Mientras somos chicos vamos almacenando lo que nos enseñan sin darnos cuenta hasta que en algún momento empezamos a aplicar todo eso que aprendimos en casa en nuestra vida diaria. Y hoy me vino a la mente una frase que repetía mi madre y que seguramente muchos de ustedes también habrán escuchado: «no hay nada peor en la vida que ser desagradecido».
Señales de una persona malagradecida y cómo mantenerlas lejos
La prueba de que nuestras abuelas o nuestras madres tenían una sabiduría que se adquiere con los años y con vivir, es que luego leemos todas estas verdades expuestas en teorías que vienen a confirmar lo que ya sabíamos.
La ingratitud convierte a las personas en seres desdeñables que irremediablemente se van quedando solos en el mundo.
Aprender a agradecer aporta beneficios a nuestra vida
Traducir nuestro reconocimiento en una palabra o una atención en particular mejora no solamente nuestras relaciones sociales, sino que también contribuye a nuestro bienestar tanto psicológico como físico.
Ciertos estudios indican que las personas que no son agradecidas tienden a caer en la depresión. Consideran que la mayor parte del tiempo lo que reciben les corresponde por naturaleza o que el agradecimiento sólo debe darse de acuerdo a la calidad del servicio que recibieron.
El autor del libro “cómo hacerse de amigos”, Dale Carnegie; cuenta en él de qué manera esto se convierte en una de las principales herramientas para relacionarnos con los otros y estrechar lazos de amistad: ser agradecido.
A esta altura ya estás haciendo una lista mental de todas esas personas mal agradecidas o ingratas que conociste a lo largo de tu vida. Es bueno que te haya llevado un rato encontrar algunos porque tampoco es saludable detenerse a pensar en los defectos de los demás.
Cada uno forja su propio destino
Pero antes de que nos topáramos con su actitud desagradecida tal vez hubo algunas señales que nos supimos ver y que hoy queremos destacar para que tengamos presente que características identifican a los malagradecidos.
Estas personas asumen sin ningún tipo de reparo que los demás están un poco a su servicio y que la ayuda les debe llegar “porque sí”. También se muestran como insatisfechos y permanentemente desconformes.
¿Qué características los describen como desagradecidos?
Aprendamos identificarlos rápidamente para poder tomar distancia de ellos lo antes posible.
Siempre necesitan algo
Son los que siempre necesitan que alguien les cuide a los niños, o que los lleven a algún lado o que las reparen algo que no funciona en casa. Consideran que su contratiempo es primordial y esperan que otros les solucionen el problema.
Por el contrario, rara vez se detengan a escuchar los problemas de otros porque los suyos siempre son más graves o más importantes.
Una vez que reciben la ayuda, difícilmente agradezcan que amigos o familiares hayan movido Cielo y Tierra para sacarlos de un apuro.
Es importante ser agradecido para generar empatía en los demás y saber que de esta manera estás sembrando las bases para una buena relación.
Nunca están disponibles para los demás
Esto está muy ligado al punto anterior en el sentido de que las personas desagradecidas creen que son prioridad y que las dificultades que puedan tener otros nunca son importantes.
De modo que recurrirán a ti siempre que te necesiten, pero olvidan que una forma de agradecer también es estar presente cuando los demás requieren de ayuda. En estos momentos, desaparecen.
Todos necesitamos sentirnos importantes para los otros y que te ofrezcan ayuda sin que la hayas pedido, vale doble. No podemos calificar de buenas personas a aquellas que solamente te llaman cuando te necesitan porque los buenos lazos, los más estrechos y los más duraderos se forjan a través de una construcción mutua.
Esperan la ayuda como una obligación
Las personas malagradecidas se consideran con derecho a que amigos y familiares corran a su rescate cada vez que están en una situación difícil. En algún lugar recóndito de sus mentes asumen que “les debes algo” tan sólo por el hecho de ser amigo o familiar y en consecuencia, la ayuda debe llegar como algo natural.
En algún punto podemos creer que esto es así, uno espera la ayuda de amigos y familia pero también espera el reconocimiento que es tan importante como la ayuda.
Es genial cuando alguien acude a nuestro rescate de manera desinteresada y genuina, pero todo pierde valor cuando el desagradecido que nunca toma en cuenta las buenas acciones de los demás pretende que sí se tenga muy presente algún favor que nos haya hecho.
Pretenden ser el centro de atención, ¡y ya mismo!
¿Notaste que las personas desagradecidas siempre tienen una emergencia?
Es habitual que estas personas no se organicen bien en cuestiones de horarios y luego, con el fin de ser el centro de atención, requieren de tu ayuda para que les soluciones el problema.
Pero además de asumir que vas a dejar todo lo que estás haciendo para tratar de enmendar su mala organización del tiempo, nunca piensan en agradecer las molestias que te has tomado dejando por sentado que sus problemas de horarios son más importantes que cualquier otra cosa.
Son desleales
Retomando la frase inicial sobre “no hay nada peor en la vida que ser desagradecido” podemos deducir que a partir de ahí surgen de manera natural todo tipo de defectos, y la deslealtad es uno de los que, particularmente, más desprecio en un ser humano.
Los desagradecidos difícilmente sean leales y no es de extrañar que a pesar de que hayas dejado tus cuestiones de lado o hayas salido corriendo en su ayuda muchas veces, de igual manera se dediquen a mentir y a hablar mal de ti en tu ausencia.
¿Porque hacen esto? Simplemente porque son malagradecidos y la lealtad y el reconocimiento son formas de agradecer, algo que nunca pudieron aprender.
Generan culpa
A pesar de que siempre estuviste, de que dejaste de hacer tus cosas para ir en su ayuda, de que buscaste todas las formas de contribuir a solucionar sus problemas, si en alguna ocasión no pudiste dar respuesta o no pudiste ayudarlos, te lo recordarán hasta el final de los tiempos, porque el desagradecido no entiende razones y cree que la ayuda es prácticamente una obligación.
Les gusta generar culpa y hacer sentir a amigos y familia que “nunca” pueden contar con ellos cuando en realidad son los demás quienes no pueden contar con el malagradecido.
¿Por qué cuesta tanto agradecer?
Cada persona es un ser único e irrepetible y los motivos por los cuales hace o dice lo que hace y dice también son únicos e irrepetibles.
Pero más allá de las individualidades, agradecer es informarle al otro que su forma de actuar tiene un impacto directo en nuestra vida. Ser agradecido nos pone en una posición en la que reconocemos nuestra sensibilidad, es decir nuestra debilidad.
A algunos no nos importa mostrarnos sensibles o débiles, porque sabemos que es algo que surge en un determinado momento y que el resto del tiempo enfrentamos la adversidad y “le ponemos el pecho a las balas”.
Otros, prefieren no mostrar este lado frágil de su personalidad y se esconden detrás de una autosuficiencia que en realidad radica en la ayuda que reciben de otros.
En líneas generales, deberíamos todos ser más agradecidos porque no demanda ningún esfuerzo y aporta muchos beneficios. ¡Qué importante es enseñarles a nuestros hijos a agradecer los favores y la ayuda recibidos! ¿Por qué no aplicar este consejo que se resume en este refrán popular?
“De bien nacidos es ser agradecidos.”