Hay una “Ley Cósmica” que obliga a que todo evolucione, vaya hacia arriba y adelante, progrese, se desenvuelva hacia algo mejor, se levante del piso o del hundimiento, la depresión, la nostalgia y el lamento. Esta es la Ley de la Ascensión.
Ley de la Ascensión — Metafísica
La Ley de la Ascensión trabaja con el Rayo Blanco, una afirmación totalmente mágica, que la evoca y sintetiza su actividad es: “Yo Soy la Resurrección y la Vida”; esta afirmación induce a salir del estancamiento, la muerte y resucitar; es activar la pureza, la belleza, la resurrección y el arte.
Pero no es decirlo y quedarse hundido, deprimido, bajoneado; es vivenciarlo y salir a flote. No basta realizar los decretos; hay que vivenciarlos, reclamando que se cumplan como se cumple una Ley.
Clave Espiritual de la Armonía
Se conoce gente que vive en sus hogares o sitios de trabajo pacíficamente, con una armonía capaz de apaciguar serpientes; y, por el contrario, hay quienes viven en casas y sitios laborales que son un verdadero infierno, donde se pelea todo el mundo, viven a los gritos, reclamándose cosas.
Esto sucede porque no conocen la “Clave Espiritual” de realizar y concienciar que “Mi Hogar es la Casa de Dios” o “Mi Trabajo es el trabajo de Dios”. Por “Principio de Correspondencia”, si mi casa y mi trabajo son de Dios, y Dios es armonía, mi casa y mi trabajo deben ser armónicos.
Clave Espiritual
La “Clave Espiritual” para tener armonía en el hogar y en los sitios de trabajo es bendecir constantemente, diciendo:
“Dios bendice el Bien en este hogar” o “Dios Bendice el Bien en este Trabajo”
Cuando hayan desacuerdos, imprudencias, olvidos, jamás vayas a los gritos reclamando; por el contrario, reconoce y decreta que:
“Dios es Inteligencia en ti”
Dialogando y explicando pacíficamente se llega a acuerdos.
Una “Clave Espiritual” imperdible es reconocer y decir: “La Armonía de mi propio ser es mi máxima protección”. Otra “Clave Espiritual” magnífica es reconocer: “Dios está en el control dondequiera que Yo Soy”.
Autor: Rubén Cedeño | Vía » Metafísica Arcángel Gabriel