Desde la aurora de nuestra existencia, vivimos en una corriente constante de emociones. Nos encontramos en un interminable ciclo de atracciones y aversiones hacia las cosas, eventos y personas que nos rodean. La simplicidad de estas preferencias a menudo se traduce en dos emociones primordiales: amor u odio.
Redefiniendo el Cáncer: Una Perspectiva Metafísica y Emocional
Esta polaridad de sentimientos es una característica intrínsecamente humana, mientras que los animales, al contrario, parecen seguir un patrón más básico: operan en base al amor y la supervivencia, sin la carga del juicio, la crítica y la opinión.
Los animales, gracias a su naturaleza intuitiva, tienen la habilidad de captar las vibraciones y discernir entre amor y peligro. Este rasgo, en su simplicidad, abre las puertas a una perspectiva más amplia y profunda sobre uno de los enigmas más grandes de la salud humana: el cáncer.
El Cáncer desde una Perspectiva Metafísica
El cáncer, una enfermedad que ha infundido miedo en la humanidad durante siglos, se puede interpretar desde un punto de vista metafísico como una manifestación de vibraciones alteradas, capaces de cambiar de malignas a benignas.
Sin embargo, este cambio de vibraciones enfrenta un desafío considerable: la actitud del paciente y la influencia de su entorno.
A menudo, la persona diagnosticada con cáncer se encuentra sumida en un estado de desilusión y enojo. Se enfada consigo misma, con la sociedad y con la percepción de ser víctima de una injusticia considerable.
Le resulta difícil asumir la responsabilidad de lo que le está sucediendo. Este reconocimiento, cuando ocurre, a menudo genera una dinámica de culpabilidad y sufrimiento.
La Culpabilidad y el Cáncer
El paciente con cáncer puede ser una persona que porta heridas profundas y secretos oscuros, una persona que alberga un resentimiento intenso y dolor en su interior. Incapaz de perdonar y olvidar el pasado, termina proyectando su desesperación hacia los demás, culpándolos de su sufrimiento.
En su estado de desesperación, se convence de que es demasiado tarde para solucionar las cosas y vive consumido por frustraciones.
Los pensamientos destructivos y rencorosos son una trampa peligrosa. Cuando señalamos a otros con un dedo acusador, inconscientemente nos estamos apuntando con tres dedos.
Como dijo la conocida autora de autoayuda, Louise Hay, es imperativo perdonar con amor y liberarse del pasado para llenar nuestro mundo con alegría, gozo y felicidad.
El Cáncer: Manifestación de Odio y Rabia
El cáncer puede surgir en personas que albergan intensos sentimientos de odio y rabia, ya sea hacia los miembros de la familia, la pareja o incluso hacia su trabajo. Vivir en un estado de disgusto y aversión constantes puede resultar en un ambiente propicio para el desarrollo del cáncer.
Cuando pensamos en alguien consumido por el odio y el resentimiento, podríamos asumir que no es una buena persona. Sin embargo, este razonamiento es defectuoso. Los estudios demuestran que los pacientes con cáncer suelen ser personas sensibles que han sido profundamente heridas y contrariadas.
Estas personas, a pesar de su naturaleza generosa, albergan una decepción profunda que es difícil de tolerar y aceptar. La negación de este odio interno, junto con su inaceptabilidad, resulta en una acumulación que, con el tiempo, invade el cuerpo hasta el nivel celular.
Sanación Holográfica y la Creación de Vibraciones Positivas
La sanación holográfica postula que curar una sola célula del cuerpo puede resultar en la curación del cuerpo entero. Esta creencia se basa en la idea de que una célula sana vibra y transmite esta vibración de creación a todas las células del cuerpo.
De la misma manera, las células cancerígenas proliferan con una vibración destructora, alimentada por sentimientos destructivos como el odio, el resentimiento y las frustraciones pasadas.
Por lo tanto, una cura efectiva contra el cáncer podría ser la transmisión de vibraciones de creación: la conceptualización y realización de un plan, un reto o un objetivo que concentre la energía hacia un resultado creativo.
Según la teología, Dios nos creó a su imagen. Como tal, nuestra tarea es participar en la creación, no en el pasado, sino desde este momento en adelante. Sin embargo, un paciente de cáncer que no puede identificar un objetivo en cuestión de segundos probablemente esté demasiado enfocado en su enfermedad y no en la creación de algo nuevo.
Nuestro Camino Hacia la Sanación
En el camino hacia la sanación, es esencial que dejemos de culpar a los demás y asumamos la responsabilidad de nuestras vidas. Según el principio Ho’oponopono, todos somos responsables de lo que nos sucede en la vida.
Esto significa que culpar a los demás es inútil y solo sirve para gastar nuestra energía en excusas. En su lugar, debemos entender que somos los únicos que pueden solucionar nuestros problemas.
En conclusión, identificar un objetivo y empezar a crear puede ser una herramienta poderosa para iniciar la recuperación. No gastemos energía en las cosas del pasado; en su lugar, miremos hacia el futuro. Para una comprensión más profunda de este enfoque, se recomienda leer el libro «El Creador».