La brujería moderna sigue siendo una realidad en el siglo XXI, impactando a diversas culturas alrededor del mundo. Desde rituales ancestrales hasta prácticas contemporáneas, su influencia es palpable. Exploramos su evolución, manifestaciones y consecuencias en la sociedad actual.
Prácticas de brujería en el siglo XXI: Un fenómeno persistente
La brujería, un fenómeno oscuro y misterioso, no se limita a la Edad Media. En pleno siglo XXI, sigue siendo una realidad palpable en diversas partes del mundo. Un ejemplo trágico es el caso de una mujer de 22 años en el pueblo de Mount Hagen, Papúa Nueva Guinea, acusada de matar al hijo de una vecina mediante prácticas hechiceras.
Esta acusación resultó en su tortura y posterior quema con gasolina por los familiares del joven y otros habitantes del lugar.
Casos como este, que comienzan con una acusación de brujería y terminan con desenlaces trágicos, son una realidad que se repite en muchas sociedades contemporáneas. Aunque la brujería está rodeada de especulación, varios estudios señalan que la llamada religión de la magia tiene miles de adeptos en todo el mundo, incluyendo América Latina.
Hace medio siglo, Serge Raynaud, creador de la Gran Fraternidad Universal, estimó que había al menos 200 millones de brujos modernos, fetichistas y brujos de tribu en la Tierra. Hoy en día, determinar el número exacto de practicantes es tan elusivo como la misma práctica de la brujería.
Diferentes formas de la brujería en el mundo moderno
Este fenómeno se presenta en diferentes formas y grados. Desde la santera en una plaza de mercado hasta prácticas más profundas y serias, como las que se observan en Papúa Nueva Guinea. En Occidente, la brujería contemporánea se asocia a menudo con la Wicca, una religión neopagana predominante. Sin embargo, no son necesariamente lo mismo.
Un caso interesante ocurrió en agosto de 2012 cuando un grupo de brujas y brujos británicos denunciaron discriminación y rechazo social. Myrdinn, el jefe del aquelarre en Lancashire, explicó: “que sus prácticas no incluyen adoración al diablo ni sacrificios animales o humanos, sino que honran y dan gracias a la naturaleza, celebrando las estaciones y los ciclos de vida y muerte.”
En México, la brujería a menudo se considera un «negocio lucrativo» más que un fenómeno ancestral. En el Mercado de Sonora, en Ciudad de México, los brujos y hechiceros venden diversas prácticas para «mejorar la suerte» por cifras que a veces superan los 100 dólares.
Elio Masferrer Kan, antropólogo de religiones y presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones (ALER), estima que por cada 3,500 personas podría haber hasta 100 brujas y brujos en México. Esto indica que hay millones de practicantes de la brujería en América Latina, con diversas corrientes y niveles que atraviesan todas las clases sociales.
La tragedia humana de la brujería
Mientras algunas interpretaciones contemporáneas de la brujería se reducen a cultos y prácticas triviales, otras implican realidades sociales complicadas. Por ejemplo, la UNICEF reportó en 2010 que un número creciente de niños en África occidental y central son acusados de practicar la brujería, lo que a menudo conduce al abuso físico y abandono de estos niños.
En el continente africano, la brujería tiene manifestaciones extremas. Hay reportes frecuentes de cuerpos mutilados cuyos órganos se utilizan en prácticas mágicas. En el norte de Ghana, hay un campamento de refugiados donde viven al menos 1,000 mujeres acusadas de brujería, quienes sufren estigmatización social y son forzadas a pagar tributos al hombre que maneja el campamento.
Las prácticas mágicas y las acusaciones que conllevan pueden tener consecuencias trágicas. En septiembre de 2012, una mujer colombiana fue quemada hasta la muerte en Antioquia tras ser señalada de bruja. Estos incidentes demuestran que las creencias en la brujería trascienden fronteras y generaciones, dejando a su paso un rastro de violencia y sufrimiento.
Influencia de la brujería en distintas culturas y sus prácticas actuales
La magia ha influido en distintas culturas a lo largo de la historia y sus prácticas actuales son un reflejo de esta influencia. Desde rituales ancestrales en tribus africanas hasta prácticas modernas en América Latina y Europa, continúa siendo una fuerza relevante y poderosa en la vida de muchas personas.
Su capacidad para adaptarse y evolucionar con el tiempo demuestra que sigue siendo una práctica significativa y, en algunos casos, peligrosa.
El fenómeno de la brujería moderna es complejo y abarca desde la santería en los mercados hasta acusaciones que resultan en tragedias humanas. A través de las diferentes culturas y épocas, ha dejado una marca indeleble en la sociedad, reflejando tanto la fascinación como el temor que sigue generando en el mundo contemporáneo.