La esencia del amor se ha debatido a lo largo de los siglos, encontrándose en los rincones de la poesía, en las páginas de grandes novelas y en los consejos de sabios a lo largo del tiempo. Sin embargo, el concepto de amor sigue siendo enigmático y evasivo para muchos.
¿Cómo amar en tiempos de incertidumbre? Consejos de un sabio
Algunos lo ven como un sentimiento efímero, mientras que otros lo entienden como una decisión deliberada. Y es precisamente aquí donde radica la clave para entender el verdadero significado del amor.
Hay una reflexión de amor muy interesante. En ella, un hombre se acerca a un sabio buscando consejo sobre su relación que parecía estar al borde del colapso. Su corazón estaba lleno de incertidumbre y resignación, creyendo que el amor que una vez sintió por su esposa había desaparecido.
Sin embargo, la respuesta del sabio fue inesperada y al mismo tiempo, reveladora: “Ámela”.
¿Qué quiso decir el sabio con esta palabra?
No se trataba simplemente de un sentimiento pasajero o de una emoción que viene y va. La verdadera naturaleza del amor trasciende la emoción. Amar no es un sentimiento, es una acción, es una decisión que tomamos todos los días.
Si vemos el amor como una mera emoción, corremos el riesgo de ser esclavos de nuestros caprichos emocionales. Las emociones son, por naturaleza, volátiles. Cambian con las circunstancias, las experiencias y el tiempo. En cambio, ver el amor como una decisión nos brinda el poder y la responsabilidad de mantenerlo vivo.
El arte de amar
Cómo cultivar nuestro jardín emocional diariamente
Relaciones fuertes: La comparación entre cuidar un jardín y alimentar el amor
Amar es como cuidar un jardín. Así como un jardinero trabaja diariamente, removiendo malezas, preparando la tierra, sembrando semillas y regando las plantas, de la misma manera debemos trabajar en nuestras relaciones. Habrá momentos de sequía emocional, donde la conexión parece desvanecerse.
Otros días pueden ser abrumadoramente tormentosos, llenos de desacuerdos y tensiones. Sin embargo, un jardinero comprometido no abandona su jardín por enfrentarse a estos desafíos. De la misma forma, aquellos que deciden amar no abandonan sus relaciones ante las adversidades.
Valorar, respetar, entender y admirar a nuestra pareja son las herramientas que utilizamos para cultivar nuestro jardín del amor. Cada día, debemos tomar la decisión de amar, de cuidar ese jardín y de ver más allá de las imperfecciones y los desafíos.
El amor no es algo que simplemente «sucede». No es un sentimiento que viene y va al azar. Es una elección consciente que hacemos diariamente. Así que, la próxima vez que sienta que el amor está desvaneciéndose, recuerde las palabras del sabio: “Ámela”.
Decida amar activamente y cultive ese amor con acciones deliberadas y significativas. Porque al final del día, amar es un arte que todos tenemos el poder de perfeccionar.
