Hoy en día, lo más cerca que hemos llegado (al menos desde el punto de vista de la ciencia) a tener contacto con formas de vida alienígena son algún tipo de bacterias fosilizadas localizadas en Marte.
Extrañas ideas antiguas sobre los extraterrestres
Sin embargo, durante muchos siglos los seres de otros mundos ya han venido a habitar nuestra imaginación, ajustándose a lo mucho o poco que íbamos sabiendo sobre el universo y sus posibilidades físicas. He aquí algunas de las más increíbles ideas sobre la vida extraterrestre en el pasado.
Camille Flammarion y su vida extraterrestre después de la muerte
Creía que los marcianos eran superiores a los humanos. Los habitantes del planeta rojo ya habrían tratado de comunicarse con nosotros cuando el hombre habitaba en cuevas pero, como no obtuvieron respuesta, desistieron en sus intentos.
Igualmente, Flammarion creía que la Luna estaba habitada y, como el místico que era, pensaba que después de la muerte nuestra alma sería capaz de viajar de un planeta a otro en busca de la perfección
William Herschel
El científico británico William Herschel es uno de los más importantes astrónomos de la historia. Entre sus descubrimientos están Urano, varias lunas de Saturno, la radiación infrarroja y los sistemas estelares binarios. También estaba obsesionado con la idea de que existía vida extraterrestre en la Luna.
En la década de 1770, escribió en su diario que había visto bosques y pasturas en la Luna. Construyó el más grande telescopio hasta entonces y vio unas estructuras circulares como nadie había visto antes, a las cuales llamó “circos” (nosotros los llamamos cráteres) y pensó que eran desarrollos urbanos.
Doctrinas cosmológicas del Islam
La vida extraterrestre fue un importante tema para los escolásticos en la era dorada del Islam. Avicena escribió acerca de un héroe llamado Absal, el cual recorría otros mundos más allá de la Tierra. Se decía que existían nueve reinos de los cielos, cada uno con un tipo distinto de habitantes.
Cusa y Bruno
A Nicolás de Cusa se le conoce como “el hombre que inventó a los extraterrestres”.
Aunque no es del todo cierto, sí fue el primer escolástico en discutir el tema en la Europa cristiana. Sugirió que los habitantes de otros lugares serían un reflejo de los mundos en los que vivían; así, los habitantes del Sol serían brillantes e iluminados, mientras que los de la Luna serían lunáticos.
Bruno, nacido 80 años después, fue quemado en la hoguera en 1600, por herejía. Esto fue sobre todo por su manuscrito Sobre el Universo infinito y los mundos, en el cual hablaba de un universo infinito habitado por seres extraterrestres.
Teología Judía
Una historia común entre los judíos no sólo nos habla de vida extraterrestre, sino que nos dice que existen 18,000 planetas habitados. Esto basado en una cita del Talmud, que dice: “Dios vuela a través de 18,000 mundos”.
No obstante, el judaísmo defiende que todo el universo fue creado para el hombre. Entonces, la Tierra será para los hombres, y los otros mundos para recibir a los maestros espirituales (Tzadiks) en el momento en que la Tierra sea ya muy limitada para su crecimiento espiritual.
Las aventuras de Luciano
Historia Verdadera, una obra de ficción escrita por Luciano, famoso satírico del siglo II, es la historia más vieja que se conoce sobre el viaje a otros mundos. En esta historia, Luciano y un grupo de hombres se embarcan a través del Atlántico, pero son lanzados a la Luna por un chorro de agua de 550 km de alto.
Allí, Luciano conoce a Endymion, rey de la Luna, el cual monta a un buitre gigante. El rey pide a Luciano y compañía que lo ayuden en su guerra contra el Rey del Sol, cuyas tropas cabalgan hormigas gigantes, lanzan rábanos, usan espárragos como lanzas y se defienden con escudos de champiñones.
Por supuesto, la gente de la Luna gana la batalla y Luciano puede regresar a la Tierra e iniciar una nueva aventura dentro de una ballena de 320 km de largo habitada de criaturas marinas.
Especulaciones de Fontenelle
Una pluralidad de mundos es la obra más famosa del científico francés Bernard Le Bovier de Fontenelle. Publicada en 1686, es conocida por difundir las ideas de Copérnico, pero también por especular acerca de los habitantes de Venus.
Fontenelle pensaba que, como Venus estaba más cerca del Sol, sus habitantes se parecerían a aquellos que viven en algunas de las partes más calurosas del planeta: los moros de Granada, por ejemplo. Así como nosotros llamamos a su planeta Venus, ellos llamarían Venus a nuestra Luna, por su aspecto femenino.
Para Fontenelle, si los habitantes de Venus parecían moros, entonces los habitantes de Mercurio eran más cercanos a los negros, los cuales vivirían en un lugar tan caliente que estarían completamente locos y no podrían acordarse de nada.
Historias asiáticas
La más vieja historia folklórica de Japón que ha sobrevivido hasta nuestros días, “La historia del cortador de bambú”, del siglo X, habla de la Princesa Kaguya del reino de la Luna.
Un anciano descubre a Kaguya como un bebé miniatura en un tallo de bambú. Tanto en la tradición japonesa como en la china existe la historia de un anciano que muere de hambre y le pide comida a los animales del bosque.
El chango le da nueces y el zorro le da pescado, pero el conejo, como no tiene nada que ofrecer, se ofrece a sí mismo. Resulta que el viejo hombre era realmente un dios, y recompensa el sacrificio del conejo dándole vida eterna en la Luna (un mito similar al mito mexica).
Emmanuel Swedenborg
Quizá recuerdes a Emmanuel Swedenborg por sus extrañas visiones del infierno, pero sus múltiples comunicaciones con espíritus también le enseñaron cosas sobre los habitantes de otros planetas del sistema solar (excepto Neptuno y Urano, los cuales fueron descubiertos después de su muerte).
Swedenborg decía que todos los planetas y lunas estaban habitados por seres inteligentes. En la Luna eran del tamaño de niños, pero tenían voces de trueno, debido a los enormes pulmones necesarios para respirar en su delgada atmósfera.
Por su parte, los habitantes de Marte tenían poderes telepáticos y podían hablar con los ángeles. En Saturno la gente es honrada y modesta, pues se encuentran mucho más cerca de Dios.
En cambio, en Júpiter la gente vive aislada con sus familias, ocupándose principalmente de la educación de sus niños; no saben de celos o guerra y encuentran insoportable la sola mención de estos.
