Lorraine era esencial en mi trabajo
Porque los médiums y videntes nos permiten saber si hay espíritus y fantasmas en un lugar determinado. Los espíritus se sienten atraídos por un médium-clarividente como una polilla se siente atraída a una llama.
A través de los casos que atendimos conseguimos miles de fotos de fantasmas. Y no estoy hablando de material de tipo ectoplásmico o vaporoso, si no que de espíritus que aparecían tan claros como tú y yo.
En muchos de estos casos trabajamos con clérigos de todos los credos, porque la mayoría de las religiones enseña el amor de Dios y el amor al prójimo.
Ed Warren destacó, como anécdota, que su mujer y él consiguieron en 1989 que un tribunal de justicia reconociera que una mujer y su joven hijo habían sido expulsados de su casa por … fantasmas.
Ella vivía en Hebrón, Connecticut y el agente de bienes raíces que les había arrendado la casa los estaba demandando por dos mil dólares. Ella nos pidió que entráramos en la casa y consiguiéramos pruebas que demostraran que allí había fantasmas.
Fuimos a la corte de Rockville y ganamos el caso, estableciendo un precedente en los Estados Unidos, porque presentamos una evidencia muy sólida, con fotografías, grabaciones y testigos bastante creíbles.
La Dama de Blanco de Easton y el Museo del Horror de los Warren
Además de filmar fantasmas, ataques de espíritus contra personas y criaturas extrañas como duendes, Ed Warren recuerda también cuando logró filmar durante varios segundos, el 1 de septiembre de 1990, a las 2:40 am., a la denominada Dama Blanca de Easton
El fantasma de una mujer que había sido visto durante más de 50 años en torno al cementerio de la Unión, ubicado en la Ruta 59 de Easton.
Aparqué mi furgoneta en el cementerio y esperé en silencio con mi grabadora de vídeo. La única luz que se veía era una luz de la calle, que estaba a 50 metros de donde yo estaba sentado. De pronto escuché una mujer llorando y me asomé lentamente.
Vi cientos de luces fantasmas que flotaban alrededor y formaban la figura de una mujer. Yo no podía distinguir los rasgos faciales, pero pude ver que tenía el pelo largo y oscuro y que estaba vestida de blanco.
Me emocioné un poco, así que comencé a caminar hacia ella para filmarla mejor, pero ella desapareció. Olvidé en ese momento que nunca hay que caminar hacia un fantasma, sino que hay que dejar que el fantasma venga a ti, porque puedes cambiar el campo molecular y magnético cuando un fantasma se está materializando.
Museo de lo Oculto de los Warren
Los Warren durante sus espeluznantes investigaciones recolectaron cientos de artículos supuestamente poseídos y embrujados, como juguetes, libros, esculturas, cuadros y máscaras, que en la actualidad se pueden admirar en el «Warren Occult Museum» («Museo de lo Oculto de los Warren»).
Único en su especie en el mundo y ubicado en un cobertizo de la propia casa de los Warren, en Monroe, Connecticut.
Ed Warren precisó que en este museo oculto hay cosas que son tan peligrosas que con sólo tocarlas la gente puede contaminarse con el mal, al contrario de lo que ocurre cuando se toca cualquier artículo en una iglesia.
Cuando un sacerdote bendice una reliquia sagrada, una cruz o una estatua, lo que hace es proyectar las vibraciones de la santidad en la estructura molecular de dicho elemento.
En nuestro museo todos los artículos que se exhiben aquí están cargados de malignidad porque fueron utilizados en brujería, rituales satánicos, magia negra y maldiciones.
Algunos nos criticaron por exponer estas cosas tan peligrosas a los visitantes, pero ellos no saben que el mal se nutre precisamente de la ignorancia de la gente, de las propias creencias de algunas personas ingenuas que cree que el mal y el diablo no existen.
Las «travesuras» de Annabelle
En una de las vitrinas de este increíble Museo del Horror, encerrada en una urna de cristal, destaca, sin dudas, la famosa y temida muñeca Annabelle >>, un juguete diabólico que los Warren lograron llevar a duras penas a su casa después que aterrorizara a tres jóvenes (e intentara asesinar a uno de ellos) en la década de los 70’.
Lorraine Warren recuerda que nosotros logramos concluir que un espíritu inhumano demoníaco era el que empezó a mover a la muñeca para captar la atención de estos jóvenes y poseer así a cualquiera de ellos.
Después que estos muchachos nos contactaron sometimos a la muñeca a un ritual religioso y la llevamos a nuestra casa, pero durante el trayecto sentimos una atmósfera de odio vicioso.
El auto en que íbamos empezó a fallar, así que Ed roció a la muñeca con agua bendita. Inmediatamente los disturbios del carro cesaron y pudimos llegar a salvo a casa.
Pero en los días siguientes Annabelle comenzó a levitar y a presentarse en algunos cuartos de la casa, pese a que mi marido la había dejado en su estudio, sentada en una silla.
El padre Bradford
También Annabelle se hizo amiga de un gato negro que, ocasionalmente, se materializaba al lado de ella.
El padre Jason Bradford, un exorcista católico que ya había trabajado con Ed en algunos casos, nos visitó una vez y se manifestó bastante interesado por la historia de esta muñeca, pero cuando la vio la encontró bastante inofensiva y, después de dejarla en la silla donde estaba, nos dijo:
«No se preocupen, sólo es una muñeca de trapo y no puede lastimar a nadie».
Cuando se fue de la casa una hora después, le dije al padre que tuviera mucha cautela al manejar y que nos llamara de inmediato en cuanto llegara a su destino. Cuando se fue le dije a Ed:
«Percibo tragedia para esa joven sacerdote, pero él tiene que llegar a su destino». Unas horas después sonó el teléfono.
Era el padre Bradford. «Lorraine –me dijo- ¿Por qué me dijiste que tuviera cuidado al manejar. Y yo le respondí: «Porque sentí que el carro iba a salirse fuera de control, y que estarías involucrado en un terrible accidente.
«El padre Jason me dijo entonces: «Pues tenías razón. El sistema de frenos de mi auto falló inexplicablemente y casi muero en un accidente de tráfico. Mi auto quedó en ruinas y yo estoy vivo de milagro. Y creo que esa muñeca fue la gran responsable del accidente».
El 23 de agosto del 2006 el infatigable Ed Warren, después de sufrir un accidente cerebro vascular, falleció en su hogar de Connecticut. A su lado se encontraba su fiel esposa Lorraine, la misma que conoció cuando tenía 16 años.
Hoy, a los 87 años, la clarividente y demonóloga sigue activa y viviendo en la casa familiar, junto al museo que lleva su apellido y donde todavía permanecen los cientos de objetos malignos que su marido y ella recolectaron durante décadas de pesquisar hechos sobrenaturales y combatir a entidades maléficas.
Entidades tan aterradoras como la temida muñeca Annabelle.
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