Fumata blanca o fumata negra. Cada fumata tiene su propia composición química. Como si de la fórmula de la Coca-cola se tratase, el Vaticano ha anunciado la fórmula química de la fumata que anuncia que la Iglesia tiene nuevo Papa. Ahí va la preciada fórmula y otras curiosidades del Cónclave:
Fórmula Química de la fumata — Elección nuevo Papa
Por primera vez en la historia, en la capilla Sixtina hay dos estufas. Una es la tradicional, que se viene usando desde el Cónclave de marzo de 1939, en la que se queman las papeletas de las votaciones.
A ella se ha unido una estufa auxiliar que permite, gracias a un mecanismo electrónico, incrementar la visibilidad de las fumatas.
Según ha informado el Vaticano en un comunicado, para crear la fumata blanca se utiliza clorato de potasio, lactosa (que sirve como combustible fácilmente inflamable) y colofonia, que es una resina natural que se obtiene a partir de pino amarillo.
Para lograr el humo negro se emplea perclorato de potasio, antraceno (un componente de alquitrán de hulla) y azufre.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha precisado que el momento en el que se queman las papeletas se activa un dispositivo electrónico en la estufa auxiliar que pone en marcha una especie de cartucho que contiene cinco cargas y que se activan una tras otra durante un tiempo total de siete minutos.
Estufas en la Capilla Sixtina
Las dos estufas —instaladas en la parte posterior de la Sixtina—, están unidas al tubo interno de la chimenea, que mide unos 15 metros de altura y a través de una ventana de esta capilla sale hasta el tejado. La parte externa mide cerca de dos metros y es visible desde la plaza de San Pedro.
La estufa en la que se queman las papeletas es de hierro fundido, de un metro de altura y 45 centímetros de diámetro. Tiene una portezuela inferior donde se enciende el fuego y una superior donde se introducirán los documentos para quemar.
En la Antigüedad, según recuerda el Vaticano, para producir el color negro se usaba carbón o alquitrán, y para el humo blanco, paja fina.
Por último, para mejorar el tiro de la estufa y facilitar que el humo ascienda y sea visible por encima del tejado de la Capilla Sixtina, el conducto de la chimenea se precalienta con resistencias eléctricas y está equipado con un ventilador extractor de apoyo.
Sotana en tres tallas
La sotana que vestirá el sucesor de Benedicto XVI, realizada por la sastrería Gammarelli de Roma, ya está lista en tres tamaños diferentes y que se muestran en la vitrina de la compañía desde el pasado lunes.
Así, se han realizado tres sotanas de tres diferentes medidas, pequeña, mediana, grande, y una faja blanca con flecos dorados y un par de zapatos rojos de cuero.
«Son tres trajes de lana blanca y una capa de terciopelo rojo que el Santo Padre, recién elegido, se pondrá cuando salga al balcón para bendecir a la multitud», explica Lorenzo Gammarelli, responsable de la sastrería.
El comercio Gammarelli ha vestido a decenas de cardenales y papas desde 1798. El papa Pío XII fue una excepción, ya que usó su sastre familiar. Se encuentra en el centro de Roma, a dos pasos del Panteón y muy cerca de la Plaza Santa Minerva en Vía Santa Chiara, 34.
De este modo, la sastrería entregó, antes de que comenzara el Cónclave, tres trajes de tres tallas diferentes «para que sirvan en el caso de que el Sumo Pontífice sea muy alto o muy bajo, muy corpulento o muy delgado», según comenta la modista, Teresa Palombini.
Residencia Santa Marta
Los cardenales se alojan en la residencia de Santa Marta, en el interior del Vaticano, un edificio moderno, de cinco plantas, 106 suites, 22 habitaciones individuales, un apartamento y numerosos salones, que hace la vida más cómoda a los purpurados, sobre todo a los más ancianos.
Aunque de presencia austera, los suelos son de mármol, las puertas de maderas nobles y las camas, mesas y sillones son bellos muebles de época. Las paredes están decoradas con cuadros que representan, entre otros, a Cristo, la Virgen y san Pedro, y hay varias estatuas de Juan Pablo II.
El inmueble dispone de una luminosa capilla presidida por un crucifijo de madera tallada y de un amplio comedor, con mesas para siete comensales, que será otro de los lugares donde los cardenales intercambian opiniones.
Como establece la normativa vaticana, durante el Cónclave el aislamiento de los electores es total y deben abstenerse de correspondencia epistolar, telefónica o por otros medios con personas ajenas al Cónclave.
Por ello, durante estos días han desaparecido de Santa Marta las televisiones, teléfonos, radios y cualquier otro medio que pueda violar lo estipulado por Juan Pablo II en la Constitución Apostólica ‘Universi Dominici Gregis’, sobre la Sede Apostólica y la elección del nuevo pontífice.
Los cocineros guardan secreto
Nadie se libra. Los cocineros, los limpiadores, las floristas, los médicos y los sacerdotes han tenido que prestar juramento con el que se comprometen a guardar secreto sobre todo lo que suceda en la asamblea.
El juramento se efectuó el pasado lunes a las 17.30 horas local en la Capilla Paulina.
«Todos los que participen en el próximo Cónclave, ya sean eclesiásticos o laicos, aprobados por el cardenal camarlengo y los tres cardenales asistentes, tendrán que prestar el juramento previsto en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis» (sobre la Sede Vacante y la elección del Romano Pontífice), señaló la Oficina de Celebraciones Litúrgicas en la convocatoria.
Las lágrimas
Una vez que nuevo Pontífice es elegido, se le pregunta si acepta o no el cargo, pues no está obligado a hacerlo. En caso positivo, se le declara oficialmente Papa.
A continuación pasa a la llamada Sala de las Lágrimas, donde se viste con una de las tres sotanas de distinto tamaño dispuestas para él.
Se llama así a esta pequeña sacristía pues dice la tradición que allí lloran por primera vez los que han sido elegidos, conscientes de la responsabilidad que asumen.