En una vuelta intrigante de eventos históricos, la elección del 119° Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Copta, una de las facciones más antiguas del cristianismo, estuvo marcada por un ritual poco convencional. Resulta que, después de la muerte del Papa Shenouda III en marzo, el proceso para seleccionar a su sucesor culminó en manos de un niño, que desempeñó un papel decisivo en un contexto de profundos cambios políticos y sociales en Egipto.
Elección inédita del 119° patriarca de la Iglesia Ortodoxa Copta
Un ritual ancestral decide el futuro líder espiritual entre cambios políticos y sociales en Egipto
En una primera etapa, se identificaron cinco candidatos potenciales para asumir este rol de enorme responsabilidad y trascendencia. De esta lista, surgieron tres nombres preponderantes: los obispos Rafael y Tauadros, junto con el monje Rafael Ava Mina.
Estos tres fueron seleccionados mediante una votación que contó con la participación de cientos de religiosos procedentes de distintas regiones del país, evidenciando la diversidad y la extensión de la influencia de la Iglesia en la nación.
Posteriormente, el 4 de noviembre, se llevó a cabo una ceremonia singular en la Catedral Copta de San Marcos en El Cairo. En este acto, un niño, con los ojos vendados, eligió de manera aleatoria uno de los tres nombres que se encontraban en papeles dentro de una caja situada en el altar. Este método, que combina la fe con la aleatoriedad, tiene profundas raíces en la tradición de la Iglesia Ortodoxa Copta y simboliza la intervención divina en la elección del líder espiritual.
El líder elegido, más allá de sus deberes religiosos, enfrentaría desafíos significativos, particularmente en el contexto político y social que se vivía en Egipto tras el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak el año anterior.
Su papel no sería solo espiritual, sino también social y político, navegando en un delicado equilibrio de poderes en una nación en transformación. Se esperaba que defendiera los derechos y la seguridad de la comunidad copta, que representa aproximadamente el 10% de los 80 millones de habitantes de Egipto.
Entronización del nuevo Papa Copto: Un nuevo amanecer para una antigua comunidad
La comunidad copta se prepara para una nueva era de liderazgo tras la partida de Shenouda III
La entronización del nuevo Papa de los coptos, que representan unos 16 millones de fieles en todo el mundo, estaba programada para el 18 de noviembre, marcando el comienzo de una nueva era en la historia de esta antigua comunidad cristiana.
La partida de Shenouda III, quien falleció el 17 de marzo a la edad de 88 años, dejó un vacío significativo en la Iglesia Ortodoxa Copta.
Durante sus cuatro décadas de liderazgo, se convirtió en la principal figura y guía espiritual de esta comunidad, en un periodo marcado por cambios y tensiones. Su muerte ocurrió en un momento particularmente delicado, dejando a la minoría cristiana copta sin su líder más emblemático.
En un contexto ya tenso, la comunidad copta, tradicionalmente reservada, se encontraba aún más preocupada debido a la reciente escalada de ataques violentos. Esta ansiedad se agravaba con el auge del islam político, aunque la creciente inseguridad era una preocupación compartida tanto por musulmanes como por cristianos en Egipto.
La responsabilidad que recaía sobre el nuevo Papa era monumental. Su principal tarea sería tranquilizar y guiar a la comunidad copta en un momento en que Egipto experimentaba un resurgimiento islamista liderado por los Hermanos Musulmanes. Los coptos jóvenes, en particular, buscaban un líder capaz de redefinir el papel de su comunidad en una era de profundos cambios políticos y sociales tras la caída de Mubarak.
El singular proceso de elección del líder de la Iglesia Copta
Cómo un antiguo ritual y la fe guían la selección del sucesor de Shenouda III en la Iglesia Ortodoxa Copta
La elección del sucesor de Shenouda III fue un proceso arraigado en las tradiciones más antiguas del cristianismo.
Tras su fallecimiento, un cónclave se encargó de seleccionar a los candidatos, cuyos nombres se redujeron finalmente a tres. En una misa solemne, conocida como «sacra elección a suertes», un niño con los ojos vendados escogió al azar el papel con el nombre del nuevo líder de una urna de plata. Esta tradición se basa en la creencia de que es Dios quien elige, a través de la mano inocente de un niño.
Esta práctica tiene sus raíces en la historia temprana del cristianismo en Egipto, remontándose a la llegada del evangelista Marcos, considerado el fundador de la iglesia copta. Más allá de Egipto, la influencia de esta denominación se extiende a Etiopía, América del Norte y Europa, reflejando su alcance y significado histórico en el cristianismo mundial.
