Inmaculada Concepción de María Santísima
Cuatro son los rasgos ontológicamente genuinos de la persona humana de María: su inmaculada concepción, su maternidad divina, su virginidad concomitante y su asunción a los Cielos en cuerpo y en alma. María fue purísima y, por ende, inmaculada desde el primer momento de su concepción en el seno de su madre.
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