El paisaje y la maravilla de la Atlántida
Abarcando 26.000 años en el centro del Atlántico, la Atlántida constaba de nueve islas circundantes y una principal. Su capital, El Edén, que posteriormente se renombró a Poseidón, se asentaba en una extensa costa sureña.
El paisaje atlante era de una belleza inigualable. La majestuosa cordillera de los “Montes Merú” rodeaba y protegía la isla principal, culminando en dos imponentes volcanes, Atlas y Gadeiros, considerados los guardianes de la Atlántida.
Cascadas, ríos, lagos y montañas enmarcaban la ciudad, creando una barrera natural. La biodiversidad era asombrosa, con una rica flora y fauna que añadían vivacidad al paradisíaco lugar.
Antes de su declive, la Atlántida era un bastión de avances en campos como la ciencia, espiritualidad, política, cultura y educación, todos en perfecta sintonía.
El diseño de la capital: El Edén
El diseño de la capital era un espectáculo arquitectónico. Se conformaba de tres extensiones de tierra, separadas por canales circulares de agua. Estos canales, que fluían en cuatro direcciones, se teñían según la estación que representaban y culminaban en el corazón de la isla.
En el epicentro, una pequeña isleta conocida como «El Maqom Ehah», se levantaban los templos sagrados, fuentes de sabiduría. Un obelisco y tres pirámides, representaciones de las estrellas de Sirius, servían como recordatorios de la conexión de la Atlántida con el cosmos y el eje central de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
La comunicación con el divino: La jerarquía de Melquisedec
El Edén, capital de la Atlántida, no solo era un centro de poder político y cultural, sino también un portal espiritual. Desde allí, los líderes espirituales se conectaban directamente con «La Gran Jerarquía Divina de los Melquisedec», seres de alto rango que residían en tres estrellas centrales de nuestra galaxia.
Símbolos de Perfección: Ríos, Arcángeles y la Cruz de Malta
Emergiendo del corazón de la isla, cuatro ríos fluían hacia las cuatro direcciones cardinales, representando las cuatro estaciones del año.
Estos ríos estaban protegidos y supervisados por cuatro arcángeles, junto con sus legiones de ángeles, representando los cuatro elementos y sus gobiernos. Todo ello formaba la Cruz de Malta, un símbolo de equilibrio y perfección.
El punto de conexión: El Ojo de Horus
En cada ciudad celestial o paraíso creado en el universo, siempre hay un punto central que actúa como un portal hacia otras dimensiones. En el Edén, ese punto se conocía como «El Ojo de Horus», un portal multidimensional.
Un Cambio de Era: De Piscis a Acuario
Nos encontramos en un momento de transición, en el que nuestro Sistema Solar está pasando de la Era de Piscis a la Era de Acuario. Esta transición trae consigo un despertar espiritual, ayudado por la luz de Sirius.
La leyenda de la misión de 144,000
Cuando las fuerzas oscuras amenazaron la Atlántida, seres de estrellas distantes como Sirius, Orión, las Pléyades y Arcturus enviaron una misión de 144.000 seres al planeta. Su tarea era ayudar en la reconstrucción de la Atlántida y mantener viva la energía de la divinidad única en la Tierra.
Cada uno de estos seres manifestó atributos divinos, trayendo y manteniendo vivas energías y virtudes superiores en la Tierra, recordándonos nuestra conexión divina y ayudándonos en nuestra evolución espiritual…