Todo ser sensible sea este unicelular o multicelular, sutil o denso tiene de forma innata el deseo de perpetuarse en el plano en donde se está manifestando. Los insectos, las aves, los mamíferos y demás especies huyen ante la posibilidad de que sus vehículos de expresión sean destruidos o bien pelean contra sus agresores.
Cuando la naturaleza habla
En su afán de perpetuarse se adaptan, mutan y se hacen más fuertes y eficientes. Es eso lo que pasa con las bacterias, virus y demás organismos.
El coronavirus
El coronavirus lleva muchos años entre nosotros pero muto para perpetuarse. Si ustedes leen las etiquetas del producto SCENTIVA de la maraca CLOROX verán que dice que mata el coronavirus humano, del mismo modo que las bacterias y microbios se hacen cada vez más resistentes a los antibióticos así lo hacen esos microorganismos.
Así como en los ecosistemas la cadena de depredación mantiene el balance de las especies, los desastres naturales y las pandemias en donde mueren millares de personas mantienen el equilibrio poblacional.
Cuando uno creen en la reencarnación y sabe que el cuerpo que tenemos ahora es uno de un número infinito de vehículos que hemos usado en incontables vidas en este plano entonces no hay nada que temer o lamentar. A la naturaleza no le importan los cuerpos sino las almas.
La naturaleza busca establecer el equilibrio
Por otro lado la naturaleza busca establecer el equilibrio, hemos abusado de ella y ahora a través de sus agentes, los virus está dándonos una lección. Los que intentaron beneficiar a las grandes compañías quintando las normas que protegen el ambiente ahora están viendo el colapso de la economía.
Estos seres microscópicos están haciendo lo que ningún boicot, votación, marcha, huelga o demostración pudo haber hecho. Han puesto de rodillas la economía del mundo, han puesto a temblar a los que se pensaban poderosos.
Cuando la naturaleza habla no hay tecnología que la detenga. Aprendemos a respetar la vida de las especies o nos hacen pagar el precio. Las grandes potencias abusaron con la manipulación de sus monedas, la explotación de su clase obrera, la competencia desleal ahora se están arruinando.
Los magnates de Wall Street y las instituciones financieras abusaron de la población en el 2000 y el 2008 ahora estos pequeños seres los han metido en una crisis aún mayor que puede durar hasta tres años más.
Todo está en perfecto orden, solo observemos más allá del miedo, seamos prudentes, no se expongan si no es necesario y entendamos que la naturaleza protege y respeta a quien la protege y la respeta.