La espiritualidad es un viaje interior hacia la comprensión profunda del ser y el universo. Es la búsqueda de conexión con lo divino, trascendiendo lo material. A través de prácticas espirituales, se busca la paz interior y el crecimiento personal.
El Salmo 29 se recomienda altamente para desterrar un espíritu maligno cuando azota una ciudad, comunidad, hogar o comercio. La forma de proceder es la siguiente: Se toma siete astillas de mimbre y siete hojas de una palmera de dátiles que nunca ha producido frutos..
Si quieres que una plegaria se materialice, que tu jefe desconsiderado te aumente el sueldo o que un enemigo se reconcilie contigo, pronuncia el Salmo 28 por tres días, confiando en el poder y disposición de Dios padre, y así el te cumplirá tu deseo.
El ataque de un espíritu te puede incitar a beber, usar drogas, cometer suicidio, pegarle a tus hijos, o reaccionar impulsivamente. De eso se trata el ataque, en golpearte tan duro que te hace sentir o actuar de manera que nunca lo harías.
Cuando un antepasado dejó algo inconcluso, como una ira sin asumir, deseo de venganza no cumplido, una culpa o un crimen sin asumir, se abre un campo de “compensación arcaica”: el inconsciente familiar designa a un descendiente para concluir lo que se quedó sin cerrar.
Si el Salmo 20 se cita temprano para que usted se presente ante el juez en un caso judicial, debe seguir la siguiente rutina una semana antes para que pueda estar seguro de que se hará justicia y que será exonerado sin problemas.
Si deseas ser bien recibido y con consideración en una ciudad extraña, y deseas que te atiendan con hospitalidad, repite el Salmo 27 muchas veces durante tu viaje, con reverencia, y teniendo confianza de que Dios dispondrá en el corazón de los hombres que te reciban y te atiendan bondadosamente.
