Se ha calculado que deberíamos ingerir 11 kilos (24,2 libras) de papa, ¡para aumentar un solo kilo (2,2 libras)! ¿Quién podría comer semejante cantidad? Por esto (y por todo lo que estamos por contarte), deberías empezar a disfrutar de este tubérculo sin culpa.
La papa no engorda tanto como pensabas
Por su composición química, la papa es un alimento alcalino por excelencia; por esto, podría ser una aliada en casos de acidez gástrica, o bien de enfermedades reumáticas. Por otra parte, la proteína de la papa (llamada tuberina) es completa. Debe tenerse en cuenta como fuente de aminoácidos esenciales.
Sin embargo, para tu sorpresa, los principales valores nutritivos de este tubérculo se encontrarían en la cáscara e inmediatamente debajo de la misma, donde se halla un compuesto hipoglucémico, que volvería a la papa una buena opción para los diabéticos. Por esto, la próxima vez, ¡cocínala entera!
Recetas terapéuticas con la papa
Para úlceras gastroduodenales, se recomienda beber ½ vaso de jugo de papas crudas extraído con una juguera centrífuga. Habría que realizar la toma antes del almuerzo y de la cena.
El agua resultante de la cocción de una papa en un litro de agua, mezclada con 2 cucharadas de regaliz (lo encuentras en las tiendas naturistas), constituye una excelente tisana para los catarros bronquiales y la retención de orina. Reemplaza el regaliz por miel si sufres hipertensión.
Puedes usar la papa para los edemas o bolsas debajo de los ojos, siempre y cuando este signo se deba a la fatiga y no a un problema orgánico. Aplicas una rodaja de papa fresca sobre cada párpado y las dejas hasta que comiencen a calentarse. Entonces, las reemplazas por unas nuevas. Hazlo por 20 minutos.
También podría ayudar a tratar quemaduras de la piel. En estos casos, también se aplican rodajas de papa cruda en la zona afectada.
Si tienes dolor de cabeza, prueba colocándote las rodajas crudas sobre la frente.
La mala reputación
La papa por sí sola no favorece la obesidad, sino la forma en la que se la come y se la combina. Si esta pasa a ser el único carbohidrato presente en un platillo y se la acompaña con vegetales, crudos o cocidos, en lugar de carne, no tendría por qué engordarte.
Para tener en cuenta
Tanto la papa, como el tomate, la berenjena y los pimientos, son plantas solanáceas. Esto implica la presencia de un alcaloide, la solanina, que se concentra fundamentalmente en los tallos. Cuando el fruto está maduro, su proporción es mínima.
La solanina, en exceso, podría provocar dolor de cabeza y malestar estomacal. Por esto, deberías evitar las papas brotadas y descartar sus partes verdes, ya que allí se concentra esta sustancia.
Si guardas las papas a la luz, comienzan a germinar y en cada “ojo” se forma un brote que es el sitio donde se acumula la solanina. Por lo tanto, deberías almacenarlas en un lugar oscuro. Recuerda consultar a un experto en salud antes de introducir cambios en tu alimentación.
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