del 12 de octubre como el día del encuentro entre dos mundos – el europeo y el americano – en Yaracuy, se celebra el poderoso legado de la reina, fusionando así tradiciones indígenas, africanas y españolas.
Chivacoa se llena de vida, color y movimiento. Miles de devotos provenientes no sólo de diferentes estados de Venezuela sino también de otros países, se dan cita en este rincón místico. Las calles y avenidas se saturan, evidenciando una peregrinación que recuerda a los grandes éxodos religiosos de otras culturas.
No es sólo un evento de fervor espiritual. Es también una plataforma comercial vibrante. Artesanos de todas partes del país y de naciones como Perú y Colombia despliegan sus creaciones en plazas y rincones del pueblo.
Desde la artesanía tradicional hecha de arcilla, piedra, semilla y cuero, hasta exquisitos manjares y productos típicos de la región. Cada rincón de Chivacoa se convierte en una vitrina de talento y tradición.
María Lionza y el Baile en Candela
Conexión Espiritual y Resistencia de los Pueblos Originarios
A lo largo de los años, el culto a María Lionza se ha caracterizado por su rica amalgama de rituales y simbolismos. El Baile en Candela, acto central de estas festividades, se realiza precisamente al amanecer del 12 de octubre.
En este baile, creyentes y materias (individuos que reciben espíritus) rinden tributo a María Lionza y otras figuras emblemáticas del culto como el Indio Guaicaipuro, el Negro Felipe y Nicanor Ochoa.
Sin embargo, más allá del espectáculo y el colorido que ofrece esta tradición, es crucial entender su significado profundo. María Lionza, según la leyenda, es la hija de un cacique indígena que se convirtió en diosa al ser tragada por una anaconda y luego renacer como una bella mujer montada en una danta.
Es símbolo de fuerza, protección y conexión con la naturaleza. Su historia refleja la resistencia y resiliencia de los pueblos originarios ante la conquista y la colonización.
Las perfumerías, especialmente, se convierten en puntos de alto tráfico. No sólo se venden fragancias, sino también elementos esenciales para los rituales: baños místicos destinados a atraer la buena suerte, el amor o la prosperidad, además de tabacos, velas y velones de variados tamaños y colores.
María Lionza: Más allá del misticismo, el espejo de un país y su diversidad
María Lionza no es sólo una figura mística; es el reflejo de un país y de su diversidad. Es la voz de los ancestros que claman por ser recordados, es el susurro de la historia contada desde el misticismo y la tradición.
Las montañas de Sorte son testigo de ello, y año tras año, se revisten de magia para recibir a los fieles devotos de esta reina inmortal.
Como periodista, he tenido el privilegio de ser testigo de muchas festividades y tradiciones alrededor del mundo. Pero, el culto a María Lionza en Chivacoa se distingue por su autenticidad y por el fervor con el que se vive.
Es un recordatorio de que, más allá de las diferencias culturales, todos buscamos conectarnos con algo más grande que nosotros mismos.
