Origen de la Navidad

Origen de la Navidad, InfoMistico.com

En nuestro sistema solar se produce un fenómeno realmente singular en torno a la Navidad. El Sol alcanza su punto más bajo el 21 de diciembre en el hemisferio norte, marcando el inicio del alargamiento progresivo del día en detrimento de las horas nocturnas.

Origen e historia sobre la celebración de la Navidad

En el siglo XIX se inventó la Navidad como se conoce actualmente.

Debido a lo poco que varía la declinación del sol en torno al solsticio de invierno y a cómo parece permanecer inmóvil en el ecuador celeste, este fenómeno se conoce como el “sol quieto”.

Para todas las sociedades antiguas, el solsticio de invierno simbolizaba el nacimiento real del sol porque es un acontecimiento cósmico que aporta luz y calor a la Naturaleza.

La fertilidad de la tierra, que aseguraba la existencia del astro divino, la deidad más antigua que la humanidad haya adorado jamás, ayudaba a los humanos a ver refrescadas sus posibilidades de supervivencia a medida que el resto de la naturaleza empezaba a salir poco a poco de su letargo.

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Solsticio de Invierno

Historia y Origen de la Navidad

No fue hasta el Concilio de Nicea, en 325, cuando se reconoció formalmente que la persona de Jesús era consustancial a Dios.

En aquella época, el dogma de que el Padre y el Hijo estaban hechos de la misma sustancia divina fue muy debatido y discutido.

El Papa Julio I estableció el 25 de diciembre como inicio oficial de la Navidad en el siglo IV por varias razones, una de las cuales era minimizar la importancia de algunos ritos paganos que se celebraban el mismo día.

A modo de ilustración, consideremos las celebraciones de Saturno-Cronos, antiguo dios romano de la agricultura y la fertilidad, así como las celebraciones de Baco.

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Concilio de Nicea

El dios védico Mitra, cuyo culto se originó en la India y posteriormente se extendió a Persia y Roma, era honrado por los soldados romanos el mismo día. Las diversas deidades relacionadas con el Astro Rey, así como Mitra, experimentaban periódicamente una pasión, muerte y resurrección.

Papa Julio I

Algunos autores afirman que Gregorio Nacianceno, uno de los tres padres capadocios que desarrollaron la doctrina trinitaria clásica a finales del siglo IV, y Juan Crisóstomo influyeron significativamente en la decisión de elegir el 25 de diciembre, que sitúan en el año 345, bajo el papa Julio I.

Juan Crisóstomo defendió esta fecha, frente al 6 de enero, en escritos de al menos el año 375. Aunque ambos personajes actuaron como ardientes defensores de la fecha de nacimiento, lo más probable es que ninguno de los dos participara en la decisión de elegir el 25 de diciembre.

Aunque sí actuaron como ardientes defensores del 25 de diciembre a posteriori, es más creíble que ambos personajes no se implicaran en la datación del nacimiento.

Natalis Solis Invicti

Cuando instó a sus seguidores a dedicar ese día “al Sol, pero al Creador del Sol”, San Agustín (354-430) debió de tener muy claro el verdadero origen de la Navidad católica, que se superpuso a la Natalis Solis Invicti.

Incluso después de que el 25 de diciembre ya se hubiera establecido como fecha fija -o tal vez incluso a causa de ello-, las especulaciones sobre el nacimiento de Jesús persistieron durante muchos siglos.

El uso de dos calendarios diferentes en Oriente y Occidente dio lugar a una desigualdad de cómputo tan grande hacia el año 526 de nuestra era que tuvieron que unificarse.

El monje Dionisio el Exiguo recibió el encargo del papa Juan I (523-526) de realizar los estudios cronológicos necesarios para unificar el cómputo y evitar que la Pascua se celebrara en dos fechas distintas del mismo año, a fin de corregir las discrepancias entre los calendarios judío y romano.

Fecha del 25 de diciembre

 
Dionisio fue un monje que nació en el año 460 en Escitia, una antigua nación que hoy se conoce como Dobrudja, una región de la costa del Mar Negro entre Bulgaria y Rumanía.

Desde 497 vivió en Roma al servicio del papado. Anteriormente, se había encargado de determinar las fechas de los concilios de Oriente y de traducir varias obras teológicas del griego. Era famoso por su erudición.

Revisó todos los escritos de los cronógrafos antiguos que se conservaban en las bibliotecas de Roma para preparar la nueva misión.

Dionisio el Exiguo prefería empezar a contar desde el nacimiento de Cristo porque consideraba que sería más conveniente para el mundo cristiano hacerlo así que desde la época de un reconocido “impío perseguidor de la Iglesia”…