Cada vez le son prescritas más y más drogas psiquiátricas a niños. Pero, ¿Son realmente necesarias todas estas drogas?, ¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo?, ¿Estamos destruyendo las mentes de niños saludables solo por que no se comportan como nosotros deseamos que lo hagan?
Drogas y estimulantes psiquiátricos para niños y adolescentes
Hay muchas razones por las que cada vez más drogas le son prescritas a niños, pero probablemente la más grande es mercadeo.
La industria farmacéutica es muy competitiva, tiene una gran influencia en la población general y siempre está a la búsqueda de nuevos mercados.
Las drogas antidepresivas han sido uno de los grandes mercados de la industria farmacéutica, al punto en que se estima que hay más gente tomando drogas antidepresivas que gente sufriendo de depresión (según el estimado del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos).
Con un mercado adulto completamente saturado y explotado, el próximo gran mercado son los niños.
Manera en que los médicos manejan el cuidado de la salud
Otra razón es la manera en que los médicos manejan el cuidado de la salud. A un médico no se les paga por sentarse y hablar con cada paciente y con cada familia por varias horas para discutir la vida y el entorno de los niños.
Si pueden terminar la consulta en 10 minutos, pueden ver a 6 pacientes por hora, evitando largas listas de espera y, en algunos países, ganando más dinero. Si tienes a un niño fuera de control o si un maestro no puede mantener orden en un salón, no hay razón inherente para verlo como un problema médico.
Lo que la medicina y la psiquiatría han hecho es tomar problemas de comportamiento esenciales, problemas de conflicto entre adultos y niños, y redefinirlos como problemas médicos, y tratarlos con drogas estimulantes.
Y ahora tenemos el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, el cual se dice que hasta uno de cada 20 niños lo padece.
¿Qué es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad? (TDAH)
(TDAH, o ADHD por sus siglas en inglés de Attention Deficit Hyperactivity Disorder) es una mezcla entre problemas de atención e hiperactividad.
Si un niño no pone atención a algo y es bastante activo, puede ser diagnosticado con este trastorno, el cual es considerado crónico. Alrededor de la misma proporción de adultos se considera que lo padecen.
El CDC (Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos) tiene una lista de comportamientos que un niño puede presentar para ser diagnosticado con TDAH.
Se distrae fácilmente
Entre estos comportamientos se encuentran cosas como “No parece escuchar cuando le hablo directamente” y “Se distrae fácilmente”, comportamientos que creo que muchos de nosotros tuvimos cuando niños.
Un niño ya no puede ser un niño, tiene que ser un robot que se sienta y escucha y repite una y otra vez lo que se espera que repita.
Este trastorno, que algunos médicos como Peter Jensen (autor de varios libros sobre el TDAH y director del centro de salud mental para niños de la Universidad de Columbia) llegan a llamar discapacidad de aprendizaje, es tratado con drogas estimulantes.
La realidad es que no hay buenos estudios sobre la efectividad comparativa entre las varias medicaciones, y hay una falta de evidencia sobre sus efectos en el rendimiento académico y los comportamientos sociales (McDonagh MS, Peterson K, Dana T, Thakurta S. (2007).
Drogas contra el TDAH
Drug Class Review on Pharmacologic Treatments for ADHD.), además de que los estimulantes tienen toda una variedad de efectos secundarios, y sin embargo, se ha recomendado que los niños comiencen a tomarlo a partir de los 4 años…
¿Qué hacen las drogas contra el TDAH?
Estudios científicos muestran que el 50 por ciento o más de los niños a los que se les da Ritalin, Focalin, Dexedrine, Adderall y otros estimulantes a una edad tan temprana como los cuatro años se vuelven deprimidos, letárgicos, llorosos… pero más manejables.
Los estimulantes simplemente aplastan el comportamiento espontáneo. Otros estudios han demostrado fuera de toda cuestión que los estimulantes reducen el comportamiento auto-generado y autónomo tanto de animales como de niños.
Comportamiento compulsivo
También crean un comportamiento compulsivo. El resultado es un niño más auto-contenido y menos problemático, pero el costo podría ser la supresión del niño. Para empeorar las cosas, se ha probado una y otra vez que los estimulantes afectan su crecimiento.
Los estudios muestran que los estimulantes alteran permanentemente la química del cerebro, causan des-balances bioquímicos duraderos, a veces producen atrofia cerebral y los predisponen a una adicción a la cocaína en un futuro.
(Tratamientos que Desactivan el Cerebro en la Psiquiatría, Peter Breggin, Segunda Edición, Nueva York: Editorial Springer. Capítulo 11).
Drogas psiquiátricas
El diagnóstico los deja marcados con la idea de que padecen de una enfermedad crónica, y los empuja a volverse consumidores permanentes de drogas psiquiátricas.
Fred Baughman, neurólogo infantil por más de 35 años y un oponente a la diagnosis del TDAH nos dice:
… lo que han propuesto es que hay niños que no se comportan bien en la escuela y en casa quienes no pueden alcanzar el auto-control por que tienen algo mal en sus cerebros. Esto ignora si la educación de sus padres es óptima o si la disciplina en la escuela a manos del maestro es óptima o no.
Peter Breggin, un psiquiatra y fundador del Centro para el Estudio de la Psiquiatría y Psicología, mencionó en una entrevista:
Un animal saludable, como un chimpancé, quiere cepillar a su vecino, quiere jugar, socializar, quiere explorar, y particularmente quiere escapar–eso es un animal normal.
Si le das al animal una droga estimulante, pierde todo su comportamiento espontáneo. Deja de querer socializar. Deja de querer jugar. La iniciativa es aplastada. El deseo de escapar desaparece. Y en su lugar, un comportamiento obsesivo y estrecho aparece.
Obtienes comportamiento obsesivo
Así que ahora el chimpancé está picando su propia piel en lugar de cepillar a un vecino. Ahora está en la esquina de una jaula, en lugar de tratar de escapar. Estas drogas hacen buenos animales enjaulados.
Ahora, si obtienes este mismo comportamiento en un niño, si aplastas el deseo de socializar, de jugar, de escapar, de estar lleno de cosas como los niños, y en su lugar obtienes un foco obsesivo y estrecho, los maestros verán esto como comportamiento mejorado.
No dirán, “El niño perdió su espíritu. Ahora trabaja duro con el lápiz, enfocándose muy duro en el trabajo”. Pero si un estudio busca estas cosas, encuentras horribles comportamientos obsesivos.
Ahora el niño que no apilaría las hojas no solo ha apilado las hojas, sino que espera a que cada hoja caiga. El niño que antes no jugaría solo con sus legos por una hora, lo está haciendo por 24 horas y no quiere comer. Estas drogas producen anormalidades que nosotros llamamos luego mejoras…