El majestuoso Buda de Leshan, con una altura de más de 70 metros, es la imagen sagrada más imponente del mundo antiguo. Tallado en la pared de piedra de un acantilado, su creación se remonta al año 713, cuando un grupo de monjes budistas inició la escultura con la esperanza de que su divino poder pudiera calmar los ríos tumultuosos que convergían en el lugar.
Descubre la majestuosidad del Buda de Leshan
La niebla y el misterio envuelven la embarcación que navega por las aguas de Leshan, mientras se abre paso hacia la magnificencia del Buda esculpido en la montaña Emei de la provincia de Sichuan, en el oeste de China.
En un momento de silencio y contemplación, el espectador se encuentra frente al imponente Buda sentado, la imagen de piedra más grande del mundo antiguo.
La majestuosidad del Buda de Leshan es una obra maestra de la arquitectura y la religiosidad, con una altura de unos 70 metros que se erige imponente sobre la cara central del peñasco.
Esta impresionante estatua es un claro reflejo del sentir budista, que considera que la grandeza se traduce en belleza.
Cada año, miles de turistas y devotos llegan a este lugar para admirar la presencia del Buda, un símbolo que actúa como puente entre nuestro mundo físico y el espiritual.
Es una maravilla llena de significado, que genera respeto y grandeza en todos los que lo contemplan. Tanto es así que en 1996 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
Claves históricas y misterios detrás de la creación del majestuoso Buda de Leshan
El tallado sobre la roca comenzó en el año 713, durante el reinado del emperador Tang Xuanzong, perteneciente a la dinastía Tang.
Cuentan que como Leshan era un pueblito pesquero rodeado de los peligrosos ríos Minjiang, Dadu y Qingyi donde solían naufragar muchos barcos, sus pobladores creían que esas aguas estaban controladas por un espíritu maligno.
Y fue entonces que el monje Haitong y sus discípulos decidieron crear un Buda colosal en la confluencia de esos ríos para calmar sus turbulencias.
Cuando Haitong murió, la estatua quedó a medio construir, y fueron dos de sus discípulos, Zang Chou y Wei Gao, quienes continuaron la compleja obra, que pudo terminarse unos 90 años después.
Lo cierto es que los fragmentos de roca que fueron cayendo sobre las márgenes del río al tallar la estatua lograron alterar las corrientes y pacificar sus bríos…, aunque para los místicos creyentes fue gracias al poder del Buda.
La majestuosa imagen del Buda tallada en la montaña de Emei
La montaña de Emei, una de las cuatro fuentes sagradas del budismo en China, se encuentra a unos 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar. La majestuosa figura del Buda, tallada en su acantilado, estuvo “envuelta” en un enorme templo de madera en el momento de su creación, con solo su rostro al descubierto.
Los monjes, que vivían en pequeñas cuevas a los costados del acantilado, dedicaban gran parte de su tiempo a la oración en el templo. En 1962, arqueólogos que trabajaban en tareas de mantenimiento descubrieron una cueva en el pecho del Buda, donde encontraron hierro y ladrillos antiguos.
Imaginemos el ambiente que se respiraba en ese vasto y pacífico espacio: música, cánticos y alabanzas en presencia de la descomunal imagen que se erguía desde la tierra hasta las alturas.
Según algunas historias, los monjes se sentaban sobre los dedos del Buda para orar como si se tratara de un ser vivo, un ser cuya inmensidad no tenía límites.
Durante la Revolución Cultural China, el espacio de oración detrás de la cabeza del Buda fue cerrado y los monjes se alejaron de la montaña. Aunque ya no viven en ella, continúan adorando en los 30 templos de la región y visitan la gran imagen de Emei con frecuencia.
La Leyenda de Maitreya: Descubriendo el Futuro de la Fe Budista
Hace 1.900 años, un gran maestro budista iluminó el camino para escapar de los deseos mundanos y alcanzar el nirvana. Aunque adorado como un dios por sus creyentes, Siddhartha Gautama, conocido como Buda, comenzó a ser representado como un ser humano en lugar de una figura abstracta.
Esta representación humana del sabio y venerado Buda sigue siendo una parte integral de la iconografía religiosa budista hasta el día de hoy. Aunque Buda se manifiesta de muchas formas diferentes, la figura de Maitreya tiene un significado particular.
Según se dice, será el sucesor de Siddhartha Gautama, el Buda actual, quien anunció a Maitreya hace mucho tiempo. A pesar de su trascendencia, la llegada de Maitreya sigue siendo una incertidumbre.
Según la leyenda, el Buda Maitreya descenderá a la Tierra cuando la antigua fe budista esté desgastada y el mundo se acerque a su fin, trayendo consigo la completa iluminación y la enseñanza del camino hacia las grandes verdades.
