Esto sucedió entre un muchacho que tiene ahora 16 años y su madre. El chico ha sido vegetariano desde su nacimiento. Cuando el niño tenía 5 años, estaba en el supermercado y su madre le preguntó: «¿Cómo sabes qué es vegetariano y qué no?»
Corazón inocente de un alma pura — Reflexiones
El niño respondió: «Depende de si tiene ojos, nariz y boca. ¿Ves ojos en los vegetales?»
Cuando el muchacho tenía 10 años, su madre le preguntó: «¿Por qué no puedes comer carne viva?»
El muchacho la tomó de la mano fuertemente y dijo con inocencia: «Mami, ¿me amas?» «Por supuesto», contestó ella.
El niño continuó: «¿Qué pasaría si alguien quisiera morderme? ¿Qué harías?» La madre dijo: «No se los permitiría».
Más tarde, la madre no pudo evitarlo y le preguntó: «Entonces, ¿por qué no puedes comer carne muerta?»
El muchacho la miró cariñosamente con su cara limpia y dijo: «Mami, ¿todavía me amas?» «Por supuesto que sí», contestó.
«¿Qué pasaría si yo muriera, me enterraras y alguien desenterrara mi cuerpo y se lo comiera? ¿Qué harías?», preguntó el muchacho. «Pelearía contra ellos», respondió la madre.
A los 16, el muchacho ya ha crecido fuerte, alto, fornido e inteligente y sigue siendo un vegetariano comprometido. Él desea ser abogado; luego de muchas discusiones, el muchacho dijo:
«La ley universal es que si hay vida, las leyes entre cada una de las criaturas vivientes, incluidos los animales, son todas las mismas. Sin embargo, los seres humanos somos egoístas, sólo obedecemos nuestras propias leyes y hacemos caso omiso de la ley universal – la ley del Uno, la ley de la unidad.»
Su madre le preguntó: «¿Cómo distingues a la gente y cómo sabes si tienen una mente abierta?»
El muchacho dijo:
«Los corazones de la gente son como puertas. Algunos tienen puertas de vaivén, con facilidad entran y salen. Algunas puertas tienen cerraduras y necesitan las llaves correctas para entrar. Algunas tienen llaves, pero las cerraduras corren por ahí todo el tiempo.
La llave tiene que perseguirlas. Algunas puertas tienen grandes bocas arriba. Cuando alguien se acerca a la puerta, la boca ataca. Algunas puertas no tienen cerraduras, ni llaves, pero en el momento preciso aparecen tanto las llaves como las cerraduras.»
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Por Tunglestra