Celebra la vida con la festividad de Purim: un día de diversión y alegría sin restricciones religiosas
Purim es única entre los judíos, ya que no requiere un marco religioso estricto, lo que la convierte en un atractivo para personas de todas las edades y orígenes. A lo largo del año, los judíos suelen estar dedicados a pensamientos profundos y austeros, dejando poco espacio para la diversión y la expresión de la alegría.
Es por eso que la celebración de Purim se ha convertido en una oportunidad bienvenida para permitir la expresión del aspecto lúdico de la vida. Durante la festividad, la diversión es algo lícito y recomendable, y los participantes pueden incluso disfrutar de una copita de licor «ad-lo-iadá» (hasta no saber), es decir, hasta perder la capacidad de discernir entre la maldición de Hamán (el malvado) y la bendición de Mordejái (el justo).
El desfile público conocido como «Adloiada» (Hasta no saber) es una parte importante de la festividad de Purim, en la que los niños salen a las calles de Israel disfrazados y con máscaras para celebrar la victoria sobre los enemigos del pueblo judío. La festividad de Purim es un momento para recordar la alegría y la esperanza, y para celebrar la vida a pesar de los desafíos que puedan presentarse.
Purim: La Festividad Judía que se Celebra con Estruendo y Jolgorio
De acuerdo con un dicho popular ídish, «Púrim iz kain ióntev nit» (Púrim no es una festividad) que se refiere al concepto espiritual de una «festividad».
Purim no es un día sagrado en sí mismo, sino un día dedicado al esparcimiento y al entretenimiento. A diferencia de otras celebraciones religiosas, Purim no se celebra con oraciones devotas o silenciosas intenciones, sino que se caracteriza por cierto grado de estruendo y jolgorio. Se hacen sonar matracas, se bebe una copa, se canta y las comparsas de enmascarados recorren las calles.
En algunas comunidades judías de oriente, la fiesta de Purim es celebrada de manera ruidosa y tumultuosa con un desfile en torno a una figura que representa a «Hamán Harashá» (Hamán el Malvado).
Después de la lectura del Libro de Ester, conocido como «Meguilá» por estar escrito en un rollo, los niños clavan una estaca en el patio central y cuelgan un muñeco relleno de paja y trapos. Luego, rodean el muñeco, aplauden y gritan «¡Hamán Harashá!» para simbolizar su desprecio hacia el villano del relato.
Durante la lectura del texto bíblico «Meguilat Ester», que contiene el libro de Ester de la Biblia, los niños y el resto del público se unen para celebrar de manera ruidosa cada vez que se menciona el nombre de Hamán.
Los niños baten palmas, dan golpes con los pies y hacen sonar sus matracas para demostrar su entusiasmo por la historia.
La emocionante trama de «Meguilat Ester»: Un drama ágil y cautivador que te mantendrá en vilo de principio a fin
«Meguilat Ester» no es una historia pacífica al estilo del Libro de Rut. En cambio, es un drama emocionante y ágil que se desarrolla como una novela y mantiene al lector cautivado.
La trama avanza a un ritmo rápido y dinámico, con giros inesperados que mantienen la atención del público. Por ejemplo, en una escena, la reina Vashti organiza un gran banquete en el palacio, pero rápidamente es juzgada y destituida por el rey Asuero (Ajashvérosh).
La historia de Ester es la de una huérfana humilde que, contra todo pronóstico, se convierte en la reina del reino. Mientras tanto, Hamán, el Gran Visir, es forzado a conducir a Mordejái por las calles de la ciudad montado en su caballo.
En las provincias, los judíos, que anteriormente ayunaban y se lamentaban, celebran ahora en medio de un gran regocijo. Sin embargo, todo esto no sucede en silencio, sino que es acompañado por un gran estruendo.
Hamán lleva a Mordejái en un desfile mientras los heraldos corren emocionados llevando el decreto real. En Shushán, la capital de Persia, una gran alegría se apodera de todos mientras Mordejái sale del palacio envuelto en un manto de púrpura y con una corona de oro.
La «Meguilá» es una historia que avanza rápidamente de un clímax a otro, manteniendo al público en vilo desde el comienzo hasta el final.
La celebración de Purim no es solo una festividad, sino también un drama que se desarrolla en varios actos, con su prólogo y su epílogo. Desde la tarde previo a la festividad, se siente una atmósfera de anticipación. Ese día en particular se conoce como «Zejor», donde se lee en las sinagogas la «Parashá» (episodio o fragmento de la Torá) que lleva el mismo nombre: «¡Recuerda!».
