A pesar de tener una buena preparación, jugadores y técnicos internacionales a veces recurren a la suerte para buscar el triunfo en sus partidos y sobre todo en un Mundial.
Cábalas de jugadores y técnicos durante los Mundiales de Fútbol
El italiano Gennaro Gattuso portó el mismo suéter desde el primer día del Mundial de Alemania 2006 y no se lo quitó a pesar de tener que soportar el calor y mal humor que le provocaba. Su equipo se coronó ante Francia en penales.
En Francia 98, el capitán francés, Laurent Blanc, besaba la cabeza calva del portero Fabien Barthez antes de cada partido y también fueron campeones.
El histórico Mario Zagallo, campeón del mundo como jugador en 1958 y 1962, y como técnico en 1970, es fanático del número 13 y lo usa de todas formas posibles como cábala.
El seleccionado alemán en 2010, Mario Gómez, no cantaba el himno de su país antes de cada partido. Esto lo decidió ya que en una ocasión con la Selección Sub 15 no lo hizo y anotó un gol.
Orinó en la cancha
Un caso más famoso es el de Sergio Goycoechea en Italia 90. El portero argentino orinó en la cancha antes de la tanda de penales ante Yugoslavia, pero por necesidad. Posteriormente, lo hizo también contra Italia, pero por cábala. Aunque su equipo llegó a la final, la perdió ante Alemania.
Además de los jugadores, algunos técnicos también tienen costumbres para atraer la suerte.
El exestratega de Francia, Raymond Domenech, cree en la astrología y alineaba a jugadores acorde a ella. Ricardo La Volpe fue reconocido por sus corbatas de dragones y el uso de feng shui.
Otras costumbres un poco más simples eran las de Paul Ince, seleccionado de Inglaterra entre 1992 y 2000, quien siempre era el último en abandonar los vestuarios.
Ronaldo
El astro brasileño, Ronaldo, al igual que algunos jugadores, siempre ingresaba a la cancha con el pie derecho.
Repetir una misma prenda también es una forma de mantener la suerte según algunos jugadores.
René Higuita usó los mismo calzones azules desde que le leyeron la suerte y le dijeron que le habían hecho brujería.
Finalmente, en el Mundial del 98, Iván Zamorano portó una venda blanca en la muñeca derecha pues el día que se la pusieron como precaución anotó tres goles.
Juan Sebastián Verón también recurrió a esta situación por la misma razón pero con una venda en la rodilla derecha tras superar una lesión.
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