Dice en la Torá, en esta porción de Tetsavé, que había 11 elementos que iban en la preparación del ketóret, el incienso que se llevaba en la época del Tabernáculo, el Mishkán. Uno de estos elementos es llamado gálbano, el cual, según el Talmud, tenía mal olor.
Cábala — La Luz es Luz sólo si proviene de la oscuridad
El ketóret debía ser un reaj nijóaj, un aroma agradable; entonces, ¿por qué uno de los once ingredientes tenía mal olor?
El trabajo de Aharón, a lo que también se refiere esta porción, y en realidad el trabajo espiritual de todos nosotros, es acercar a la Luz del Creador todas aquellas personas y elementos que se encuentren lejos de ella.
Por ende, la razón por la cual se agregaba gálbano al ketóret, el cual es una de las conexiones más elevadas, era para indicar que también estaban incluyendo las almas de las personas que estaban alejadas de la Luz del Creador en la conexión y en la elevación que estamos haciendo.
Pero ¿cuál es el secreto detrás de este concepto?
El Talmud, en la Guemará dice, que cuando algo muy negativo está destinado a suceder, una de las herramientas que utilizamos para eliminar ese decreto es un grupo de personas que ayunen y oren para que ese decreto sea anulado.
Pero los sabios nos dicen que si un grupo de, digamos, 100 personas justas ayuna y ora, la posibilidad de eliminar el decreto es pequeña. Sin embargo, si de las 100 hay 80 personas justas y 20 personas negativas, entonces hay una posibilidad mucho mayor de que la oración sea respondida y el decreto se anule.
Así que, nuevamente, la pregunta es ¿por qué? Lógicamente dirías: déjame escoger a las 100 personas justas, ellas serán más poderosas y podrán eliminar el decreto, ellas podrán revelar la Luz necesaria.
Pero los cabalistas dicen que no; si quieres que el decreto sea anulado, tienes que escoger el otro grupo, el grupo donde haya tanto personas negativas como personas positivas.
Para entender la lógica de esto, el Zóhar nos dice que la Luz es Luz sólo cuando proviene de la oscuridad, y el bien es bueno sólo cuando proviene del mal. Por lo tanto, si una persona transita por un camino negativo y lo deja, entonces es allí cuando la Luz del Creador se revela de verdad y en gran manera.
La Luz es Luz sólo si proviene de la oscuridad
Tratemos de entender lo que el Zóhar está diciendo; la Luz es Luz sólo si proviene de la oscuridad. Eso no es lo que pensamos con nuestra lógica. Pensamos más bien: Sí, es posible revelar Luz a partir de la oscuridad, pero también es posible revelar Luz de la Luz.
Si tienes que escoger entre tener un día en el que estés conectado e inspirado y un día en el que estés desconectado y en oscuridad, escogerías estar en el día en el que te sientas conectado e inspirado, y revelar Luz desde allí. Pero el Zóhar nos dice que no, que eso no es Luz; la Luz es Luz sólo cuando proviene de la oscuridad.
¿Cuál es el secreto de esta enseñanza, de por qué necesitamos personas negativas dentro de un grupo que intenta hacer grandes cosas, y por qué dentro del incienso (que es una conexión muy poderosa) debía haber algo que oliera tan mal?
Los cabalistas enseñan que el propósito de la creación de nuestro mundo, y el propósito de nuestra vida a nivel individual, es revelar Luz donde una vez hubo oscuridad.
Esta es la razón por la que alguien que ha caído y se levanta alcanza un nivel más elevado en comparación con alguien que ha sido positivo durante toda su vida.
¿Por qué?
Porque la persona que siempre es positiva, que siempre mantiene un estado elevado, nunca ha caído en la oscuridad. Y si nunca caes en la oscuridad, nunca desarrollarás la capacidad para iluminar la oscuridad… y si nunca iluminas la oscuridad, nunca alcanzarás el propósito por el cual viniste a este mundo.
Así que, cuando entendemos que el propósito de nuestra vida espiritual es iluminar la oscuridad —no revelar gran Luz donde ya exista Luz— entendemos por qué es necesario caer de vez en cuando.
Ahora bien, la mayoría de nosotros no tenemos que preocuparnos por eso. Esta caída ocurre de forma natural, pero debemos entender por qué es una parte importante de nuestro trabajo espiritual.
Luz en la oscuridad
Si permanecemos en el estado en el que nos encontramos actualmente, asumiendo que de alguna manera nos hemos desarrollado espiritualmente, nunca podremos revelar Luz en la oscuridad; únicamente podremos revelar Luz desde la Luz.
Pero si caemos hoy o mañana, y luego nos elevamos desde esa realidad de oscuridad espiritual en la que hemos caído, entonces habremos llenado todo ese vacío con Luz, hemos revelado Luz desde la oscuridad.
Mientras que, si mantuviéramos el mismo estado espiritual, nunca revelaríamos Luz en la oscuridad porque estaríamos revelando Luz en la Luz.
Y el Zóhar dice que el propósito de nuestra vida y el propósito de la creación de este mundo no es revelar Luz en la Luz, sino caer y en esa caída llegar al lugar de oscuridad, y luego iluminar todo el vacío con Luz.
Ketóret
Esta es la razón por la cual los kabbalistas enseñan que en el ketóret debe haber un ingrediente que huela muy mal.
La idea es que el propósito del ketóret es revelar una gran Luz, y por ello, si no hay algo terrible en él, si no hay oscuridad en él, si no existe la posibilidad de estar en algún estado de oscuridad que pueda ser iluminado, entonces no existe propósito para el ketóret.
Lo mismo ocurre con el grupo de personas que intentan hacer algo importante y anular un decreto.
Si no tienes personas negativas que formen parte de ese grupo, entonces lo único que haces es revelar Luz desde la Luz, y son personas elevadas quienes revelan esa Luz… y esta no es Luz que corresponda al propósito de nuestra vida y al propósito de este mundo.
Personas negativas
Por ende, debe haber un olor negativo en el ketóret, tiene que haber personas negativas en un grupo que intente anular un decreto. Porque entonces tienes la capacidad de revelar Luz donde una vez hubo oscuridad.
Es del mismo modo a nivel individual; la caída es una constante que debe ser parte de nuestra vida hasta que nos perfeccionemos por completo.
Los cabalistas enseñan que nuestra conexión espiritual fluctúa constantemente entre la conexión y la desconexión. La mayoría de nosotros pensamos que esta es simplemente una parte lamentable de nuestro trabajo espiritual.
Pero la verdad es que no es así. Es una parte necesaria de nuestra existencia espiritual y de nuestra vida, porque si nunca nos desconectamos, nunca tendremos un nuevo vacío para llenar con Luz.
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Autor: Michael Berg