El lupus desde la biodescodificación abre una ventana a un mundo donde los síntomas físicos son meros reflejos de batallas emocionales internas. Esta perspectiva nos invita a comprender la enfermedad más allá de sus manifestaciones clínicas, identificando conflictos emocionales como el núcleo de la patología.
Interpretando el Lupus en la Biodescodificación
Cuando hablamos del lupus, estamos ante algo mucho más complejo que una simple enfermedad o síndrome. Imagínatelo como un rompecabezas de síntomas variados, cada uno reflejando distintos conflictos emocionales que pueden experimentarse juntos o en secuencias rápidas.
Anteriormente, para los médicos era relativamente sencillo diagnosticar el lupus si se encontraban con más de uno de estos síntomas…
Dolor, inflamación o hinchazón en las articulaciones
Ahí tienes tus articulaciones, afectadas y clamando atención. Se relacionan con lo que se denomina el mesodermo nuevo, esencialmente la parte de nosotros que nos permite movernos y valorarnos. Añadimos a esto los problemas en la sangre, ese líquido vital que nos conecta con el concepto de familia y no es raro ver cómo los números en nuestros análisis de sangre se desvían hacia la anemia.
Esta situación puede ser el eco de una desvalorización percibida desde el seno familiar, que te paraliza o te hace sentir incapaz de avanzar en la vida.
Pericarditis o pleuritis
Imagina estas «pequeñas pieles» como los guardianes de tu corazón y pulmones, surgidos del mesodermo antiguo, simbolizando conflictos de separación o la necesidad de protección. Esto puede traducirse en una lucha interior relacionada con el amor familiar y el deseo o rechazo a separarse de él.
Los pulmones, por otro lado, representan nuestro espacio vital, nuestro territorio.Pueden sugerir miedos profundos a ser invadidos o vulnerables dentro de nuestro espacio más seguro: la familia.
Conflicto renal
Los riñones tienen que ver con nuestra supervivencia más básica. Son los encargados de procesar los líquidos que consumimos y en un sentido más primitivo, marcar nuestro territorio. Podría interpretarse como una dificultad para «filtrar» o procesar emocionalmente los límites de tu entorno o relaciones.
Conflictos emocionales detrás del Lupus
Cuando nos adentramos en el análisis de los riñones y su mensaje sobre marcar nuestro territorio o gestionar nuestros líquidos, estamos realmente buscando pistas sobre la influencia emocional detrás de estas señales. Y sí, la familia, el trabajo o la escuela pueden estar jugando un papel crucial aquí:
- ¿Cuál es ese territorio que sientes que no te pertenece?
- ¿Qué espacio crees que te han arrebatado?
- ¿Hay algún lugar que te resulta difícil reclamar como propio?
- ¿De qué ámbito te sientes alejado o desvinculado?
- ¿Por qué te sientes desubicado, como un pez fuera del agua?
Extendiendo esta reflexión hacia el tema de la liquidez, es hora de cuestionar nuestros patrones de gasto:
- ¿En qué estás invirtiendo tanto que tu dinero parece evaporarse?
- ¿Cuál es la razón detrás de esa culpabilidad que te invade cada vez que abres tu cartera?
- ¿Por qué vives bajo la constante sensación de que deberías restringir tus gastos?
Cada síntoma del lupus encierra un posible conflicto emocional, una emoción no atendida. No se trata simplemente de tener lupus; es haber atravesado uno o varios de estos estados emocionales sin resolver, manifestándose ahora en forma de síntomas.
Añadiendo a la lista de síntomas y sus interpretaciones emocionales:
- Dolor muscular: sientes una profunda desvalorización.
- Urticaria: experimentas sentimientos de separación.
- Pérdida de cabello: otro signo de desvalorización.
- Dedos descoloridos: indican una combinación de desvalorización y sentimientos de separación.
- Ojos hinchados: problemas en las relaciones; no quieres ver o enfrentar algo que antes te satisfacía.
- Úlceras bucales: conflictos relacionales; alguien dijo o tú dijiste algo que resultó humillante.
- Agotamiento con fiebre: Puede indicar un intento de resolver conflictos, pero si persiste, sugiere una resolución incompleta.
Ante la presencia de dos o tres de estos síntomas, la medicina puede rápidamente etiquetarte con lupus.
No necesitas exhibir todos los síntomas para recibir este diagnóstico. Pero si el núcleo de tu problema radica en la desvalorización personal, este diagnóstico puede agravar tu estado, ya que la percepción de debilidad o nerviosismo se intensificará.
Frente a un diagnóstico de lupus, lo esencial es identificar y trabajar en esos conflictos emocionales subyacentes en tu vida.
El conflicto emocional de desvalorización
Afecta directamente a los huesos y articulaciones, manifestándose específicamente según el tipo de desvalorización que estés experimentando, lo cual es común en el dolor y la artritis asociados al lupus.
Enfocarse en estos aspectos emocionales, explorar y resolverlos, puede ofrecer una nueva perspectiva y alivio a quienes enfrentan estos síntomas, abriendo el camino hacia una mejor comprensión y manejo de su bienestar integral.
