¿Nunca te has preguntado porque cuando se apaga la luz repentinamente tememos lo peor, aunque sea por un segundo? ¿Por qué muchos niños atraviesan fases donde necesitan una luz prendida para dormir? ¿Qué mecanismos psicológicos se esconden detrás del miedo a la oscuridad?
¿Sabes de dónde proviene el miedo a la oscuridad?
Quizás muchas de estas preguntas ameritan respuestas mucho más amplias y profundas de las que aquí se esbozan. Pero de todas formas, intentaremos acercarnos lo más posible a estas teorías que explican de dónde proviene el miedo innato, tan primario y antiguo como la humanidad misma.
Teoría Freudiana
Para la psicología Freudiana, el miedo a la oscuridad es una consecuencia del desorden de ansiedad por separación, conocido en inglés como Separation Anxiety Disorder (SAD). Esta condición suele aparecer antes de los dos años, cuando el niño empieza a dormir en una habitación separada a la de sus padres.
El evento de tener que dormir separado de sus padres genera este trauma de soledad y miedo, el cual varía según la estructura psíquica de cada niño, en algunos casos será más intenso y en otros más pasajero. En definitiva creo que casi todos hemos tenido miedo a las luces apagadas de niños.
Fantasía y control
Otra explicación, menos rigurosa, reside en la propia naturaleza de la imaginación humana. La ausencia (parcial) de luz hace que instintivamente perdamos esa sensación de control sobre el entorno.
La fantasía juega un rol fundamental liberando nuestra imaginación más allá de los límites que la racionalidad impone, generando un sentimiento de miedo hacia la misma posibilidad de perder el control.
Como en la mayoría de las fobias, es tu propia imaginación la que se esconde detrás de los miedos. Acepta este hecho y verás que eres capaz de dormir con tranquilidad. También puedes explicárselo a tus hijos o hermanos pequeños en un lenguaje más simple
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