Enfermedad auto inmune
En una enfermedad auto inmune el sentido biológico puede ser:
- “Una parte de mí quiere matar a otra parte de mi”
- “Una parte de mí no está de acuerdo con la otra parte”.
Todas las enfermedades auto inmunes tienen un conflicto en común, es la desvalorización, la culpabilidad y la impotencia. Una parte de mí se siente culpable, la otra parte se siente impotente.
En una enfermedad auto inmune siempre existe esta sensación de esquizofrenia, hay dos personajes dentro de mí que se hacen la guerra y se expresa por el hecho de que haya células que destruyan otras células de mí mismo/a. Esto cuestiona la propia identidad. No sabemos si estamos de un lado o de otro.
El primer trabajo que se hace ante una enfermedad auto inmune va a ser sobre la desvalorización. Es una culpabilidad que se vuelve en mi contra y me destruye. La culpabilidad es el oxido de nuestro organismo.
Los virus
Están desprovistos de una organización de tipo celular.
Son seres vivos reducidos a algunos componentes esenciales, pero son incapaces de asegurar por ellos mismos su existencia completa porque para vivir necesitan una célula huésped. Son mucho más pequeños que las bacterias visibles solo por el microscopio electrónico.
Pensamos que han llegado más tarde porque el microscopio electrónico es bastante moderno.
Los virus se componen de ARN (ácido ribonucleico) o ADN (ácido desoxirribonucleico) envuelto en una cápsula proteica llamada cápsida. De alguna manera están en la frontera entre lo vivo y lo no vivo.
Cuando están en el aire o sobre una superficie son inertes, incluso frágiles. El calor, el alcohol, la lejía puede destruirlos fácilmente. Solo se ponen peligrosos cuando entran en contacto con una célula, y no cualquier célula, una célula apropiada.
Para reproducirse, van a desviar para provecho propio, el metabolismo de la célula que le corresponde, haciendo penetrar en ella su bagaje genético.
Medios
Tienen dos medios para ello.
Se hacen pasar por una sustancia nutritiva y se hacen absorber por la célula o se fusiona su capa con la capa de la célula. Hace falta una adecuación entre la célula que va a recibir el virus y el virus mismo.
En la etapa siguiente va a insertar su ADN, sus genes, en la célula que lo va a acoger. Los genes virales van a duplicarse.
Los genes llevan información. En Biodescodificación se cree que los virus permiten modificar algunas informaciones de la célula.
Hay un conflicto, una difícil información sobre algo y el cuerpo se encarga de este conflicto y lo expresa.
La reparación va a tener lugar con un virus, un microorganismo capaz de dar una información determinada , no cualquier información. Para que el microorganismo entre en la célula, esta tiene que estar de acuerdo de alguna forma.
Ahí estamos en un punto importante, porque los virus pueden ser mortales, en algunos casos, pero esto no impide que su papel sea transformar la información que está dentro de la célula.
Enfermedades exóticas
Un ejemplo es el de las enfermedades llamadas exóticas. Nuestro cerebro no está preparado para adaptarse inmediatamente a los microbios que hay en esta zona exótica.
El inofensivo sarampión que nosotros pasamos durante la infancia, cuando llego a América murieron miles de indios adultos, sin embargo no murió ni un solo niño.
Es cierto que ellos llevaban el virus, pero no olvidemos que solo enferma aquella persona que haya pasado por el correspondiente conflicto y que en ese momento esté en fase de curación.
En el caso del sarampión el conflicto de base, que afecta a senos nasales y bucales es: “esto me huele mal”, “esto apesta”.
Puede ser que cuando los conquistadores llegaron a América éste fuera el conflicto: “me huele mal lo que está pasando, las personas que están viniendo”. Los niños, en su inocencia, no lo vivían así.
¿Qué es lo que hacemos cuando trabajamos en Biodescodificación?
Tratamos de modificar el resentir. El resentir es nuestra información profunda. Es como si los virus estuvieran aquí para ayudarnos a cambiar esta información.
Los niños de 6 años a veces les cuesta prender a leer. Si tienen el sarampión pueden dar un cambio físico y de aprendizaje. De hecho, cuando vuelven al colegio, han crecido, han cambiado físicamente y de repente, el aprendizaje de la lectura ya no es ningún problema.
Como si otra información hubiera entrado en ellos y les permite liberarse a nivel intelectual.
Virus te pueden llevar a la muerte
Es cierto que hay virus que pueden llevarte a la muerte, pero no creo que sea el objetivo.
A lo mejor es un objetivo en un clan, porque nuestro primer programa de supervivencia es la supervivencia de la especie. Es posible que, dentro de un clan, la supervivencia de la especie pase por la muerte de un elemento del clan. Es algo sobre lo que deberíamos reflexionar.
El papel real de este virus en el organismo es el de modificar esta información celular, que se encuentra en el interior del núcleo y el ADN del núcleo se va a modificar por la ayuda del ARN.
