En infinidad de ocasiones hemos escuchado a muchas personas decir que no entienden el porqué de sus kilos de más, ya que cuidan mucho las comidas. El motivo suele ser casi siempre que no se están haciendo las cosas bien o se está comiendo entre horas de manera descontrolada.
El estrés, una fuente infinita de hambre
Es cierto que a la hora de las comidas suelen portarse bien, pero el problema está en el resto del día. Por ello en este post queremos detenernos en algunos de los causantes de ese hambre desorbitado que tenemos entre horas y que puede arruinar nuestra dieta.
Es cierto que para muchas personas el estrés es una forma de perder el hambre, para otras es algo que hace que se desate sin un motivo aparente.
Este aumento del apetito es debido a que el cuerpo en estado de estrés segrega cortisona y adrenalina que nos hace tener más hambre y siempre solemos recurrir a alimentos ricos en grasas o en hidratos pues es lo primero que el cuerpo nos suele sugerir debido a este requerimiento de energía rápida.
Por ello lo mejor es buscar vías de escape al estrés.
Dormir mal nos da hambre
Muchas veces son cosas que no solemos tener en cuenta como por ejemplo el sueño. No dormir bien tiene mucho que ver a la hora de tener más hambre a lo lardo del día. Por ello es necesario que descansemos una media de siete horas al día para así evitar que a lo largo de la jornada nuestro cuerpo nos pida más alimento.
Esto es debido a que las hormonas que regulan el apetito se descontrolan con la falta de sueño, ya que al cambiar los biorritmos se desajustan y por ello es necesario seguir un orden en las horas de sueño para así evitar esto.
Basar nuestra dieta en hidratos simples
Alimentarnos mayormente de hidratos de carbono simples para mitigar el hambre es otro de los causantes de que constantemente tengamos ganas de comer. Es cierto que cuando tenemos hambre solemos recurrir a este tipo de alimentos elaborados a partir de harinas refinadas o azúcares refinados.
A simple vista es lo que más nos sacia, pero nada más lejos de la realidad, ya que el organismo los asimila muy rápido haciendo que tengamos hambre en poco tiempo. Por eso es mejor recurrir a los complejos provenientes de harinas integrales sin refinar.
Saltarnos las comidas
Saltarse comidas es otro de los motivos por los que tenemos más hambre. Como comentábamos antes, el organismo necesita una organización y sigue unos biorritmos. Por ello mantener las horas de las comidas es esencial para evitar la sensación de hambre.
Para ello es necesario mantener la rutina de alimentación a lo largo de la jornada.
Comer muy deprisa nos dará más hambre
Precisamente esta forma de alimentarnos hará que lleguemos con menos hambre a la siguiente comida y por lo tanto nos llevará a comer mucho más despacio. Comer rápido o con ansia es una de las causan que hacen que tengamos mucho más hambre a lo largo de la jornada.
Esto es debido a que el estómago tarda un tiempo en dar señales al cerebro de que está lleno y que por lo tanto nos hemos saciado. Si masticamos más despacio esto se producirá antes y sentiremos la saciedad antes, evitando así consumir más alimento del necesario.
Comer pocas proteínas o beber poco nos da hambre
Los hábitos alimenticios hacen a veces que tengamos más hambre. Por ejemplo, mantener una dieta baja en proteínas hace que nuestro grado de hambre aumente, ya que el organismo necesita este nutriente para su correcto funcionamiento y por ello nos pedirá más alimento de lo habitual.
Lo mismo sucede si no estamos bien hidratados, ya que el cerebro tiende a confundir la sed con el hambre y esto puede hacer que sintamos más ganas de consumir alimentos. Consumir grasas saludables también nos ayudará a regular el hambre y evitar tenerlo siempre.
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