Jerusalén, ciudad milenaria y sagrada, sigue sorprendiendo al mundo. Del Monte Moria, escenario de antiguos relatos bíblicos, a las profundidades subterráneas que Jesús recorrió, la ciudad revela descubrimientos que deslumbran a arqueólogos y creyentes por igual. El Muro de las Lamentaciones se alza como testigo de este pasado, custodiando secretos que aún esperan ser desvelados.
Descubrimiento Arqueológico: Las Vías de la Era de Herodes y el Misterio del Monte Moria en Jerusalén
El Monte Moria y las Calles de Herodes: Revelaciones Subterráneas en el Corazón de Jerusalén
En el monte Moria, donde Abraham iba a sacrificar a su hijo Isaac y que el Rey David adquirió para que su hijo Salomón construyera un templo, los arqueólogos han alcanzado el suelo original.
A pesar de que los musulmanes, que rechazan la existencia del Templo, prohíben las investigaciones en la plaza de las mezquitas, los estudios continúan. Recordemos que el Templo reemplazó al Tabernáculo, lugar donde se guardaban las Tablas de la Ley.
El Muro de las Lamentaciones, altamente reconocido en Jerusalén, es un segmento del vasto misterio arqueológico que la ciudad guarda. Este Muro, principal punto de oración judía y testimonio del Templo de Salomón, revela un histórico yacimiento subterráneo.
Debajo del Muro y sus calles cercanas, se encuentran otras vías, a 20 metros bajo tierra, que Jesús de Nazaret recorrió. Es un mundo aparte. Este espacio oculto deslumbra a los arqueólogos con sus descubrimientos, como el grandioso pero poco conocido Muro occidental del Templo.
En sus investigaciones, con la única iluminación de lámparas, los arqueólogos han alcanzado el monte Moria. Cerca de este suelo original, descubrieron las calles de la era de Herodes.
El Muro de las Lamentaciones: Entre Arqueología y Creencias
El Muro de las Lamentaciones: Un Viaje por su Historia y Significado Espiritual
Cada año, miles de personas visitan el Muro de las Lamentaciones. Buscan experiencias espirituales intensas. Turistas de todas partes del mundo, personas religiosas y dos grupos específicos lo frecuentan: los afectados por el síndrome de Jerusalén y los arqueólogos.
El síndrome de Jerusalén es una condición mental. Afecta a algunos visitantes de la ciudad. Quienes la tienen, creen ser un personaje bíblico. Aunque preocupante, tiene solución. Por otro lado, la pasión por la arqueología de quienes trabajan en el Muro es incesante. Trabajan día y noche sin descanso.
Avi Salomon es uno de ellos. Es el arqueólogo líder de las excavaciones en el Muro, conocido también como Western Wall o muro occidental.
«Excavar aquí es constante. Sólo se detiene si no hay fondos», dice Avi Salomon con certeza.
El Muro de las Lamentaciones es un lugar sagrado para judíos y musulmanes. Lo que vemos hoy es solo una parte del muro occidental. Era una de las cuatro murallas que rodeaban el Segundo Templo. Herodes lo mandó a construir hace más de dos mil años, señala Salomon.
Los romanos destruyeron el templo en el año 70 A.E.C. Pero no derribaron la parte baja de los muros. Los musulmanes restauraron estas murallas en el siglo VII. Hoy, solo vemos unos pocos metros de la parte occidental.
Esa sección sur del muro occidental protegía un templo que ha visto destrucción constante. A través de los años, el templo y la muralla han sido escenario de conflictos y derramamiento de sangre.
El Montículo del Templo en Jerusalén: Entre la Historia Judía y las Controversias Actuales
Las Excavaciones en Jerusalén: Revelando los Secretos del Templo de Salomón
El Templo de Jerusalén es esencial para el judaísmo. Sirvió como el santuario que reemplazó al Tabernáculo, el cual albergaba las Tablas de la Ley de Dios, la vara de Aarón y un pan de maná dentro del Arca de la Alianza.
El Templo se construyó y se destruyó en varias ocasiones. A la vez, su muro fue el foco de disputas y anhelos. Aunque el muro parece simple, tiene una profunda significación.
Actualmente, el monte que alojaba el Templo alberga la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al Aqsa, lugares sagrados para los musulmanes. Estos, a menudo, rechazan la idea de que alguna vez existiera el Templo de Salomón.
Avi Salomon comenta que Charles Warren, un joven inglés de 27 años, fue el primero en intentar excavaciones cerca del muro entre 1867 y 1871. Quería excavar en el monte del templo, pero no tuvo el permiso necesario.
A lo largo del tiempo, este escenario no ha variado. Los árabes no han dado permisos para excavar en las zonas actuales de las mezquitas. Solo se permite en áreas cercanas, donde han emergido calles de la era de Herodes.
Salomon dice que, aunque es un hombre religioso, prima su faceta científica. Señala que si los árabes rechazan la existencia del Templo, deberían permitir excavaciones para confirmarlo. Si no lo hacen, quizás tienen algo que esconder.
Warren y otro británico, Charles Wilson, documentaron sus hallazgos. Muchos arqueólogos todavía consultan ese material. Tras la guerra de los Seis Días en 1967, Israel anexó Jerusalén. Luego, el interés fue descubrir el muro en su totalidad hacia el norte, revelando medio kilómetro de construcción.
Con cada piedra que se remueve, se descubre más historia. Ahora, el propósito es exponer el nivel del segundo templo, así lo menciona el arqueólogo Avi Salomon.
Finalmente, para entender el profundo impacto de estas excavaciones, es vital saber que, según el judaísmo, todo comenzó en el monte Moria. Se cree que allí se encuentra la Piedra Fundacional y el comienzo del mundo.
El Monte Histórico: Desde el Templo de Salomón hasta la Cúpula de la Roca
La Evolución Arquitectónica del Monte: Secretos y Misterios de 3.000 Años
El monte en cuestión alberga una rica historia que se remonta a 3.000 años atrás. Aquí, el rey Salomón, sucesor de David, construyó el primer templo, concebido como morada para Dios.
El primer templo permanece en el misterio. Michael, un experto en las excavaciones, comenta que “nuestros datos sobre él son escasos”.
La narrativa cuenta que el templo sufrió la destrucción a manos de los babilonios cuatro siglos después. Luego, Herodes asumió la misión de construir un segundo templo. Su visión era más grandiosa.
Herodes emprendió una obra monumental. Igualó el nivel del monte con la ayuda de 10.000 trabajadores durante una década. Eso permitió la construcción de cuatro murallas, siendo el muro occidental una de ellas, que todavía permanece en pie.
Una característica de la construcción de Herodes era su diseño arquitectónico: cada fila de piedras se colocaba ligeramente detrás de la anterior. Esto creaba un efecto sorprendente al mirar hacia arriba.
Hoy, el lugar donde se cree estuvo el Segundo Templo y la Piedra Fundacional, alberga dos edificaciones musulmanas destacadas: la mezquita de Al Aqsa y la cúpula de la Roca, construidas en el siglo VII.
Los expertos en arqueología sueñan con descubrir lo que se esconde bajo estas estructuras. Sin embargo, esta curiosidad despierta nuevas complicaciones. Como dice Michael, “cada piedra revela capas de historia”.
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