La pérdida de un ser querido es un momento difícil para cualquier adulto, especialmente cuando deben comunicar la noticia a sus hijos. Explicar lo sucedido de manera clara y honesta es esencial para ayudar a los niños a procesar y adaptarse a la nueva situación.
Comunicar la muerte a los niños: Pautas para hablar con compasión y claridad sobre la pérdida de un ser querido
El silencio y la falta de explicaciones pueden resultar confusos e incluso perjudiciales para los niños, ya que pueden sentir que algo extraño está sucediendo en casa.
Aunque los adultos puedan sentirse incómodos hablando sobre la muerte con sus hijos, los niños tienen la capacidad de conversar sobre cualquier tema con el que hayan tenido una mínima experiencia.
Es posible que los niños ya hayan sido expuestos a la idea de la muerte a través de cuentos, películas o conversaciones de adultos, lo que en la mayoría de los casos facilita la conversación. Ofrecemos algunas pautas para ayudar a los adultos a abordar este tema con sus hijos de manera compasiva y efectiva.
Es fundamental evitar utilizar eufemismos o términos vagos al comunicar la noticia a los niños.
En su lugar, hay que hablar de la muerte de manera directa y clara. Los adultos pueden hacer preguntas para entender lo que los niños ya saben y para responder cualquier pregunta que puedan tener. Es importante escuchar y validar las emociones de los niños, permitiéndoles expresar sus sentimientos y preguntas sin juzgarlos.
El proceso de duelo es único para cada persona y en especial los niños necesitan apoyo adicional a medida que procesan su pérdida. Los adultos deben ofrecer apoyo y consuelo a lo largo del proceso, asegurándose de que se sientan amados y apoyados en este momento difícil.
Tocando el tema de la muerte con niños
Consejos para una conversación comprensiva y amorosa
Usar un lenguaje simple y adaptado a la edad del niño es fundamental al abordar el tema de la muerte. No esperemos una respuesta inmediata o evidente del niño después de la conversación, ya que puede llevar tiempo, al igual que en los adultos.
Es importante escuchar y observar cuidadosamente al niño para identificar cualquier cambio de comportamiento, como alteraciones en su alimentación o sueño. Debemos estar disponibles si el niño quiere expresarnos algo y evitar abordar todos los aspectos importantes de la muerte en una sola conversación, ya que esto podría abrumarlo y dificultar su comprensión.
Permitirles hablar y hacer preguntas con libertad es uno de los enfoques más valiosos al hablar con los niños sobre la muerte. Debes asegurarles de manera clara que cualquier pregunta que puedan tener no nos causará daño o enojo.
A veces, los niños tienen miedo de que sus preguntas entristezcan o enfaden a los adultos. Podemos decirles algo como:
«Querido, si quieres preguntarme sobre lo que ha sucedido, o si en algún momento te sientes triste, confundido o enojado, puedes contármelo. Ni tu padre ni yo nos enojaremos ni nos pondremos tristes. Es importante compartir y hablar de las cosas con las personas que queremos para sentirnos un poco mejor».
Hablando con claridad y compasión
Cómo abordar la muerte de un ser querido con niños
Es fundamental no evitar mencionar las palabras «muerte» o «morir» cuando se trata de hablar con los niños sobre la pérdida de un ser querido. Es necesario identificar claramente la situación y explicarla con claridad y compasión.
Por ejemplo, podemos decir: «El abuelito estaba muy enfermo y los médicos hicieron todo lo que pudieron, pero finalmente ha fallecido. Es normal sentir tristeza y dolor por su partida, ya que lo queríamos mucho».
De esta manera, se puede ayudar al niño a entender lo que ha ocurrido y a procesar sus emociones de manera adecuada.
Cómo hablar con un niño sobre la muerte de manera clara y honesta
Cuando se habla a un niño sobre la muerte, hay que utilizar palabras precisas y evitar eufemismos que puedan crear confusión o tener significados alternativos. Frases como «se ha ido» o «ya no está con nosotros» pueden confundir al niño, siendo mejor usar las palabras exactas.
Si la familia tiene creencias religiosas, se pueden incorporar para explicar la finalidad de la muerte, siempre y cuando la familia se sienta cómoda con estos términos. No se deben incluir ideas que los padres no compartan, ya que esto puede confundir al niño.
Aclarar que la muerte no es el resultado de las acciones o pensamientos del niño. Expresiones como «me vas a acabar matando» pueden ser malinterpretadas literalmente. Los niños deben entender que el pensamiento es una cosa y las acciones otra y que pensar algo no va a hacer que mágicamente se vuelva realidad.
Hablar con un niño sobre la muerte puede ser difícil, pero debemos hacerlo de manera clara y honesta para que puedan entender lo que está sucediendo.
Hablando con niños sobre enfermedades y la muerte
Cómo abordar el tema y qué hacer en los rituales de despedida
Es esencial que los niños comprendan que las enfermedades, en su mayoría, son superadas por las personas y no todas llevan a la muerte. Puede resultar difícil para ellos diferenciar entre enfermedades graves y leves, así que es necesario responder a sus preguntas de manera clara y sencilla, evitando dar respuestas falsas o evasivas.
Si los niños no muestran interés en hablar sobre el tema o parecen abrumados por la información, respeta su capacidad para tolerar la conversación. En lugar de presionarlos, hazles saber que estamos disponibles para hablar en cualquier momento.
Involucrar al niño en los rituales de despedida puede ayudar a evitar asuntos inconclusos que pueden afectar la resolución del duelo. La forma en que se involucre al niño dependerá de su nivel evolutivo, pero es importante dejar claro que no se les excluye de la vida familiar.
Si los padres no se sienten cómodos con la idea de que el niño participe en los rituales de despedida, pregúntales si desean asistir, en lugar de asumir que no están preparados.
Cada niño es único y puede necesitar diferentes enfoques en función de su edad, personalidad y nivel de comprensión.
En resumen, es fundamental ser claro y sencillo al hablar con los niños sobre enfermedades y la muerte, respetando su capacidad para tolerar la conversación. Involucrarlos en los rituales de despedida puede ayudarles a resolver el duelo y sentirse incluidos en la vida familiar.
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