La astrología integra el estudio del macrocosmos universal y el microcosmos que es el ser humano. Al determinar ciertos aspectos que se producen en el cielo, el astrólogo es capaz de interpretar el momento que cada individuo está viviendo.
Kybalión — Las leyes del universo y la astrología
A su vez, al interpretar cada momento individual, el astrólogo verifica día a día la total sincronía entre el ser humano y el universo, y ello le lleva a adentrarse en el estudio de las leyes cósmicas, con cuya comprensión puede tomar el dominio de su vida y ayudar a los demás a que hagan lo mismo.
Buscando en tu propio ser puedes llegar a entender el universo, así como tú funcionas, así funciona él. Cada decisión tuya es una manifestación de un momento cósmico, y cada momento cósmico se refleja en un hecho humano.
Cada deseo tuyo es un hecho en potencia que se gesta en el universo, pero debes dejar que fluya y dejar que el universo, dentro de su infinito abanico de posibilidades, manifieste tus anhelos. Somos el microcosmos en total comunión con el macrocosmos. Veamos ahora, cuáles son las leyes del universo.
Todo es mente
El primer principio universal nos indica que “todo es mente; el universo es mental”. Cada pensamiento nuestro es un suceso en potencia. La historia ha demostrado que cada sueño de la humanidad se torna en realidad.
Cuando Julio Verne imaginó el viaje a la Luna, muchos seguramente pensaron que tal cosa sería imposible de realizar; el “Frankenstein” de Mary Shelley, ya casi es una realidad con el avance de la ingeniería genética.
No debemos tomar nuestros pensamientos a la ligera, porque estos serán posteriormente la manifestación de una realidad. Si nos cargamos de ideas negativas, estas vendrán a nuestra vida en forma de sucesos, en cambio, si aprendemos a utilizar el pensamiento positivo, la visualización creativa, estaremos en el camino de hacer realidad nuestros deseos.
Esta primera ley universal, expresada en el libro sagrado “El Kybalión”, explica que todo el mundo fenomenal o universo, es una creación mental del Todo, en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.
Como es arriba es abajo
El segundo principio universal es el de correspondencia y que se traduce en la ya célebre frase: “Como arriba es abajo y como abajo es arriba”, y que señala que así como funciona el universo, así funcionamos nosotros, que cada parte de nuestro organismo tiene su correspondencia en el universo.
Dios es el Todo del cual formamos parte, y al estar hechos a su imagen y semejanza, tenemos el mismo principio creador; nuestro sistema solar es parte de ese gran Todo, y sus ciclos están en sincronía con los de nuestra pique y nuestro organismo; a su vez, para nuestras células, nosotros somos ese Todo del cual ellas forman parte, y así, todo el Universo se mueve y se manifiesta en una danza perfecta.
Al respecto, “El Kybalión” nos dice que hay muchos planos que no conocemos, pero entendiendo la ley de correspondencia, mucho de lo que de otra manera sería incomprensible, se hace claro a nuestra conciencia.
Por eso, conocernos a nosotros mismos nos abre las puertas para un conocimiento superior, y a la vez, estudiando el universo, podemos conocernos a nosotros mismos. Esta ley es la llave de comprensión del por qué y cómo funciona la astrología, que es la biología del cosmos, es decir, la cosmobiología.
Todo vibra
El tercer principio nos dice que “nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra”. Esta ley, expresada hace ya miles de años, como todas las que integran la sabiduría hermética, ha sido comprobada hoy día por la física quántica.
Todo vibra, sólo que no todos vibramos con la misma intensidad, hay vibraciones más densas y hay más sutiles. Las más densas se manifiestan como cuerpo físico visible, y las más sutiles no las percibe la vista, pero existen, son tan reales como las del mundo visible.
La ley de vibración también nos hace entender por qué cada cosa que existe en el universo tiene un determinado efecto en nosotros y viceversa. No somos seres aislados, estamos interconectados unos con otros y con todo lo que existe en el universo.
Los planetas influyen en nuestra vida y cada uno vibra en correspondencia con nuestro organismo, con nuestros chakras, con nuestras glándulas endocrinas, moldeando nuestra personalidad y nuestro funcionamiento físico. Cada deseo nuestro es una vibración que el universo recibe para ser materializado de alguna manera.
La Dualidad
Otro principio es el de polaridad o dualidad
Al respecto, “El Kybalión” nos dice que todo es doble, todo tiene dos polos, todo su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse”.
En este mundo todo es dualidad: amor-odio, frío-calor, alegría-tristeza, luz-oscuridad, bondad-maldad y así sucesivamente. Sólo aquel que experimenta la tristeza es capaz de disfrutar y entender la alegría. El odio es una baja vibración que al elevarla conduce al amor.
Nadie es totalmente bueno o totalmente malo. Mientras más pura se presente una persona ante el mundo, más intensas son sus bajas pasiones, mientras más perfeccionista, más imperfecciones tiene.
En un mundo dual hay que aprender a vivir en equilibrio, en armonía interna, integrar nuestro lado oscuro a nuestro lado luminoso en un solo ser, único e inigualable, que somos cada uno.
Jesús buscó a los pecadores y de ellos pudo extraer las más hermosas virtudes. Buda, colocándose en medio de la dualidad, alcanzó la iluminación.
El cielo y el infierno están en nosotros. No hay planetas “maléficos” o “benéficos”, signos “buenos” o “malos”, cada uno es como es, y la inclinación hacia lo positivo o lo negativo se la da el ser humano con su libre albedrío.
Acción y reacción
El principio del ritmo señala que “todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que de su movimiento hacia la izquierda, el ritmo es la compensación”.
Este principio nos indica que todo en el universo tiene su compensación, a un mal momento le sigue sin duda uno bueno, y viceversa, vivimos en un constante flujo y reflujo, al entusiasmo le sigue el decaimiento y al decaimiento el entusiasmo.
Y esta ley nos recuerda que la vida es un círculo que avanza en espiral, así se mueve todo el universo, los planetas, nuestro organismo. Por eso es que los retrocesos, que pueden parecer fracasos, son parte de la vida, pues la vida gira, retrocede y avanza, hasta que cerramos ciclos y evolucionamos.
Causa y efecto
Es importante tomar conciencia de nuestras acciones y visualizar siempre qué efectos pueden generar, muchas veces actuamos inconscientemente y cuando recibimos las consecuencias de nuestros actos, nos preguntamos: “¿Por qué me pasa esto a mí?”
En astrología, podemos estudiar el karma a través de los nodos lunares, que en nuestro mapa astrológico nos indican nuestras energías del pasado y la misión a cumplir en esta vida, el karma que debemos trascender. El karma es una materia pendiente que vinimos a pasar, para subir de nivel; del nodo sur, que es esa materia pendiente, pasamos al nodo norte, que es el nuevo aprendizaje.
El secreto de la creación
La ley de generación señala que “todo tiene su principio femenino y masculino, la generación se manifiesta en todos los planos”. Explica “El Kybalión” que esto es verdad no solamente en el plano físico, sino también en el mental y espiritual.
Todo tiene dos polos, la unión de lo femenino y lo masculino es el principio de la creación, y en astrología esa unión se representa a través de Venus y Marte, así como también con el Sol y la Luna.
El polo masculino se asocia a nuestra mente consciente que pone la semilla del pensamiento, y el polo femenino es nuestra mente subconsciente, que es la que recibe esa semilla y hace que germine y se manifieste, y es así como nuestros deseos se materializan en hechos concretos.
Así es como crea Dios, porque Dios es Mente… Volvemos al punto de partida: Todo es Mente…
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Vía » Termómetro Zodiacal