Comunicación telepática en abducciones
El incidente donde un abducido fue rechazado por ser «demasiado viejo» ilustra claramente el interés selectivo de los visitantes extraterrestres por individuos jóvenes y saludables de nuestra especie.
Este episodio, en el que la comunicación se realizó telepáticamente, pone de manifiesto no solo la capacidad de estos seres para comunicarse sin palabras, sino también su criterio específico de selección. Surge entonces la pregunta: ¿cuál es el motivo de esta preferencia?
A lo largo de las investigaciones sobre abducciones, algunos profesionales de la salud mental, sin un conocimiento profundo del tema, han tendido a catalogar a los abducidos como psicópatas.
Un ejemplo de esto es el caso de Próspera Muñoz, considerada por el Dr. Antonio F. Bueno Ortega bajo un diagnóstico que la aproxima a la esquizofrenia, basándose en su relato de abducción a los siete años.
El análisis en contexto
Este enfoque cambia cuando se analizan las abducciones dentro de un marco más amplio, reconociendo el patrón recurrente a nivel mundial y entre personas sin conexión alguna.
La experiencia de Próspera Muñoz, compartida con el investigador Antonio Ribera, evidenció detalles consistentes con otros casos de abducción, a pesar de que ella no tenía acceso previo a dicha información, disponible únicamente en publicaciones especializadas extranjeras.
La actitud de la comunidad psiquiátrica hacia el fenómeno de las abducciones está empezando a evolucionar, reconociendo la complejidad y la consistencia de los testimonios, lo que sugiere la necesidad de una comprensión más profunda y menos prejuiciosa de estas experiencias.
Desde finales de la década de 1980, el centro TREAT en Estados Unidos, bajo la dirección de la doctora Rima E. Laibow, ha estado activo en el diagnóstico y tratamiento de las secuelas psicológicas resultantes de experiencias de abducción, sin enfocarse directamente en el origen extraterrestre de estos eventos para evitar controversias con la comunidad ufológica.
Este enfoque se debe a una preocupación por la integridad mental de los individuos afectados más que por el interés en el fenómeno en sí.
Investigaciones pioneras en la psicología de las abducciones
El misterio psicológico de las abducciones: El estudio innovador de Clamar
La incursión de profesionales de la salud mental en la investigación de las abducciones no es nueva y cuenta con precedentes significativos, como el trabajo de la doctora Aphrodite Clamar.
Con el apoyo de Ted Bloecher y Budd Hopkins, y financiación del Fund for UFO Research, Clamar lideró una investigación pionera sobre abducidos, cuyos resultados fueron publicados por el Dr. J. Allen Hynek. El estudio consistió en aplicar tests psicométricos estándar a individuos que habían reportado experiencias de abducción, sin revelar este detalle al psicólogo encargado de los exámenes.
Los resultados mostraron que el grupo de abducidos tenía una inteligencia superior a la media, con una vida interior rica y una actitud de alerta constante.
La diversidad en sus personalidades indicaba que no había un perfil psicológico único que los definiera, aunque la ansiedad observada sugirió la presencia de un «terrible secreto» en su subconsciente, coherente con haber vivido un trauma profundo.
Este estudio resalta la complejidad de los individuos que reportan abducciones, desafiando los estereotipos y mostrando que, más allá de las diferencias en sus experiencias, comparten ciertos rasgos psicológicos que podrían estar relacionados con los efectos de estas experiencias en su psique.
La labor de TREAT y las investigaciones asociadas contribuyen a una comprensión más matizada de las abducciones, enfatizando la necesidad de un enfoque cuidadoso y empático hacia quienes han vivido tales eventos.
Trauma psíquico y abducciones
El «Terrible Secreto» de las abducciones: Revaluación del trauma psíquico
El hallazgo de un «terrible secreto» en el subconsciente de los individuos que han sido abducidos apunta hacia el trauma psíquico profundo que dichas experiencias pueden provocar.
La incredulidad inicial de la Dra. Slater ante la revelación de que los sujetos de su estudio podrían haber sido abducidos refleja una reacción común ante este fenómeno complejo y enigmático. Sin embargo, su análisis posterior, plasmado en un apéndice a su informe, ofrece una perspectiva reveladora sobre la naturaleza de las abducciones y sus efectos en la psique humana.
La Dra. Slater concluyó que las experiencias de abducción reportadas por los sujetos no podían explicarse únicamente mediante la psicopatología tradicional.
Si estas experiencias hubieran sido meras fantasías, los sujetos tendrían que encajar en categorías psicológicas extremadamente raras y específicas, como mentirosos patológicos o individuos con trastornos de personalidad múltiple, lo cual no era el caso.
Esta conclusión destaca que, aunque los tests psicométricos no pueden confirmar la realidad objetiva de las abducciones por sí mismos, tampoco contradicen la posibilidad de que estas experiencias hayan ocurrido. La ausencia de una explicación psicológica convencional para los relatos de los sujetos sugiere que algo fuera de lo común podría estar sucediendo.
La Dra. Slater también comparó los traumas psíquicos experimentados por los abducidos con los de las víctimas de violación, observando similitudes en los síntomas de ansiedad y el sentimiento de violación, aunque en el fondo, estas personas eran notablemente normales y, en muchos aspectos, superiores en inteligencia y creatividad.
Esta observación subraya el impacto profundo que tales experiencias pueden tener en los individuos, dejando cicatrices psicológicas comparables a las de traumas intensos, pero sin disminuir sus capacidades cognitivas o creativas.
Estas conclusiones invitan a una reflexión más profunda sobre el fenómeno de las abducciones, sugiriendo que la experiencia de quienes las han vivido merece ser abordada con una mente abierta y un enfoque empático, dada su complejidad y el profundo impacto emocional y psicológico que pueden tener en las personas afectadas…