La Bulimia es un trastorno que lleva a quien lo padece a tener verdaderos problemas con la comida y con su salud mental. Pertenece a la primera etapa embrionaria: la supervivencia.
Bulimia según la Biodescodificación — Conflictos Emocionales
Conflicto: mamá tóxica.
Resentir: “Quiero seguridad de mamá y lo que me da es angustia e inseguridad.” “Lo que me da mamá es lo que no quiero” (por eso lo devuelvo).
Relación con mamá
La relación que se tiene con el alimento es la relación con mamá. Mamá tóxica, mamá fría, separación con mamá… Si los niños (particularmente las niñas) toman leche tóxica pueden tener de mayores estas patologías.
Leche tóxica son las emociones de la madre, que influyen en la lactancia, de manera que si la madre tiene emociones tóxicas, puede dar “comida tóxica” al niño/a. La leche se agria de verdad si el conflicto de la madre es muy grande.
Se come en exceso y luego se entra en vómitos
También hay una relación difícil con la madre, aquí la separación es más importante. Búsqueda de buen alimento afectivo, que puede que se haya tenido por algún tiempo y luego se haya perdido (como un destete brutal, o que se muera alguien muy cercano a la mamá, ésta entre en duelo y desteta al niño/a.
Cuando se da el pecho a un niño/a y la madre queda embarazada de nuevo, desteta al niño, pero es el segundo el que va a tener bulimia.
Porqué la mamá no lo alimenta de buena gana, pues siente que ha tenido que abandonar al primero para alimentar al segundo y le está dando a este lo que tantas ganas tenia de dar al primero. El niño siente que la madre no le está dando alimento cálido.
Mamá tóxica
Un niño pequeño que no quiere comer siempre es un conflicto con mamá (mamá tóxica). Preguntar a mamá: “Que es lo que no quieres digerir…” La madre tiene el conflicto, siente la emoción y es El niño quien hace el síntoma de la mamá.
La Bulimia está frecuentemente relacionada con la necesidad de querer colmar un vacío interior afectivo.
Louise L. Hay
Causa probable: terror desesperado. Frenético atiborramiento y purga de odio a uno mismo.
Nuevo modelo mental: la vida me ama, me nutre y me apoya. Estoy a salvo viviendo.
Tanto la anorexia como la bulimia expresan una negación de la propia vida, y son una forma extrema de odio hacia uno mismo. La comida es alimento en el nivel más básico.
¿Por qué habrías de negarte el alimento? ¿Por qué quieres morir? ¿Qué pasa en tu vida, que sea tan terrible, como para que quieras abandonarla?
Cuando se odia a sí mismo
En realidad odia una idea que tiene de sí mismo. Y las ideas se pueden cambiar. ¿Qué hay en ti que sea tan terrible? ¿Se crió en una familia que criticaba continuamente su comportamiento? ¿O eran tus maestros quienes lo criticaban?
En tus primeros contactos con la religión, ¿te dijeron que así, tal como eras, «no servías»? Con demasiada frecuencia procuramos hallar razones «comprensibles» que nos digan por qué no nos quieren ni nos aceptan tal como somos.
«Gracias» a la obsesión de la industria de la moda con la esbeltez, muchas mujeres que se repiten continuamente a sí mismas: «¿Qué sentido tiene, si con este cuerpo no sirvo para…?».
¡Concentran el odio en su propio cuerpo!. En un nivel están diciendo que si fueran más delgadas, entonces las amarían, pero eso no funciona. Nada funciona desde afuera. La clave es la aprobación y la aceptación de una/o mismo.
Bulimia o bulimia nerviosa
Esta enfermad está causada por una necesidad de vivir, ser amado y recibir “alimento emocional”. Hay una sensación de vacío que estás intentando llenar desesperadamente. Puede que te sientas inseguro/a y con miedo a la perdida.
Aprende a amarte tal como eres, te será más fácil aceptar el amor de otros, porque lo mereces. Date cuenta que hay una fuente sin limites de amor y alimento espiritual y está dentro de ti.
Bloqueo físico de la bulimia
La persona que sufre bulimia siente permanentemente un apetito incontrolable que la lleva a alimentarse de manera precipitada y excesiva.
Bloqueo emocional de la bulimia
Este problema es de tipo afectivo, igual que la anorexia, con la salvedad de que quien la padece quiere comerse a su madre. La anorexia se relaciona con el miedo al rechazo, mientras que la bulimia tiene que ver con el miedo a ser abandonado.
De hecho, se presenta en la persona que quiso separarse de su madre, y al no poder hacerlo en un momento dado, cae en el otro extremo (es decir, necesita su presencia). También es frecuente que esta persona haya sentido que su madre quería acapararlo todo hasta el extremo de impedirle querer a su padre.
La bulimia es una pérdida del control, por lo tanto, es lógico suponer que la persona afectada se reprimió demasiado de querer y aceptar a su madre, y sobre todo de aceptar a la mujer que hay en su madre.
Esto crea, tanto en el hombre como en la mujer que la sufren, una gran dificultad para aceptar su principio femenino. Se suele presentar en personas rígidas que no están en contacto con sus necesidades y no se permiten realizar sus deseos.
Bloqueo mental de la bulimia
Si tienes bulimia, es muy posible que de niño creyeras que tu madre lo acaparaba todo o que ocupabas demasiado lugar en su vida. Una parte de ti no la quiere y otra parte tiene miedo de ser abandonada, por lo cual la necesitas.
Cuando presentas una crisis de bulimia, esta última parte de ti quiere corregirse por todo el tiempo que quisiste ignorar a tu madre. También es muy probable que te avergüences de algo ante ella.
Es importante que verifiques si tu reacción está bien fundada y que te manifiestes todo lo posible. Comprobarás que ella tuvo el mismo problema que tú con su progenitor del mismo género, y que te quiere más de lo que podrías haber imaginado.
Lo que originó el problema no es lo que sucedió con tu madre, sino tu percepción de lo que pasó.
Es mucho más efectivo comenzar a tratar lo que sentimos por nuestra madre, eliminar los conflictos que pueda haber, gestionar las emociones en torno a esa relación, perdonar y perdonarnos que sólo tomar medicación o no querer afrontar lo que realmente sentimos hacia nuestra madre.
Primero sé sincera contigo, déjate sentir, pon nombre a lo que sientes y luego gestiona y perdona.
Un abrazo,
Monsalud Luque
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