Existen ciertas cosas que los padres saben que no deben hacer delante de sus hijos como fumar o discutir con su pareja, pero hay otras que no son tan evidentes.
Cosas que no debes hacer delante de tus hijos
Carrie Contey, doctora en psicología y experta en crianza, señaló a la revista Men’s Health que hay conductas de los papás que pueden parecer inofensivas pero que envían un mal mensaje a los niños.
Por ejemplo, “si quieres que (tus hijos) sean activos, no puedes simplemente pedirles que vayan a jugar mientras tú miras la televisión”, afirma.
Los niños aprenden cómo vivir mediante la observación, dice Contey. Por lo mismo, aunque hagas ejercicio todos los días, si tus hijos no te ven que lo haces, no entenderán que la actividad física es parte de tu rutina.
“Si llegas a casa cada noche y enciendes inmediatamente la televisión, van a pensar que eso haces el resto del día”, explica Contey y añade que es mejor que esperes que se duerman para ver televisión, además de tratar de hacer actividad física con ellos.
En este sentido, la experta menciona otras conductas que deberías evitar delante de los más pequeños.
Decir mentiras blancas
La mentira es una práctica tan común en la vida de un adulto que es posible que no te des cuenta de que lo estás haciendo, pero tu hijo lo sabrá, dice la psicoterapeuta Alyson Schäfer, autor de “Honey, I Wrecked the Kids” (Cariño, destrocé a los niños).
Lo más probable es que el niño siga tu ejemplo y suponga que no es gran cosa mentir.
Esconder una verdad a tu cónyuge
Llevar a tu hijo a un local de comida rápida y luego pedirle que no le cuenten nada al papá o la mamá, puede no ser tan inofensivo como parece. Schäfer dice que con esto no se crea un vínculo especial entre padre e hijo, sino que sólo se le demuestra al niño que está bien mentirle a sus padres, además de desautorizar al cónyuge.
Ser sarcástico
A los adultos les parece divertido el sarcasmo, pero los niños no lo entienden. Por ejemplo, si le dices a un pequeño que le saldrá un árbol de sandías en el estómago por tragarse una pepa de sandía, es probable que sufra en lugar de reírse.
“Él no va a entender que no es serio. Los niños son dolorosamente literales, todo el tiempo”, afirma Contey.
Pasar demasiado tiempo en tu teléfono o tablet
Si quieres que tu hijo se interese por los libros, los juegos didácticos y diversos tipos de cosas, deberías dejar tu teléfono o tablet de lado cuando estás con él. Si te ve siempre concentrado en tu dispositivo, es probable que siga el mismo camino, y no se interese por las actividades propias de su edad.
Perder la paciencia
“Los niños tienden a creer cualquier cosa mala que pasa es culpa de ellos”, explica Susan Newman, psicóloga infantil y autora de “Parenting an Only Child”. Por eso, aunque estés enojado porque tu equipo de fútbol favorito perdió un partido, tu hijo asumirá que estás molesto por algo que él hizo y se asustará.
Burlarse de un amigo o pariente
Hablar de tu amigo “perdedor” o pariente “borracho” no es una buena idea porque se graba en el cerebro de los niños, dice Newman. Es probable que tu hijo lo repita, y no sólo te avergüence, además se acostumbre a etiquetar a las personas.
Bromear sobre su profesor o su escuela
Schäfer advierte que mientras tú piensas que es inofensivo burlarte del profesor estrafalario de tu hijo, él asumirá que no se debe tener respeto por esa persona o por su escuela, si la broma era sobre el establecimiento.
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