Mucha gente llega a sentir que toda su vida ha tenido mala suerte, que nada le sale bien y le echa la culpa a todo menos a su casa, que puede ser la verdadera razón por la cual no obtiene lo que busca.
Limpieza y sanación — La energía de nuestra hogar
Si queremos tener un buen crecimiento espiritual, despertar capacidades para ver más allá de lo cotidiano o para encontrar lo que buscamos en esta vida, entonces es fundamental procurar que nuestra casa goce de una buena salud.
Muchos hemos experimentado situaciones que aparentemente no tienen razón de ser, por ejemplo, cuando tenemos enormes motivos para ser felices y sin embargo nos despertamos con un pesar inexplicable.
Lo que más determina que nos sintamos de esta forma es nuestra casa, su estado será el que nos ayude a estar mejores o a evolucionar tanto en lo material como en lo espiritual.
La explicación es que durante el sueño nos despejamos de las tensiones del día, así como de las emociones y de los choques que tengamos con otras personas. Cuando dormimos nos desahogamos de todo, porque nuestro cuerpo físico es como un motor que puede reventar si no desfoga la tensión.
La intención es que al día siguiente nos despertemos en perfecto estado, que nos levantemos bien y podamos desechar todo lo negativo de la jornada anterior.
Si nuestra casa no está a bien o está bloqueada
Pero si nuestra casa no está a bien o está bloqueada y no puede recibir esa energía del cosmos, entonces nos levantamos cansados, con dolor de cuerpo o de cabeza, sin ganas de despertar debido a esa deficiencia energética sufrida durante la noche.
Otra de las razones es que las casas que fueron habitadas de manera previa tienen un acumulado de alegrías, problemas, enojos que se conservan como en una caja fuerte y que de alguna forma nos perjudican.
Si, por ejemplo, una pareja de recién casados se muda a un lugar donde antes vivió otro matrimonio que haya tenido problemas muy fuertes, los nuevos esposos pueden llegar a divorciarse por habitar en donde está esa herencia de peleas, esa energía que los impregnará.
Lo mismo pasa cuando nos cambiamos a donde habitó una persona enferma o conflictiva.
Si nosotros vivimos en una casa así, debemos limpiarla de todas esas emociones para que no nos influya y para hacerlo se pueden usar los cuatro elementos, agua, tierra, fuego, aire, y pedirles con mucha fe que nos ayuden a desalojar todas las energías pasadas.
¿Cómo sanar nuestra casa?
El Terreno
El primer punto a considerar es que el sitio donde vivimos está compuesto por diferentes energías; una de ellas es la que posee el terreno donde se ubica, el cual existe desde antes de que se haya construido nuestra casa.
Por ello lo que se construya se impregnará de esta energía que se emana de forma continua y, aun cuando nosotros no podemos verla, nuestros sentidos pueden captarla y se verán afectados o favorecidos por ella.
Dicha energía influirá grandemente en la edificación que se vaya a ubicar en él, por ello lo ideal es conocer bien el sitio lugar donde vamos a fundar nuestro hogar y poder elegir el mejor.
De la calle a la puerta
La parte de la entrada a nuestro aposento es donde empieza su energía, la cual será compartida por todos los que vivan en él. La casa y tú son una misma cosa, si estás bien, ella también lo estará y viceversa.
En este sentido, es importante saber que las calles tienen una energía muy pesada, al igual que los carros que expiden niveles muy densos, por ello se dice que no es recomendable juntar las cosas que se caen en la calle. Si lo juntamos es como si se levantara algo demasiado contaminado y el más afectado es nuestro cuerpo astral, que jalará todo eso tan negativo.
Lo recomendable para contrarrestar que todo esto entre a nuestra casa es echar agua a la calle y banqueta, al menos tres veces por semana. Pero antes de arrojarla se debe pedir al agua, que es un ser, que limpie y disperse todas las energías del lugar donde se está.
Si no se quiere gastar mucha agua, basta con humedecer un poco el piso y ya con eso se eliminará un gran número de energías que siempre buscan colarse.
Entrada del hogar
Es importante ponerle rocas de mar, de las que podemos encontrar en la arena. Éstas funcionan como aislantes de las energías de la tierra. Se pueden poner también conchas o caracoles, pero las más fuertes en cuestión de energía son las piedras.
La forma ideal de colocarlas es tres del lado izquierdo interno del cerco o cancel, tres del derecho y una en el centro, aunque si no se puede poner esta última porque pasa la gente, entonces a la mitad del camino. A estas rocas se les puede pedir que formen una barrera de protección para que no entre nada negativo de la calle.
En cuanto al jardín, que es la parte más sutil de la casa y de donde también se nutre, es bueno ponerle una figura de material sólido y de formas dulces y tiernas, como un pajarito (evitar las agresivas, como leones, y los materiales plásticos y el cristal).
Ésta actuará como una antena de energía que despedirá una luz que envolverá tu casa.
La figura se debe programar con cariño para que cumpla con la función que le pidamos. Después, es bueno que se bañe también cuando reguemos el jardín…