Dentro del núcleo está el ADN, la molécula estática. Solo hay unas partes que codifican, es decir, que la célula las puede leer y traducirlas en algo. La traducción es que, de estas partes codificantes, se hace una copia en ARN mensajero dentro del núcleo, por una enzima que es capaz de convertir ADN en ARN.
Esto sale del núcleo y, gracias a los ribosomas, se traduce en una proteína, que son las moléculas funcionales del cuerpo.
Los ribosomas
Son orgánulos sin membrana, encargados de ensamblar proteínas a partir de la información genética que les llega del ADN transcrita en forma de ARN mensajero (ARNm). Sólo son visibles al microscopio electrónico, debido a su reducido tamaño.
Los virus son seres incompletos, necesitan una célula para trabajar. Lo que hacen es utilizar la maquinaria metabólica de la célula para hacer copias de ellos mismos. Requiere la replicación de su ácido nucleico que puede ser ADN o ARN y las proteínas que forman la cápside.
El virus aporta la enzima transcriptasa inversa para poder pasar de ARN a ADN.
La terapia génica hace este camino a la inversa, de ARN a ADN. Para modificar la información de la célula hay que hacerlo con ADN. En terapia génica se está utilizando el cDNA o ADNc, que es el ADN codificante.
El virus de la hepatitis
Hay varias formas de hepatitis. El hígado pertenece al grupo de órganos asociados a tronco cerebral, por su origen endodérmico. Está asociado a esta noción de “atrapar o escupir el bocado”.
Los canales hepáticos son de carácter ectodérmico. Por lo tanto es un conflicto que tiene que ver con el territorio. Es vivir el conflicto en tonalidad digestiva, pero territorial.
El hígado es indispensable en la función de la digestión, en la función de nutrirse. Alrededor del hígado se asocia la noción de falta: “el miedo a tener carencia de algo”, porque una función del hígado es almacenar.
Transforma los azúcares en ácidos grasos y los almacena para volver a transformarlos en azúcares, en caso de necesidad.
Esta función de almacenamiento tiene una gran lógica en relación a: “tengo miedo de tener carencia de algo” porque, si me da miedo que me falte algo, voy a almacenar. Por tanto, multiplicaré las células del hígado para que sea más eficiente.
La noción de hepatitis es un poco diferente
El hígado tiene también como función depurar el organismo, en caso de envenenamiento y también como filtro para los alimentos. Es más bien en esta función que vamos a enmarcar la hepatitis.
Esta enfermedad está asociada al conflicto de amenaza grave para el individuo, como si un veneno exterior me pudiera afectar. La función del hígado es gestionar este veneno.
El veneno, en un lenguaje real, puede tener que ver con setas o plantas venenosas. Pero con nuestro córtex escuchamos muchos lenguajes diferentes de nuestro inconsciente biológico.
A menudo la hepatitis no se refiere a un lenguaje real. Si comemos una seta venenosa, es normal estar enfermo o muy enfermo. Pero es lo mismo si nos da la impresión de que estamos: “comiendo una información envenenada”. Esta emoción la vamos a gestionar en un plan digestivo.
Las distintas hepatitis están relacionadas con esta noción de: “información envenenada”. Hay hepatitis A, B, C, D y hay tonalidades diferentes. Hay que tener en cuenta que en principio, es esta noción de toxicidad mental, intelectual o biológica, la que va a estar alrededor de esta enfermedad.
La diferencia va a ser:
- “Conozco esta toxicidad”, esto va a provocar una hepatitis A.
- “Siento que algo es tóxico, pero no identifico bien de dónde viene”, aquí estaremos más en una hepatitis B.
La hepatitis está relacionada con la amenaza. En el córtex, cuando hay una amenaza en el territorio por el aire, puede afectar los senos. La diferencia para que una amenaza afecte los senos o el hígado es nuestra historia personal.
Es la manera de conectar lo que vivimos con nuestros órganos y es interesante escuchar los predicados de las personas.
- Si una persona dice: “¡a esta persona no la puedo tragar!”, o “¡me remueve!” Estaremos afectando el tubo digestivo.
- Si una persona dice: “¡a esta persona no la puede ni oler!”, va a estar relacionado con de la nariz, con la respiración.
Escuchando a la persona podemos entender con el órgano que está viviendo el problema. La hepatitis se asocia con la idea de amenazas en el territorio, vivida de una manera digestiva.
Lo mejor es escuchar el resentir de la persona y poder llegar con ella hasta el conflicto para descodificarlo.
En generar todo aquello que no soportamos, que no toleramos, que nos huele mal, que no tragamos, que no asimilamos, que no nos gusta…y un largo etc. puede estar enviando la emoción correspondiente a un órgano y afectando sin saberlo.
Así que un trabajo de revisar todo aquello que te desequilibra, y entender que todo lo que retienes te “tiene”, puede ayudarte a soltar y con ello liberar tus órganos y tejidos.
Pregúntate: ¿Si no cuido mi cuerpo, dónde voy a vivir?
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Un abrazo,
Monsalud Luque