Cada 20 años, bajo una conjunción de Júpiter-Saturno (un “katum” como llaman los mayas a estos períodos de dos décadas), el momento es propicio para un re-acomodo político, institucional, organizacional e ideológico en el mundo entero.
La gran reestructuración mundial
Bajo esta conjunción, se dan las condiciones para que se funden naciones, se aprueben constituciones y nazcan organizaciones y nuevos modelos sociales en todo el planeta.
Para poner un pequeño ejemplo, en el país desde donde escribo Venezuela, bajo una conjunción de Júpiter y Saturno se aprobó la constitución nacional de 1961, y asimismo, en otra de estas conjunciones, en el 2000, entró en vigencia nuestra actual carta magna.
Justamente, esa conjunción del año 2000 es la última que hubo, y ocurrió en Tauro, y ahora en 2020, tendremos a fines de año, un nuevo encuentro de estos dos astros.
En esta ocasión, la conjunción de Júpiter y Saturno tendrá (ya está teniendo) características muy especiales.
Dicha conjunción se formará en el último trecho de Capricornio en el mes de diciembre, y lo extraordinario en esta ocasión es que ambos astros entrarán casi a la misma vez, al signo de Acuario.
Saturno está fuerte en Capricornio porque es su domicilio
Su casa, y al entrar en Acuario seguirá fuerte, al entrar a un signo en el que antiguamente era el regente (antes de que fuera descubierto Urano) y donde su poder estructural es aplicado al proceso creador y modernizador.
A esto se le agrega la presencia de Plutón en Capricornio, lo que significa que antes de unirse Júpiter y Saturno, ambos han tenido primero que amalgamarse a la energía plutoniana.
En efecto, Saturno hizo conjunción con Plutón en enero, y ahora Júpiter lo está haciendo en este mes de abril, y lo hará dos veces más: en junio y noviembre, y eso significa que antes de que la conjunción Júpiter-Saturno construya un nuevo modelo de sociedad, habrá un derrumbe de todo lo viejo.
Efecto de la conjunción Júpiter-Saturno
Esto indica que el efecto de la conjunción Júpiter-Saturno, viene en esta ocasión, intensificado, porque primero, bajo el efecto de Plutón en Capricornio, debe venir el desplome de las viejas estructuras, por lo que la mesa estará servida para “casi” que comenzar desde cero, o en todo caso, que los cambios que vengan, sean mucho más profundos que en ocasiones anteriores.
Y es emblemático el hecho de que sea a final de Capricornio, el signo de las estructuras, que se encuentren Júpiter y Saturno, luego de haber recibido el efecto demoledor de Plutón, y que juntos entren a Acuario, el signo del futuro.
La modernidad, la renovación, la vanguardia, marcando un proceso en el que el nuevo modelo que surja, traerá un verdadero avance modernizador y renovador, y no “parches” o “remiendos” que se le hagan a las viejas estructuras. Realmente algo se derrumba, algo muere, y algo nuevo está por nacer.
Nuevo orden mundial
Cuando hablamos de un nuevo orden mundial, tendemos a pensar en algo ideal, como una especie de “final feliz”; la humanidad avanza, se moderniza, encuentra nuevos modelos, pero de igual forma surgen nuevos problemas y situaciones, lo importante es que siempre hay avance.
Hoy día vemos un mundo convulsionado por múltiples problemas, sin embargo, miremos hacia atrás, pensemos en la época en que un país invadía y esclavizaba a otro como en la Roma imperial, o en la época en que las potencias disponían de países pequeños a la fuerza.
Actualmente hemos avanzado; la diplomacia funciona mejor, los organismos y leyes internacionales tienen más peso; siempre hay avances que van civilizando al mundo aunque todavía persistan actos de barbarie.
Estamos a las puertas de una gran restructuración mundial, del nacimiento de nuevos modelos de sociedad, seremos testigos de todo lo que habrá de ocurrir después de que transcurra esta tormenta del 2020, y que nos llevará a un renacer en el 2021.