Nuestra vida esta marcada por experiencias y acontecimientos de todo tipo que van forjando nuestro sistema interno de creencias. En el camino del crecimiento y la evolución personal tratamos siempre de quedarnos con el aprendizaje de aquellas vivencias que lograron cambiar nuestras creencias más arraigadas y que nos dejaron una enseñanza positiva.
No siempre es así para todos
Muchas veces tenemos que aprender de nuestros errores y de nuestros momentos más tristes y amargos, esos lugares en los que nadie quiere estar parado, para poder conocer la fortaleza que existe en nuestro interior y descubrir ese poder de transformación de nuestras limitaciones en lugares llenos de realizaciones personales.
Esa fortaleza interior nos va quitando las asperezas y puliendo nuestra existencia, cual diamante que va dejando un destello de luz en el camino que transitamos.
En ese lugar brillamos con luz propia, una potente e inextinguible luz que se ha encendido para siempre como un foco inagotable de energía positiva y renovadora de todo lo bueno que existe en el Universo.
Somos seres muy valiosos por el solo hecho de existir
Y más aún por trascender nuestras limitaciones y creer en nosotros mismos como forjadores de nuestra propia realidad. Nuestro cuerpo y mente interactúan, son un todo y manifiestan nuestro estado físico, emocional y mental en el presente.
Si has vivido con miedo, lo más probable es que hayas adoptado una actitud física de «contracción», la que se manifiesta en tu respiración y en el tono muscular, junto a un padrón emocional y mental derivado de esas experiencias.
Esa actitud de miedo hacia la vida se ha naturalizado y es involuntaria, ya no depende de ti, depende del miedo.
Reacción ante la vida
Lo más probable es que ante cualquier situación que te provoque miedo, vas a reaccionar invariablemente de esa forma. Por lo tanto lo que sientes y expresas no es verdadero, sino que es una actitud constante de reacción ante la vida.
Como esta situación, surgen muchas otras que las incorporas como tuyas pero que no te pertenecen, porque tú eres más que tu personalidad. Eres un universo de posibilidades, pleno de recursos y potencialidades, con capacidad para crecer ilimitadamente en consonancia con lo que manifiestas en tu vida.
Por eso no te limites pensando que no puedes lograr el éxito en tus asuntos personales, porque así entregas a otros el poder personal que tienes en tu interior respondiendo a directivas de otras personas.
Tú eres lo que quieres ser, no lo que otros piensan o quieren que seas. Es tiempo del pleno dominio de tu mente, de tus emociones y de la recuperación del poder con el que estás investido desde siempre, por propio derecho de conciencia para que lo uses como creador constante de tu propia realidad en este plano físico.
¿Qué decides crear de ahora en adelante? ¿Luz u oscuridad?
Poco a poco irás aprendiendo a aceptar todas las circunstancias internas o externas que puedas usar para cualquier experiencia que quieras vivir así como para construir y crear algo nuevo y mejor, con gozo y sabiduría. Comienza ahora por reencontrarte con la alegría de la luz interna y deja que ella guíe tu camino.
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Autora: Elida Bentancor