El oído, que alberga el sentido de la audición, ayuda a la capacidad de una persona para escuchar y ser más consciente de su entorno. Este órgano representa nuestra capacidad de escuchar eficazmente para comprender lo que ocurre en el exterior.
Biodescodificación, problemas en los oídos — Conflictos emocionales
Los problemas más frecuentes son los siguientes: otalgia, otitis, mastoiditis, dolores, inflamaciones, eczemas y trastornos que empiezan por Oto (como la otomicosis).
El centro del equilibrio, que comunica información sobre la ubicación de la cabeza y el cuerpo, así como sus desplazamientos en varios planos del espacio, también se encuentra en el oído.
Enfermedad de Ménière
El síndrome de Ménière se desarrolla cuando esta función se ve comprometida. Cualquier problema que dificulte la audición es señal de que el individuo juzga lo que oye con demasiada dureza y alberga mucho resentimiento en su interior. Intenta bloquear el sonido tapándose los oídos.
Dado que a los neonatos les cuesta oír las reprimendas de los adultos, la otitis es cada vez más frecuente en los niños. En lugar de oír argumentos basados en las emociones o la mente, quieren oír razones basadas en la razón. También quieren oír palabras que tengan sentido.
Sordera
La sordera también puede manifestarse en alguien que tiene problemas para escuchar a los demás porque está preocupado por planificar sus próximas palabras. Este individuo tiende a vivir a la defensiva y es frecuente que se le culpe con facilidad.
Se enfadan cuando reciben críticas, aunque sean útiles.
La dificultad para oír menos o no oír en absoluto también puede ser causada por alguien que es obstinado, se cierra a los consejos de los demás y solo hace lo que quiere. Los problemas de sordera son comunes entre quienes tienen miedo a desobedecer.
No se dan la libertad de desviarse
Por otro lado, pueden ser tan sensibles que no quieren escuchar los problemas de los demás por temor a que hacerlo les impida tener tiempo para sí mismos.
El cuerpo está tratando de decirle a quien lo padece que se siente mal y quiere castigarse por lo que quiere o no quiere oír si hay dolor de oído que no interfiere con la audición.
Si la cuestión es solo estética
Por ejemplo, el cuerpo de una mujer puede indicarle que se conceda a sí misma el derecho a disfrutar de las joyas sin sentirse culpable por ponérselas para evitar que lleve pendientes.
Es hora de que empieces a escuchar con los oídos del corazón si no quieres o no eres capaz de oír lo que ocurre o se dice a tu alrededor (tienes los oídos tapados).
Aceptar que, aunque no estés de acuerdo con lo que hace alguien, está haciendo lo mejor que puede te ayudará. Te molesta más cómo interpretas lo que la gente dice que lo que realmente dice.
Te resultará más sencillo, quererte a ti mismo y ser más receptivo a las opiniones de los demás si recuperas la seguridad en ti mismo y aceptas la idea de que no necesariamente te desean el mal. Es fundamental que cambies tu mentalidad si crees que los demás solo pueden adorarte si cumples las órdenes.
Volverse sordo
Con el fin de tener una defensa por no haber obedecido, hace que te aterrorice tanto la idea de que te encuentren en falta que te vuelvas sordo.
Es preferible que aprendas a escucharles sin sentirte responsable de su bienestar si eres el tipo de persona que quiere mejorar la vida de todos tus seres queridos en lugar de quedarte sordo.
Al hacer esto, serás más empático y preferirás abrir tu corazón a los demás en lugar de cerrar tus oídos.
En lugar de culparse a sí mismo por su dolor de oídos, es más sensato modificar su forma de pensar. Para ello, puedes expresar tus sentimientos de culpa a los demás, lo que te permitirá verificar la veracidad de tus creencias.
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