El lunes 18 de febrero el Sol hace su ingreso a Piscis, el último signo de la rueda zodiacal, lo que implica en su sentido más profundo, el último eslabón de un ciclo evolutivo, por lo que la energía pisciana se asocia a vibraciones más elevadas y sutiles.
Se activa la sutil y poderosa energía de Piscis
En efecto, Piscis es un signo de mucha sensibilidad y perceptibilidad, con cualidades para captar aquello que está más allá del mundo físico, para conectarse con el infinito, con el ser superior.
Es un signo de agua y se asocia a los mares profundos, al igual que el planeta que lo rige, Neptuno.
Esa relación con el mar implica una personalidad profunda, misteriosa, una tendencia a no saber establecer límites, a vivir la vida desde una perspectiva universal, con una sensación de totalidad que no sabe de principios ni fines, y que por ende le cuesta comprender la división entre el bien y el mal.
Piscis (bien y mal)
Por eso Piscis une estos dos conceptos (bien y mal) de una manera desconcertante para los demás: es un signo de mucha compasión, de mucha caridad y espíritu humanitario, pero a la vez es capaz de cometer sin desenfado hechos ilícitos en nombre de una causa noble.
Las cualidades piscianas que inundarán el ambiente en este ciclo solar, que se extenderá este año hasta el 20 de marzo, guiarán el inconsciente colectivo de una forma sutil pero a la vez poderosa, porque este signo mueve energías sublimes por una parte, intangibles, en conexión con el Ser Superior, pero a la vez puede manifestar su lado violento, como la ola de un tsunami, o su lado evasivo y engañoso.
La mejor manera de conectarse con la realidad en tiempos de Piscis es a través de la intuición, evitando fanatismos.
Al momento de entrar el Sol al signo del pez, Mercurio, planeta de las comunicaciones, y Neptuno, gobernante de los mares y regente de Piscis, estarán en exacta conjunción, magnificando las energías piscianas, por lo que si nos concentramos debidamente, podremos afinar nuestra capacidad intuitiva y perceptiva.
Marea emocional pisciana
Estaremos sujetos a la marea emocional pisciana, sin embargo, tendremos un equilibrio favorable que nos conectará con el sentido práctico y la posibilidad de concretar los sueños piscianos: Venus, la fuerza de los sentimientos, y Saturno, la férrea disciplina, en conjunción sobre Capricornio, nos darán ese cable a tierra que permitirá dar estructura a esa ola emocional y canalizarla en realizaciones concretas.