Su llegada es esperada por muchos creyentes, aunque su tiempo de arribo es aún desconocido y se mantiene como una incertidumbre.
El Buda de Leshan, la única figura religiosa que lo muestra sentado en una silla con las manos descansando sobre las rodillas, es una maravilla arquitectónica que ha desafiado al tiempo durante siglos.
Sin embargo, aunque cuenta con un complejo sistema de alcantarillado interno que drena el agua de lluvia y frena su desgaste, la erosión aún puede ser una amenaza para su integridad física.
Las aguas turbulentas de los tres ríos que se unen en su base han estado socavando sus cimientos durante siglos, erosionando la monumental figura que se alza orgullosa en la cima de la montaña.
Incluso con el complejo sistema de alcantarillado interno, diseñado para drenar el agua de lluvia y ralentizar su desgaste, la erosión sigue siendo una amenaza constante.
A pesar de una restauración masiva en 2001, la estatua presenta algunas manchas oscuras y, junto con los vientos y la lluvia, su imagen sigue deteriorándose sin remedio.
Explorando la majestuosa montaña Emei en la ciudad de Leshan: descubriendo la belleza bajo el cielo
La ciudad de Leshan no tiene mucho interés turístico en sí. El desafío allí es conocer el gran Buda. “La montaña es Buda y Buda es la montaña”, reza una frase de bienvenida sobre el acantilado.
La majestuosa montaña Emei, con sus impresionantes paisajes naturales y su abundante fauna y flora, se encuentra accesible solo por vía marítima. Los visitantes pueden llegar en el barco de pasajeros locales o en una lancha particular con un conductor guía, a un costo razonable de entre 10 a 20 dólares.
Una vez que se desembarca en la montaña Emei, los visitantes se ven inmersos en un mundo de belleza natural. Conocida como «la belleza bajo el cielo», «museo de la naturaleza» y «reino budista», esta montaña es famosa por su escarpada escalera de nueve vueltas excavada en la roca en forma de zigzag que los visitantes tienen que ascender.
Escalando hasta el Mirador de Maitreya: Un Desafío con Una Vista Espectacular
Cada vuelta es más desafiante que la anterior, lo que la convierte en una prueba para los turistas más aventureros. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena, ya que la vista panorámica desde la cima es espectacular.
Cientos de escalones suben hasta el mirador, donde se encuentra el rostro de Maitreya. Desde esta perspectiva, los ojos occidentales se topan con algunos detalles que van más allá de sus capacidades de comprensión.
Con una longitud de siete metros cada una, las orejas del Buda encarnan la noción oriental de la belleza, un rasgo que solo puede ser atribuido a un ser humano altamente desarrollado.
El semblante del Buda, con su mirada pacífica y trascendental que parece emanar de sus ojos semicerrados, transmite una sensación de felicidad, compasión y comprensión.
El imponente semblante del Buda Maitreya, con sus dimensiones que alcanzan los 15 metros de altura, es un testimonio de su cerebro altamente desarrollado y su camino hacia la iluminación. Los cabellos en forma de conos que coronan su cabeza reflejan su sabiduría y comprensión del mundo.
Explorando la Fe Budista de Maitreya: Descubriendo la Promesa de Realización Espiritual a través de la Oración y Compasión
Los seguidores de la fe budista explican que el culto de Maitreya enfatiza la importancia de la oración y la búsqueda de una vida mejor. Su imagen majestuosa y solemne representa la esperanza y la promesa de la realización espiritual para aquellos que siguen su camino.
El espíritu de Maitreya, tan reverenciado en la fe budista, guía a sus seguidores a través del camino de la contemplación y la reflexión, enseñándoles cómo encontrar el orden y la generosidad en sus vidas, y cómo forjar un futuro más esperanzador para toda la humanidad.
La doctrina de Maitreya enfatiza la importancia de enfrentar la vida con una actitud positiva y una sonrisa en el rostro.
Esto significa abrazar los desafíos de la vida con una actitud abierta y sin temor, y siempre buscando maneras de ayudar a los demás y hacer una diferencia positiva en el mundo. Para los seguidores de la fe budista, el espíritu de Maitreya es una fuente de inspiración y una guía en su búsqueda de la paz interior y la realización espiritual.
Al abrazar su mensaje de bondad y compasión hacia los demás, buscan encontrar la armonía y la felicidad en sus vidas y crear un mundo más próspero y justo para todos.
Este icono religioso, reverenciado por budistas de todo el mundo, es considerado como una representación de la sabiduría y la iluminación. El Buda es visto como un guía para aquellos que buscan la paz interior y la realización espiritual. Su apariencia serena y benevolente es un reflejo de la profundidad de su conocimiento y compasión.
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