Conflictos emocionales profundos y su relación con el Lupus
Conflicto de desarraigo o sentirse como un «Pez Fuera del Agua»
Este dilema emocional impacta directamente en uno o ambos riñones, llevando a la acumulación de líquido e inflamación en el cuerpo. Este fenómeno, conocido como nefritis lúpica en el contexto del lupus, es el reflejo físico de no sentirse en el lugar deseado o sentirse desplazado.
La gestión incompleta de este conflicto, es decir, encontrar soluciones parciales que no abordan la raíz del problema, puede desencadenar una insuficiencia renal crónica. Es como tratar de ajustarse constantemente a un ambiente que nunca se siente como propio, lo que a largo plazo pasa factura a la salud renal.
Conflicto emocional de separación
Este conflicto toca la piel, en especial la epidermis. Se manifiesta claramente en la etapa de cicatrización, donde el intento del cuerpo por sanar se traduce en hinchazón o edema de la epidermis.
Este edema no solo es una señal de reparación sino que, paradójicamente, puede intensificar la sensación de alienación o de ser un «pez fuera del agua», marcando la piel con manchas o lesiones evidentes.
El factor pulmonar
Los pulmones representan el miedo a la muerte. Este temor profundo puede agravar todos los conflictos emocionales previos, convirtiéndose en un desencadenante potente que complica aún más la situación.
Es posible que estos conflictos emocionales se solapen, ocurriendo simultáneamente o en secuencias rápidas. Esto ilustra la dinámica a menudo tumultuosa de los pacientes con lupus, que pueden pasar de resolver un conflicto a enfrentarse a otro, en un ciclo aparentemente sin fin.
La naturaleza cíclica de los conflictos y el lupus
Los pacientes con lupus suelen entrar y salir de fases de remisión, desencadenando y resolviendo conflictos sin implementar cambios duraderos en sus vidas. Este patrón de resolución temporal seguido de recaídas es un ciclo desafiante que requiere una intervención más profunda y significativa para romper.
Dolor de cabeza como indicador
Los dolores de cabeza emergen como señales claras de que, aunque ha habido una curación parcial, la persona ha recaído en antiguos patrones.
El edema cerebral durante la reparación puede aumentar peligrosamente si el individuo vuelve a caer en conflictos emocionales no resueltos, especialmente aquellos asociados con el sentimiento de desarraigo.
Esto no solo representa un riesgo para la vida del paciente sino que también puede desencadenar una serie de problemas comportamentales y psicológicos, dado que cada conflicto emocional afecta diferentes áreas del cerebro, creando lo que se conoce como una «constelación» de síntomas.
Hacia una comprensión integral
Es crucial entender que los desafíos a los que se enfrentan los pacientes con lupus van más allá de los límites de un sistema inmunológico debilitado.
La verdadera sanación implica abordar estos conflictos emocionales profundos, buscando soluciones que no solo alivien los síntomas físicos sino que también resuelvan las raíces emocionales y psicológicas de la enfermedad.
El sistema inmunitario, ese complejo entramado defensivo de nuestro cuerpo, se ve afectado por una variedad de factores, pero desde la perspectiva de la biodescodificación, los cambios en él se interpretan como un reflejo de cómo el cerebro gestiona múltiples conflictos y síntomas simultáneos.
En su intento por asegurar la supervivencia, el cerebro podría, metafóricamente hablando, «descuidar» sus defensas al priorizar la resolución de otros conflictos más inmediatos, como los renales, pulmonares, o de la piel.
El camino hacia la sanación
La verdadera liberación de un diagnóstico de lupus implica una introspección profunda y un análisis del entorno en el que vivimos. Aquí hay algunos pasos clave hacia la recuperación:
- Evalúa tu entorno: tómate un momento para reflexionar sobre con quién compartes tu espacio y las condiciones de este entorno. Pregúntate si estas circunstancias están contribuyendo a tu bienestar o si, por el contrario, están exacerbando tus síntomas.
- Establece límites saludables: aprender a distanciarte de personas o situaciones que te desvalorizan o contribuyen a un ambiente tóxico es fundamental. Este paso no es fácil y puede requerir apoyo y tiempo, pero es crucial para tu proceso de sanación.
- Busca un territorio saludable: encuentra un espacio, ya sea físico o emocional, donde no te sientas invadido o amenazado. Un lugar que te permita sentirte seguro, valorado y comprendido.
- Autosuficiencia y empoderamiento: aquí se refiere a la capacidad de tomar control sobre tu vida y decisiones, liberándote de la mentalidad de victimización («Pobre de mí»). Es el proceso de empoderarte para que puedas liderar cambios significativos en tu vida.
Más allá del diagnóstico
El lupus, visto a través del prisma de la biodescodificación, nos invita a considerar no solo los síntomas físicos sino también el entramado emocional y ambiental en el que estos síntomas se desarrollan y perpetúan.
La sanación completa requiere más que tratamientos convencionales; exige una transformación en cómo vivimos, cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás, y cómo enfrentamos los conflictos emocionales que surgen en nuestro camino.
El desafío es grande, pero también lo es la recompensa: una vida más plena, saludable y en armonía con nuestro ser interior y el mundo que nos rodea. Este proceso no es solo una curación del lupus sino un camino hacia el autodescubrimiento y la realización personal.
Con información de Biodecoding of Christian Fleche
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