En estos días estamos viviendo las influencias de una interesante alineación planetaria, de la que forman parte todos los planetas de la rueda zodiacal, y cuyos efectos se prolongarán hasta finales de julio.
Alineación planetaria de largo alcance
La Luna, el astro que avanza más rápido en el zodíaco, estará atravesando por esta semana, dicha alineación planetaria, que se extiende desde Sagitario hasta Tauro, y luego estará unos días separada de esta fila de planetas, hasta llegar a Escorpio, donde volverá a estar enlazada con esta alineación.
Veamos primero cómo estará formada esta alineación, desde el momento en que publico este artículo, 26 de enero, hasta el momento en que se rompe la cadena de planetas.
Alineación 26 de Enero
El 26 de enero la alineación está así: Marte en Sagitario; Júpiter, Saturno y Plutón en Capricornio; Sol, Mercurio y la Luna en Acuario; Venus y Neptuno en Piscis; Quirón en Aries, y Urano en Tauro.
La Luna entrará a Piscis en la noche del 26, y estará en este signo hasta el 29 de enero. Allí encontrará a Venus y Neptuno que estarán haciendo una poderosa conjunción el 27 de enero.
Es poderosa porque Venus está exaltado, muy fuerte en Piscis, y junto a Neptuno, que es el regente de esta franja zodiacal, por lo cual las energías piscianas y venusinas estarán muy elevadas, y la Luna, también exaltada en Piscis, se sumará a esta conjunción el 28 de enero, llevando a un máximo nivel la sensibilidad y la psique colectiva.
El 29 de enero, la Luna llega a Aries y se une a Quirón, lo que puede favorecer un ánimo colectivo en el que se asumen retos que antes eran rehuidos. Es un tiempo propicio para sanar viejos comportamientos del pasado.
Hechos en forma repentina o sorpresiva
El 1 de febrero la Luna entrará a Tauro y hará conjunción con Urano, creando un clima propicio para que se produzcan hechos en forma repentina o sorpresiva.
Luego, entre el 3 y el 5, la Luna en Géminis extiende la cadena planetaria, que queda conformada de la siguiente forma: Marte en Sagitario; Júpiter, Saturno y Plutón en Capricornio; Sol en Acuario, Mercurio recién entrado a Piscis acompaña a Neptuno y a Venus; Quirón en Aries, Urano en Tauro y la Luna en Géminis.
En la noche del 5 de febrero la Luna se desprende de la alineación y pasa a Cáncer, hasta que el 14 de febrero llega a Escorpio y vuelve a formar parte de la cadena, que para ese momento está así: la Luna en Escorpio; Marte en Sagitario; Júpiter, Saturno y Plutón en Capricornio; Sol en Acuario; Mercurio y Neptuno en Piscis; Venus en Aries que se sumó a Quirón en este signo; y Urano en Tauro, es decir, todos los astros de la rueda zodiacal, en fila, abarcando siete signos, más de la mitad del zodíaco.
Esta composición se mantendrá hasta el 15, pues el 16 la Luna llega a Sagitario y deja a Escorpio vacío; ese mismo día, Marte entra a Capricornio, y luego la Luna llegará a ese signo el 18 de febrero.
Capricornio habrá un “stellium”
Para esa fecha, último día de esta alineación, la misma estará reducida a cinco signos, y en Capricornio habrá un “stellium”, muchos astros reunidos. Veamos: Luna, Marte, Júpiter, Saturno y Plutón en Capricornio; Sol en Acuario; Mercurio y Neptuno en Piscis; Quirón y Venus en Aries, y Urano en Tauro.
Dijimos que el 18 de febrero será el último día de la alineación planetaria, porque el 19 de febrero entra el Sol a Piscis, y rompe la cadena: por un lado quedan los astros que están en Capricornio, y por otra los que están en Piscis, Aries y Tauro, quedando Acuario vacío en el medio de estos dos grupos.
Sin embargo, la alineación revivirá entre 21 y 22 de febrero cuando la Luna transite por Acuario. Entonces la cadena estará formada así: Marte, Júpiter, Saturno y Plutón en Capricornio; Luna en Acuario; Mercurio (que por cierto estará retrógrado desde el 17 de febrero) y Neptuno en Piscis, Venus y Quirón en Aries y Urano en Tauro.
¡Esta alineación tiene más vidas que un gato!
Del 23 de febrero en adelante, quedará definitivamente rota la alineación… ¿Dije definitivamente? Nooo… ¡Me equivoqué!
¡Esta alineación tiene más vidas que un gato! Mercurio, planeta que estará retrogradando desde el 17 febrero, regresará a Acuario el 4 de marzo, y “resucitará” esta cadena de astros, que estará formada de esta manera: Marte, Júpiter, Saturno y Plutón en Capricornio; Mercurio en Acuario; Sol y Neptuno en Piscis; Quirón en Aries y allí también Venus, quien un día después pasará a Tauro y estará junto a Urano.
