La presión cultural podría estar acortando el tiempo que invertirmos en dormir, anteponiéndose a los ritmos naturales circadianos, alterando nuestros hábitos y creando «una crisis global del sueño».
La crisis mundial de sueño
Un estudio publicado por la revista ‘Science Advances’ llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan, EE.UU. indica que los habitantes de Japón y Singapur son los que menos duermen (un total de siete horas y 24 minutos al día de promedio).
Mientras que los holandeses duermen un total de 8 horas y 12 minutos. Por su parte, Alemania se encuentra por debajo del promedio de los países en los que se realizó el estudio con 7 horas y 45 minutos.
El objetivo del estudio
Llevado a cabo en 100 países, era conseguir una mejor comprensión sobre cómo las presiones culturales pueden imponerse a los ritmos biológicos. Gracias a una aplicación, los expertos también lograron descubrir que los hombres de mediana edad son los que menos duermen.
Por otra parte, las mujeres duermen al menos media hora más que los hombres. Según indican los expertos, cada media hora de sueño supone una gran diferencia en relación al rendimiento del cerebro y la salud a largo plazo.
«Todos los casos indican que la sociedad regula el horario de sueño (la hora a la que nos acostamos), mientras que el reloj interno regula la hora de despertarse, por lo que irse a dormir más tarde va asociado a pérdida de tiempo de sueño», indica Daniel Forger, coautor del estudio.
Según el experto
Las presiones sociales debilitan o enmascaran de alguna manera los ritmos biológicos, haciendo que las personas retrasen el momento de irse a la cama.
La falta de sueño puede conducir a un aumento del riesgo de obesidad, de contraer diabetes o de padecer problemas cardíacos. Pero eso no es todo, ya que advierte Forger- «si usted ha dormido poco, puede realizar todas sus actividades igual que cuando está borracho».
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