Leonardo Da Vinci, el paradigma del hombre del Renacimiento, adopta una actitud racional ante el mundo, pero sin abandonar la fe religiosa. En su época se produce un proceso de secularización. La religión se convierte en asunto privado, surge la rebelión no contra Dios sino contra sus representantes o intermediarios.
Leonardo Da Vinci sigue siendo un hombre del futuro
Pero no hay que olvidar, aseguran expertos, que la Iglesia era un generoso mecenas de las ciencias y de la razón. Serge Bramly, escritor, crítico de arte, especialista en Leonardo da Vinci:
Da Vinci tiene una doble espiritualidad
En primer lugar es una espiritualidad religiosa porque los grandes pedidos vienen de la Iglesia, él trabaja para los conventos, los monasterios, le solicitan ilustraciones de tal o cual tema de la historia de los Santos.
Y por otro lado, en su obra siempre hay algo subyacente: su propia concepción de la espiritualidad y del mundo. Él es un poco deísta, si bien el término parece un poco anacrónico, y es espinosista, cree en la idea de una fuerza superior que él llama «el gran arquitecto», «el gran ingeniero».
Él mismo dice que nunca nadie será un ingeniero tan grande como Dios. Patrick Boucheron, historiador Universidad de la Sorbona, especialista en da Vinci:
Cuando uno lee sus cuadernos, uno se da cuenta cual es su visión de la naturaleza. En el fondo de esta naturaleza, en el fondo de la divinidad, aparecieron elementos que hicieron reflexionar mucho a sus contemporáneos y que en realidad abrieron la vía al Leonardo esotérico.
No existe ninguna evidencia de que Da Vinci se basara en los textos gnósticos, aquellos que brindan la imagen humana de Jesús y que hablan de fantasías u mitos extraños, así como de conocimientos ocultos ignorados por el común de los mortales.
Serge Bramly
Existe una herencia religiosa de da Vinci, se trata de una religión popular, él tiene un conocimiento de lo que forma la base de toda iconografía cristiana que esencialmente es la Leyenda Dorada y las Leyendas de los Santos que forman parte del patrimonio religioso cristiano. Y esto no va más allá.
Patrick Boucheron
No creo que explícitamente da Vinci haya hecho referencia a los gnósticos. No conocemos la esencia de sus conocimientos, pero en todo caso lo que él vehiculaba formaba parte de la cultura común de su época, una cultura que recibió en herencia. No estaba obligado a leerlos directamente para manejar sus ideas.
La lectura de los evangelios apócrifos ha creado confusión, mitos y creencias que en nada se acercan a la realidad histórica. De ellos se alimentó Dan Brown en su célebre novela «El Código Da Vinci«.
A casi 500 años de su muerte Leonardo Da Vinci sigue siendo un hombre del futuro y el genio autodidacta más avanzado de todos los tiempos.
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