Alan John Miller, fundador de Verdad Divina en Queensland, Australia, asegura ser la reencarnación de Jesucristo. Su movimiento, basado en el control emocional y la conexión espiritual, ha despertado tanto apoyo ferviente como críticas de expertos en sectas que cuestionan el impacto de su mensaje en los seguidores.
Controversia en Australia: Alan John Miller y su movimiento Verdad Divina
Además, se informa que Miller basó sus enseñanzas en el control de las emociones y en la búsqueda de una relación directa con Dios. Asegura recordar eventos bíblicos, como la crucifixión, y sostiene haber conocido a filósofos clásicos y figuras religiosas en lo que él denomina “el mundo de los espíritus”. Sin embargo, la comunidad local y varios expertos en sectas continúan mostrando cautela ante la expansión de este grupo.
Por otra parte, algunos seguidores se han trasladado desde lugares tan lejanos como Estados Unidos para unirse a las actividades de Verdad Divina. Mientras tanto, el reverendo David Millikan, especialista con más de tres décadas investigando movimientos religiosos, expresa preocupación por el posible aislamiento que experimentan los miembros.
Argumenta que el principal riesgo radica en la desconexión social y la inversión económica excesiva en pos de la supuesta verdad que Miller comparte.
Perspectivas desde dentro y posibles repercusiones sociales
Quienes apoyan a AJ sostienen que sus seminarios ofrecen herramientas valiosas para lograr bienestar emocional y espiritual.
No obstante, su socia, Mary Luck, admitió el distanciamiento con su propia familia, debido a su vínculo con la figura que se proclama como el Mesías. En palabras de Miller, “Incluso si no creen que soy Jesús, al menos aprendan a amar”, dejando entrever el carácter universal de su mensaje sobre la compasión y el perdón.
Sin embargo, los analistas indican que el auge de esta doctrina plantea reflexiones acerca de los límites entre la libertad de creencia y la protección de las personas que deciden involucrarse. El impacto de Verdad Divina podría repercutir en el tejido social de pequeñas comunidades que, a menudo, se enfrentan a la llegada de grupos con propuestas no convencionales.
Finalmente, las autoridades eclesiásticas y civiles en Australia recomiendan mantener el diálogo con los adeptos y ofrecer orientación psicológica o pastoral a quienes muestren señales de aislamiento familiar y laboral.
Mientras el debate prosigue, el fenómeno de Alan John Miller subraya la importancia de analizar críticamente el surgimiento de nuevas expresiones espirituales y su impacto en una sociedad cada vez más globalizada.
Mike Rivero — Noticias Místicas e Insólitas