Arqueólogos han descubierto lo que podría ser la tumba de Alejandro Magno en un sitio cerca de la Anfípolis, fue una ciudad griega de la Antigüedad, en Macedonia oriental. El rey guerrero de la antigua Macedonia gobernaba en el siglo IV a.C., pero se pensaba que había sido enterrado en Egipto.
¿Descubierta tumba de Alejandro Magno?
Los expertos se han emocionado después del descubrimiento de una pared de mármol con la cara que data de esa época. La estructura, que mide 500 metros de largo y tres metros de altura, según los arqueólogos, podría contener una tumba real.
El lugar del hallazgo está ubicado en la antigua Anfípolis, al norte de Atenas. La arqueóloga responsable Katerina Peristeri, señala que el antiguo montículo artificial podría contener al menos los restos de un importante aristócrata macedonio en su interior.
La noticia ha capturado la imaginación del público griego y muchas personas tienen la esperanza de que se pueda resolver el misterio de donde Alejandro Magno descansa.
Vida de Alejandro Magno
Nació en Pella, 20 o 21 de julio de 356 antes de Cristo y fue educado por Aristóteles hasta la edad de 16.
Hijo y sucesor de Filipo II de Macedonia y Olimpia de Epiro (aunque algunas fuentes dicen que su padre mítico real fue el dios Zeus). Filipo le había preparado para reinar, proporcionándole una experiencia militar y encomendando a Aristóteles su formación intelectual.
Alejandro Magno dedicó los primeros años de su reinado a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para rebelarse.
Enseguida –en el 334 a. C.– lanzó a su ejército contra el poderoso y extenso Imperio Persa, continuando así la empresa que su padre había iniciado poco antes de morir: una guerra de venganza de los griegos bajo el liderazgo de Macedonia contra los persas.
Sin embargo, a la edad de 30 que había creado uno de los mayores imperios del mundo antiguo, que se extiende desde el mar Jónico hasta el Himalaya. Invicto en todas sus batallas, se le considera uno de los comandantes más exitosos de la historia.
Después de haber sido galardonado con el generalato de Grecia, comenzó los planes de expansión militar de su padre y en el 334 aC se inició una serie de campañas que duraron 10 años.
Se le atribuye la fundación de unas 20 ciudades que llevaban su nombre, como Alejandría en Egipto antiguo, y la cultura de propagación Grecia este.
Muerte de Alejandro Magno
Según el famoso historiador griego Plutarco, Alejandro Magno murió Babilonia, 10 o 13 de junio, de 323 a.C. cuando estaba a punto de invadir Arabia. Plutarco insistió que el rey falleció por una simple fiebre, y no por envenenamiento a la edad de 32 años.
Las disputas entre sus generales descuidaron el cuidado del cadáver, pero éste se conservó sin la menor mancha y fresco –escribió Plutarco–, y con la sequedad del clima habría permitido su traslado a Grecia.
El cuerpo de Alejandro se colocó en un sarcófago antropomorfo de oro, que se puso a su vez en otro ataúd de oro y se cubrió con una capa púrpura. Pusieron este ataúd junto con su armadura en un carruaje dorado que tenía un techo abovedado soportado por peristilos jónicos.
La decoración del carruaje era muy lujosa y fue descrita por Diodoro con gran detalle.
Leyenda de Alejandro Magno
Según una leyenda, se conservó el cadáver de Alejandro en un recipiente de arcilla lleno de miel (que puede actuar como conservante) e introducido en un ataúd de cristal. Claudio Eliano cuenta que Ptolomeo robó el cuerpo mientras lo llevaban a Macedonia y lo trajo a Alejandría, donde se mostró hasta la Antigüedad Tardía.
Ptolomeo IX, uno de los últimos sucesores de Ptolomeo I, reemplazó el sarcófago de Alejandro por uno de cristal, y fundió el oro del original para acuñar monedas y saldar deudas que surgieron durante su reinado. Los ciudadanos de Alejandría se mostraron horrorizados por esto y poco después Ptolomeo IX fue asesinado.
Se dice que el emperador romano Calígula saqueó la tumba, robando la coraza de Alejandro para ponérsela. Alrededor del 200 d. C., el emperador Septimio Severo cerró la tumba de Alejandro al público.
Su hijo y sucesor, Caracalla, admiraba mucho a Alejandro y visitó la tumba durante su reinado. Tras esto, los detalles sobre el destino de la tumba son confusos.
Ahora se piensa que el llamado «Sarcófago de Alejandro», descubierto cerca de Sidón y ahora situado en el Museo Arqueológico de Estambul, pertenecía en realidad a Abdalónimo, a quien Hefestión nombró rey de Sidón por orden de Alejandro.
El sarcófago muestra a Alejandro y a sus compañeros cazando y luchando contra los persas.
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