El simbolismo de Amalek y la importancia del tributo «majatzit hashékel» en la festividad de Purim
El tema en cuestión se refiere a la memoria de Amalek, un pueblo que acosó a los israelitas en el desierto y fue derrotado por Moisés y su pueblo.
En la cultura judía, Amalek simboliza a todos los enemigos que han intentado dañar al pueblo judío a lo largo de la historia. En la actualidad, algunos judíos observantes reaccionan con furia al escuchar la frase «Ki majó emjé et zéjer Amalek mitájat hashamáim» («Pues habré de borrar, ciertamente, la memoria de Amalek debajo del cielo»), golpeando las mesas y las paredes en señal de repudio.
El segundo prólogo de la festividad judía de Purim se conmemora en la fecha conocida como «Taanit Ester», también llamado «Ester Tones» o «El Ayuno de Ester».
En cuanto al inicio del drama principal, éste sólo tiene lugar en la tarde de «Taanit Ester», después de la oración de la tarde («maariv»), con la lectura del texto sagrado «Meguilá». Antes de «maariv», sin embargo, se celebra una ceremonia simbólica de gran importancia: el pago del «majatzit hashékel», una moneda antigua que equivale a la mitad de un siclo.
El tributo conocido como «majatzit hashékel» era una obligación para todos los judíos mayores de 20 años que deseaban hacer ofrendas en el «Bet Hamikdash», el Templo de Jerusalem. El nuevo año en el Templo comenzaba en el mes de Nisán, pero cuatro semanas antes se realizaba el pago del tributo en cuestión.
El Talmud afirma que «Be-ejad ba-Adar mashmiín al hashekalim» («El 1º del mes de Adar se hace el anuncio de los ‘shekalim’ «), indicando que el anuncio del pago del tributo se hacía al comienzo del mes de Adar.
La importancia del Templo de Jerusalem en la festividad de Purim: tradiciones, costumbres y simbolismo
A pesar de que han pasado más de 1900 años desde la destrucción del Templo de Jerusalem, para la comunidad judía el «Bet Hamikdash» sigue siendo un símbolo de pensamiento, fe y esperanza. En vísperas de la festividad de Purim, cada judío hace su aporte simbólico al Templo.
Las tres principales ceremonias de Purim son la lectura del texto sagrado «Meguilá», el envío de obsequios, especialmente alimentos, conocido como «mishlóaj manot», y la «seudá», una cena festiva que es el momento culminante de la celebración.
A diferencia de otras festividades religiosas, la celebración de Purim no está rodeada de una atmósfera religiosa específica.
En cambio, se destaca por sus coloridas costumbres populares y un rico folklore, que incluye una gran cantidad de dichos, anécdotas, cuentos cómicos, discursos y bromas, payasadas, ridiculizaciones y parodias de todo tipo. Es un momento para reírse de todo y de todos.
La importancia de Purim en la actualidad: un mensaje de esperanza en tiempos de crisis
Durante varios días, conocidos como «Ieméi ha Purim» o «los días de Purim», se celebra un extenso período de diversión que incluye tanto el pre-Purim como la víspera y el día de Purim en sí. Como epílogo, se encuentra el día de «Shushan Purim».
Este último día es especialmente disfrutado por los niños, quienes se libran de la escuela primaria, también conocida como «jéder», y tienen la oportunidad de degustar deliciosas golosinas.
En la actualidad, Purim tiene una relevancia aún mayor que en tiempos pasados, debido al impacto de la Shoá (Holocausto) y el exterminio masivo de judíos en Europa, así como a la creación del Estado de Israel. La historia dramática de esta festividad de tiempos antiguos transmite un mensaje poderoso, que resuena en la actualidad:
El mensaje de Purim es claro:
Los judíos no deben perder la esperanza en tiempos de crisis, incluso cuando la amenaza de aniquilación parece inminente. El Libro de Ester nos recuerda que «révaj vehatzalá iaamod laiehudim», es decir, «vendrá alivio y salvación para los judíos». Los Hamanes del mundo eventualmente enfrentarán su destino en la horca, mientras que los judíos serán recompensados con «orá vesimjá vesasón vikar» («luz y alegría, regocijo y honores»), como se describe en el mismo libro.