Dime en qué crees y te diré quién eres

Dime en qué crees y te diré quién eres, InfoMistico.com

Cuando se habla de fe o creencias la percepción es de doctrinas o religiones, lo cual, por un lado, es cierto. Sin embargo, en términos esenciales fe puede ser cualquier principio, guía, aforismo, convicción o pasión que pueda agregar un sentido a la vida.

Orígenes de tus creencias

Las creencias son como filtros o pantallas receptoras que organizan nuestra visión del mundo.

Al hacer un juicio sobre cualquier cosa le estamos dando una orden a nuestro cerebro acerca de cómo debe ser representando lo que está ocurriendo.

Si crees que te irá mejor llevando un lápiz nuevo, un amuleto o haciendo una oración antes de un examen, a pesar de lo mucho que te has preparado, te sentirás más seguro pues tu sistema de creencias le envía información a tu sistema nervioso llevándote a un estado de certeza verdadero.

Nuestras creencias determinan nuestra realidad

Inclusive fisiológica como puede resultar el efecto placebo en muchas ocasiones. Cuando las creencias son utilizadas adecuadamente nos llevan a la prosperidad; del mismo modo las creencias que limitan nuestras acciones y mentalidad pueden llevarnos a terribles consecuencias.

Para orientar al observador dentro de nosotros mismos es fundamental estar conscientes de dónde provienen nuestras creencias. En esta oportunidad, basado en la teoría de Anthony Robbins en el libro Poder sin límites, presentamos los 5 orígenes de tus creencias.

El entorno

Las verdaderas problemáticas en la vida no están en los mismos problemas, ya que los seres humanos estamos capacitados para vencer adversidades. Nuestras frustraciones surgen a partir de cómo las dificultades impactan nuestro entorno, creencias, sueños y metas.

Si en el ambiente donde te desenvuelves percibes en su mayoría fracasos y desolación, esto afectará tu representación interna drásticamente. Si por el contrario te manejas en un entorno de abundancia y prosperidad, tus connotaciones internas se codificarán para el éxito.

El acontecer diario

A lo largo de nuestras vidas ocurren sucesos que nos resultan inolvidables. Todos experimentamos vicisitudes que nos movilizan internamente, anclándose en nuestra mente y creando un cambio en nuestras creencias.

Pudo haber sido una situación casual que viste en la calle, la muerte de un familiar, el triunfo de un amigo o un acontecimiento de gran impacto en la sociedad; tu apreciación del hecho puede influir en tus creencias vitales.

El conocimiento

Una experiencia es un conocimiento. Adicionalmente, el leer, estudiar, ver una película, interactuar con culturas o en otras palabras el reflexionar sobre el mundo desde la visión de los otros, puede afectar nuestras creencias.

Por ejemplo, existen miles de biografías e historias de personas que han cambiado el mundo rompiendo estereotipos y limitaciones que pueden resultar altamente inspiradores, llegando a encender nuevos focos de fe en la mente.

Alcanzar resultados

Al obtener resultados o lograr metas, así sean pequeñas, se alimenta nuestra fe. Al observarnos a nosotros mismos como seres capaces de lograr objetivos sentimos que no hay imposibles, tejiendo internamente una maya de convicción con creencias de alto valor.

Visualización

Al adquirir nuevas creencias cambiamos nuestra representación interna. La visualización creativa es un ejercicio que sirve de apoyo a nuestros objetivos, metas y sueños, pues al imaginar nuestro futuro se fomenta una “experiencia anticipada” cambiando nuestros estados de creencias y acciones.

El darnos ánimos a nosotros mismos puede ser la motivación más eficaz para el cambio de creencias.

Luego de observar los 5 orígenes es importante reflexionar acerca de el lugar donde estamos situados y analizar nuestras creencias, ya que ellas controlan nuestra realidad desde nuestra representación interna del mundo; por tanto las creencias debiesen estar en coherencia con nuestra realidad y metas.

Si tus creencias no funcionan para alcanzar tus metas cámbialas. Recuerda que las creencias son una opción, las elegimos. La fe no es estática, es dinámica y es un componente esencial para sacar afuera nuestras potencialidades.

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