Así estará la alineación hasta el 14 de marzo, cuando llegue la Luna a Sagitario y se enlace con el resto de los planetas en Capricornio, Acuario, Piscis, Aries y Tauro.
Y así esta “resurrección” de la alineación durará 12 días, pues el 16 de marzo, Mercurio (que dejará de retrogradar el 10 de marzo) entrará de nuevo a Piscis, dejando vacío a Acuario, por lo que se volverá a romper la cadena.
¡Ah! ¡Pero tampoco definitivamente! A la alineación todavía le queda vida.
En primer lugar, la Luna pasará por Acuario del 19 al 21 de marzo, provocando una tercera activación de la cadena de planetas; luego sale la Luna de la franja acuariana y pasa a Piscis, quedando rota de nuevo la cadena, pero por muy breve tiempo.
Saturno hará su primer ingreso a Acuario
Y es que el 22 de marzo, Saturno hará su primer ingreso a Acuario (después retrocederá, regresará a Capricornio y al avanzar volverá a Acuario a fines de año).
Al entrar Saturno en Acuario, le da nueva y poderosa vida a esta alineación, que quedará formada de la siguiente manera: Júpiter, Marte y Plutón (que por esos días formarán una muy poderosa triple conjunción); Saturno en Acuario; Mercurio, Luna y Neptuno en Piscis; Sol recién llegado a Aries acompañando a Quirón; Venus y Urano en Tauro.
El 30 de marzo será un día muy importante dentro de esta alineación planetaria, pues estarán involucrados todos los astros del zodíaco en seis de los signos, es decir la mitad de la rueda zodiacal, y además, con unas conjunciones de gran alcance.
Veamos: Júpiter y Plutón en conjunción en Capricornio (la primera de varias que tendrán durante el año); Marte, que llega a Acuario y hace una muy fuerte conjunción con Saturno en este signo; Mercurio y Neptuno en Piscis; Sol y Quirón en Aries, Venus y Urano en Tauro y la Luna en Géminis.
Aunque la Luna salga de Géminis y deje al signo vacío, en pocos días llega Venus a este signo, y así se mantiene la fila planetaria en seis signos: Capricornio, Acuario, Piscis, Aries, Tauro y Géminis… al momento de entrar Venus en Géminis, ya la Luna irá por Leo, así que no queda enganchada a la alineación.
Pasará un mes y todavía estará activa la alineación
Veamos cómo se encuentra el 1 de mayo: Júpiter y Plutón en Capricornio; Marte y Saturno en Acuario; Neptuno en Piscis; Quirón en Aries; Sol, Mercurio y Urano en Tauro (estarán haciendo una triple conjunción), y Venus en Géminis.
Y si vamos casi dos meses hacia adelante, veremos que para el 28 de junio, la alineación se mantiene, y está así: Júpiter y Plutón en Capricornio (haciendo su segunda gran conjunción); Saturno en Acuario; Neptuno en Piscis; Marte y Quirón en Aries; Urano en Tauro; Venus (que retrograda entre mayo y junio) en Géminis; Sol y Mercurio en Cáncer, es decir, la cadena se extiende a un total de 7 signos.
El primero de julio, tres astros muy importantes, rompen la cadena; en realidad el responsable del rompimiento es Saturno, que abandona Acuario y regresa a Capricornio para unirse a Plutón y Júpiter. Al estar Acuario vacío, la cadena queda disminuida con los otros astros en Piscis, Aries, Tauro, Géminis y Cáncer. Aunque más débil, todavía hay una alineación.
Será hacia el 7 de agosto cuando la alineación se fragmente; para ese entonces los planetas en Capricornio estarán por una parte; un grupo entre Piscis, Aries y Tauro, y otro grupo entre Cáncer y Leo.
Alineación planetaria es de muy largo alcance
Hemos podido ver que esta alineación planetaria es de muy largo alcance, y sus efectos serán intensos en esta primera mitad del año, pero sus consecuencias se pueden manifestar en todo el 2020.
En esta alineación hay varias cosas que considerar, como por ejemplo las grandes conjunciones de Júpiter y Plutón, por una parte, y Marte y Saturno por la otra, que pueden provocar los momentos de mayor contundencia en cuanto a eventos mundiales, aparte de lo que ya ha significado la conjunción de Saturno y Plutón, y lo que significará la de Saturno y Júpiter a fines de año.
Por otra parte, debido a lo largo de la duración de esta cadena planetaria, la Luna tendrá la oportunidad de pasar varias veces por el área donde está formada la alineación, activándola de manera intensa.
Los astros, cuando están alineados, amalgaman todas sus energías y provocan reacciones en cadena, con las características cruzadas de todos estos astros, por tanto generan eventos que marcan hitos históricos, fuera de lo común, trascendentes, lo cual refuerza la percepción que hemos expresado en otras ocasiones, de que 2020 será un año fuera de lo común, que puede dividir en un antes y un después la historia de la humanidad.