La langosta del desierto (Schistocerca gregaria) engulle todo a su paso en África Oriental. El informe emitido el 3 de febrero de 2020 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que la situación sigue siendo «extremadamente alarmante».
Langosta – La plaga bíblica que la ciencia no ha podido parar
El área más afectada es el llamado Cuerno de África, que comprende Somalia, Etiopía y Eritrea, donde los enjambres de langostas representan un peligro sin precedente para la seguridad alimentaria y los medios de vida de sus habitantes.
Los voraces insectos han hecho estragos en Kenia al invadir al menos 14 condados en el norte centro y sur de un país que no había visto una plaga igual en los últimos 70 años.
El trópico africano en febrero ofrecerá las condiciones climatológicas ideales para que la eclosión de los huevos que ya han sido enterrados en la tierra húmeda. La FAO teme que las bandadas de langostas continuarán creciendo en esos países y llegarán a Uganda y Sudán.
Las naciones costeras del Mar Rojo también sentirán el avance de un enjambres cerca de la frontera entre Egipto y Sudán, Yemen, el suroeste de Arabia Saudita y Omán
Las autoridades también advierten que las fuertes precipitaciones caídas en los terrenos mullidos que cubren millones de huevos fecundados en la costa sureña de Irán darán paso al menos a dos generaciones numerosas de éstos los insectos.
Expertos han señalado que un enjambre de langostas del tamaño de París consumirá la misma cantidad de alimento que la mitad de la población de Francia.
Una plaga milenaria
Los gobiernos y las autoridades de los organismos internacionales son agarrados fuera de guardia ante un problema que ha ocurrido desde hace milenios.
La langostas es la octava de las 10 plagas
La lluvia de langostas es la octava de las 10 plagas que, según el Antiguo Testamento y la Torá, envió Dios a los egipcios para que permitieran partir a los hebreos.
«Así dice el Señor, el Dios de los hebreos:
“¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si te niegas a dejar ir a mi pueblo, he aquí, mañana traeré langostas a tu territorio. Y cubrirán la superficie de la tierra, de modo que nadie podrá verla[g].
También comerán el resto de lo que ha escapado, lo que os ha quedado del granizo, y comerán todo árbol que os crece en el campo. Y llenarán tus casas, las casas de todos tus siervos y las casas de todos los egipcios, algo que ni tus padres ni tus abuelos han visto desde el día que vinieron al mundo[h] hasta hoy”, narra el libro del Éxodo.
Relatos de las sagradas escrituras
El biólogo molecular Sirio Trevisanato explicó hace unos años que los relatos de las sagradas escrituras seguramente se basaron en una enorme erupción volcánica en la isla griega de Santorini, en el Mar Egeo, que habría creado las condiciones ideales de humedad y lluvia que favorece la reproducción de las langostas.
Ya entrado el siglo XX, las autoridades de Estados Unidos se vieron forzados a sacar a la Guardia Nacional del Ejército para combatir con lanzallamas el pernicioso avance de una plaga de langostas por el estado de Colorado.
Las cosechas de 1937 quedaron devastadas ante el infructuoso intento de quemar a las bandadas o espantarlas con poderosas explosiones de dinamita
Los alemanes y los japoneses no fueron los únicos enemigos de los ingleses en el apogeo de la Segunda Guerra Mundial. Las langostas obstaculizaron de tal manera sus incursiones en África y el Oriente Medio que crearon una unidad anti-langostas para frenarlas.
Los aliados vencieron a Hitler pero no pudieron con la proliferación de los enjambres que engullían los alimentos de poblaciones enteras
El enviado especial para The New York Times Walter Sullivan se preguntaba en 1976 si «los enjambres que oscurecen el cielo y desnudan la tierra de sus cosechas» pudieran ser eliminadas algún día con el desarrollo de la tecnología.
La langosta sigue haciendo de las suyas
Cuarenta y cuatro años después, la langosta sigue haciendo de las suyas ante la mirada indefensa de los humanos.
Lo mejor que la ciencia puede hacer es predecir dónde se formarán las aglomeraciones antes de que nazcan y consuman las cosechas que son el sustento de las poblaciones rurales. «Necesitamos agarrarlas temprano», dijo Rick Overson, investigador de la Iniciativa Mundial de la Langosta de la Universidad Estatal de Arizona a la publicación Mashable .
Pero hacer predicciones confiables sobre las langostas del desierto de África no es cosa fácil porque habitan zonas remotas y poco pobladas que se extienden 16 millones de kilómetros cuadrados.
La metamorfosis de la langosta
La mayoría ha visto alguna vez una langosta revoloteando de manera irregular en un campo o un jardín. Pero esa criatura que normalmente tiene una existencia solitaria se transforma cuando se juntan las condiciones adecuadas, que suele ocurrir en una temporada de lluvias.
En ese momento, las langostas se sienten intensamente atraídas por otros individuos de su especie, cambian de color, sus alas crecen y sus músculos se fortalecen. Allí el enjambre está listo para viajar por kilómetros en busca de alimento y dónde poner sus huevos.
La comunidad científica no se ha planteado el exterminio de la langosta porque tienen su lugar y su función dentro de la naturaleza. La desaparición de cualquier especie trae peligros y consecuencias imposibles de prever. Pero ciertamente quisieran predecir sus ciclos y alterarlos.
Incendios forestales
Overson indicó que el fenómeno de las langostas tiene sus semejanzas con los incendios forestales. Las políticas para suprimir fenómenos naturales como los incendios ha interrumpido los ciclos de los bosques y eso ha contribuido a los incontrolables incendios que consumen millones de hectáreas en el oeste de Estados Unidos.
¿Qué podría ocurrir si matamos a miles de millones de langostas? Posiblemente sería peor el remedio que la enfermedad.
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