En el 2012, la diminuta aldea de Bugarach, situada en el sur de Francia, experimentó una oleada de indignación entre sus 194 habitantes. El motivo: la llegada masiva de creyentes en el Apocalipsis. Estos individuos, convencidos de que Bugarach era el único lugar en el que podrían sobrevivir al día del juicio final, inundaron la tranquila localidad.
La invasión de los devotos del Fin del Mundo
Vestidos de blanco, se convirtieron en una vista habitual en el pintoresco pueblo.
Atraídos por teorías de la Nueva Era, muchos creían que una formación rocosa cercana, el monte de Bugarach, ocultaba una base alienígena. Jean-Pierre Delord, alcalde de Bugarach, expresó su frustración a la prensa local:
“Esos malditos profetas de todo el mundo han convertido nuestra montaña en una especie de garaje OVNI“. Agregó que, pese a parecer gracioso para algunos, los fanáticos se tomaban sus creencias muy en serio y acudían a Bugarach buscando refugio.
Internet jugó un papel crucial en propagar predicciones apocalípticas para el año siguiente, muchas basadas en interpretaciones del antiguo calendario maya que indicaban que el 21 de diciembre de 2012 marcaría el fin de esta era.
Bugarach: Punto de interés para los creyentes del Apocalipsis
Bugarach, envuelta en leyendas durante siglos, se convirtió en un foco de atención para los creyentes del Apocalipsis.
Circulaban rumores de que su montaña albergaba puertas a otros mundos y que los extraterrestres elegirían este lugar para refugiarse en el Día del Juicio. Kean, un neerlandés de 42 años, viajó hasta allí convencido de la inminente llegada de alienígenas.
Vestido con una túnica blanca, símbolo de la pureza de su misión, planificaba la construcción de un horno de pan en el asentamiento y ofrecía descuentos en la estancia a quienes colaborasen. La historia de Bugarach está profundamente entrelazada con misterios y mitos.
Situada al pie de los Pirineos en una región que fue hogar de la enigmática secta herética de los cátaros en el siglo XIII, el lugar ha inspirado innumerables leyendas.
La famosa colina, que se eleva 1.230 metros sobre el nivel del mar, es conocida como la «montaña boca abajo» debido a la peculiar disposición de sus capas rocosas.
Además, la abundancia de cuevas y roca caliza ha alimentado historias sobre cavernas subterráneas y redes de túneles, que podrían haber sido construidas durante la guerra o incluso por los cátaros, llevando a la creencia de que el lugar podría contener un refugio subterráneo mágico o una ruta de escape ante el Armagedón.
Impacto de desastres naturales en las creencias Apocalípticas
Eventos catastróficos como el terremoto en Japón y los devastadores huracanes en Estados Unidos han exacerbado la sensación de una inminente fatalidad.
Este clima de temor llevó a un aumento significativo en el número de personas que buscaron refugio en Bugarach. Según el alcalde, la aldea recibió mas de 20.000 visitantes desde principios de año, más del doble en comparación con el año anterior.
Estos números no solo reflejaron un creciente interés en las profecías apocalípticas, sino un cambio notable en la percepción pública sobre la posibilidad de un cataclismo inminente. Ante este inusual aumento de visitantes, las autoridades francesas expresaron su preocupación.
La Miviludes, el organismo francés que supervisa las sectas, anunció que colocaría a Bugarach bajo vigilancia especial. Existía el temor de que el pueblo pueda convertirse en un centro de suicidios masivos, similar a los trágicos eventos ocurridos en Francia, Suiza y Canadá entre 1994 y 1997.
La seguridad y el bienestar de los habitantes y visitantes de Bugarach fueron una prioridad para las autoridades, en un intento por prevenir cualquier incidente que pueda emerger de las creencias apocalípticas que rodean al lugar.
Clima extremo y profecías bíblicas
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