A lo largo de las últimas semanas hemos estado revisando los preceptos noájidas, que se aplican a toda la humanidad, y llegamos al último de ellos que establece la aplicabilidad de la justicia para resolver situaciones conflictivas.
¿Justo o injusto? Reflexiones Judaísmo
Como fruto natural de la convivencia entre personas surgen conflictos. Los delitos y el trato desagradable o incluso violento a los demás están a la orden del día y la falta de respeto a la integridad de las personas es, por desgracia, frecuente en nuestros días.
Hashem dispuso en las leyes noájidas para todas las naciones la necesidad de establecer unas cortes de ley que pusieran orden y mediaran en estos conflictos.
En este contexto, me surge la pregunta que tantas veces nos ronda a todos por la cabeza y que en el caso de los adolescentes, por ejemplo, se ha convertido hoy en día en todo un mantra: ¡esto es injusto!
Injusticias
Estas supuestas “injusticias” pueden ir desde la banalidad más trivial, como por ejemplo que la cola del supermercado en la que estamos esperando sea la más lenta del mundo, o a situaciones más serias como la violencia o la pérdida de un ser querido, Di-s no lo permita.
Es necesario hacer un poco de introspección y meditar sobre el hecho de que todo lo que sucede en el mundo ha sido orquestado por nuestro Creador y, por tanto, no cabe pensar que el resultado de las cosas que suceden sea injusto para nosotros.
Si bien es cierto que en caso necesario debemos recurrir a los tribunales o a las cortes rabínicas en el caso de los judíos, la resolución de lo que vivamos en nuestras vidas siempre será justa porque será lo que Hashem quiere de nosotros.
La vida es injusta con nosotros
Cuando tenemos una pérdida monetaria, cuando alguien enferma, cuando se nos estropea el automóvil en el momento que llegamos tarde a una cita es fácil pensar simplemente que la vida es injusta con nosotros.
Yo me lo merezco todo en el mundo. Yo debo tener unos ingresos desorbitantes. Yo tengo derecho a tener una casa preciosa y todas las comodidades del mundo además de ser el primero al que atiendan, al que permitan pagar rápidamente en la cola del super y todo lo que se me ocurra que es mi privilegio simplemente por vivir en el mundo.
Este pensamiento es muy común
Y no me malinterpreten, es bueno aspirar a mucho pero es todavía mejor conformarse con lo que tenemos y no pensar que la vida es injusta tan solo porque el zapato que estaba rebajado no estaba disponible en nuestro número.
Para los asuntos graves debemos dirigirnos a las autoridades pertinentes que podrán resolver el caso con diligencia, pero seamos sinceros y consecuentes con nosotros mismos y dejemos de pensar que el mundo está en nuestra contra tan solo porque no suceden las cosas tal y como nosotros pensamos que tienen que suceder.
Son muchos los casos de personas que en el último momento perdieron su avión, su tren, su autobús… y finalmente se libraron de un accidente.
Esas personas seguro que pensaron mientras veían su transporte partir sin ellos que era una tremenda injusticia que hubieran sufrido tanto corriendo para alcanzar un autobús que se fue sin ellos, pero al ver las noticias seguro que se alegraron y entonces sí que estuvieron de acuerdo con esa justicia Divina.
Pues bien, aunque el autobús que se vaya sin nosotros no tenga un accidente ni veamos luego un milagro revelado que esté asociado directamente con ese retraso que sufrimos, debemos seguir teniendo emuná completa en que Hashem ha permitido que esto pase porque así tiene que pasar.
Las cosas pasan por algo
No hay que “pasarse de listo”: las cosas pasan por algo. Seguro que no vamos a entender todo lo que sucede a nuestro alrededor, pero es mejor relajarse y dejarle esa tarea a Quien creó todo con perfección absoluta, ¿no les parece?
Tali Mandel para breslev.co.il