Cuando Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, muchos estaban asustados, pues creían que su temperamento lo llevaría a cometer actos descabellados que pudiesen poner en peligro la paz mundial. El magnate norteamericano nunca estuvo de favorito en los pronósticos, tanto políticos como astrológicos.
Donald Trump, fuerza y flexibilidad
Desde aquí avizoramos su llegada a la presidencia de la primera potencia mundial, en tiempos en que coincidía la fecha de las elecciones (noviembre de 2016) con el retorno de Júpiter en su carta astral, augurio de un gran éxito, como en efecto, se manifestó.
Resalta en Trump el temperamento que le da la conjunción de Urano con su Sol natal, lo que le hace salirse de lo convencional, y marca ese “toque de locura” que tanto inquieta.
Sin embargo, durante lo que va de su mandato, a nuestro juicio, Trump ha demostrado una gran habilidad negociadora, muy acorde con su oficio de empresario, y ha privilegiado precisamente la negociación por encima de las soluciones de fuerza.
Es preferible lograr acuerdos con los adversarios
Como él mismo indicó en su discurso de rendición de cuentas ante el Congreso de los Estados Unidos, es preferible lograr acuerdos con los adversarios antes que llegar al uso de la fuerza militar, pero agregó que el poderío militar es indispensable para disuadir al adversario.
Justamente esta combinación de fuerza y flexibilidad a la vez, la tiene Donald Trump en su carta astrológica.
Su signo solar Géminis le hace adaptable, flexible, negociador, astuto, pero a la vez su ascendente en Leo, donde además se encuentra Marte, el astro de la guerra, le da un carácter muy firme e imponente; la unión paradójica de ambas cualidades, le ha dado la posibilidad de “jugar duro” sin llegar al conflicto bélico.
Esto ha ocurrido en la disputa comercial y geopolítica con China, en sus relaciones con Rusia, en el tema del desarme nuclear con Corea del Norte y con Irán, y en el tema de la crisis política en Venezuela, que abarca además a Cuba y Nicaragua.
Trump, que tiene a Júpiter (el astro que anunció su triunfo) en Libra
Lo que le da un liderazgo que favorece la conciliación y los acuerdos, ha sabido manejar con cordialidad las relaciones con sus adversarios, como hemos visto en la reciente conversación telefónica con Vladimir Putin, o en los encuentros con el líder de Norcorea, Kim Jong Un, y en el acuerdo logrado con China en materia comercial, que dio un armisticio a la guerra de aranceles entre ambos países.
A la vez ha sido firme en aplicar sanciones económicas duras a quienes considera que perjudican los intereses de EEUU y de la democracia mundial, como son los casos en Venezuela, Cuba, Irán y la misma Norcorea, y no ha dejado de mostrar las posibilidades de conflicto bélico, como cuando lanzó un misil (en forma “quirúrgica” y “limitada”) a Siria, o como cuando deja abierta la posibilidad de intervención militar en Venezuela.
Sin embargo, Trump, a pesar de que la conjunción de Urano con su Sol le da un temperamento fuera de lo común, que se puede salir de los patrones establecidos y que le da una forma de ser algo impredecible, ha demostrado tener a la vez una gran capacidad estratégica negociadora, y que sus pasos no son improvisados, sino que están muy bien medidos y pensados, como en un juego de ajedrez, porque en el ejercicio del poder, la influencia de Saturno junto a su Venus es grande, y esta combinación le da capacidad estratégica y a la vez un toque de seducción.