La espiritualidad es un viaje interior hacia la comprensión profunda del ser y el universo. Es la búsqueda de conexión con lo divino, trascendiendo lo material. A través de prácticas espirituales, se busca la paz interior y el crecimiento personal.
En la filosofía zen, un individuo no puede avanzar por los caminos de la iluminación si internamente no está en orden, tanto en mente como en espíritu. Pero más que un fin en sí mismo, el orden es un proceso infinito e intermitente que siempre convive con el caos, y que se debe buscar, ya que jamás viene solo.
Ramiro es un niño inteligente, bueno y sociable. Sin embargo, no tiene amigos. Aunque parezca una contradicción, él charla con todo el mundo pero la mayor parte del tiempo lo pasa solo. No tiene feeling con ninguno de sus pares como para invitarlo a tomar la leche a su casa, ni a una salida propuesta por los mayores.
Cuando buscamos entender los distintos secretos que los cabalistas revelan sobre la porción de Vaetjanán, es importante darnos cuenta de que no habla de la necesidad de que Moshé entrara físicamente a lo que conocemos como la Tierra de Israel…
Este vínculo es el más importante, porque es el primero que mantenemos en nuestra vida. De ella nos nutrimos, y conforme haya sido esa nutrición, serán las herramientas que tendremos para enfrentar la vida, de ella recibimos la energía de vida, conforme haya sido esa energía, así nos sentiremos.
Hay un viejo adagio que dice: Dios tiene un destino para cada ser y, por supuesto, tiene uno para ti. El Maestro Fox dice que el único problema que tenemos es encontrar nuestro sitio correcto en la vida. Que al encontrar esto todo lo demás ocurre automáticamente.
Soltar tus expectativas en otras personas reducirá enormemente tus frustraciones y sufrimientos innecesarios, tanto en tu vida como en la de ellas, y te ayudará a volver a concentrarte en las cosas que realmente importan.
